Relaciones peligrosas
David Fern¨¤ndez tuvo que justificarse por dar un abrazo a Artur Mas el 9-N, en 2014
Todo empez¨® simb¨®licamente con un abrazo. Aquel gesto que dicen algunos libros de autoayuda que, si es sincero y sentido, genera bienestar, proporciona seguridad y confianza, mejora la autoestima y rebaja el estr¨¦s porque transmite cari?o.
Esto es lo que simbolizaron Artur Mas y David Fern¨¤ndez la noche del 9-N de 2014. El entonces l¨ªder de la CUP estaba en el centro de recogida de informaci¨®n de la consulta celebrada aquella jornada cuando lleg¨® el president de la Generalitat y se le acerc¨® con los brazos extendidos. Revisadas las im¨¢genes se observa c¨®mo se tocan cari?osamente la cara una vez fundidos sus torsos hasta despedirse estrech¨¢ndose las manos mientras se cruzan miradas de complicidad y frases de compa?erismo. Se entraba en la recta final de un recuento de papeletas que acerc¨® a las urnas a m¨¢s de 2.300.000 votantes que se lanzaron sobre una pregunta doble y pol¨¦mica: ¡°?Quiere que Catalunya sea un Estado? En caso afirmativo, ?quiere que este Estado sea independiente?¡±
Y aunque sobre la demograf¨ªa la cifra absoluta s¨®lo representaba el 37,02 % del censo electoral, que el 80,76% contestara reiterando el s¨ª, se celebr¨® como un gran hito al que seguir¨ªan otros. Y as¨ª, entre prisas e impaciencia, se avanz¨® de victoria en victoria hasta la gran crisis pol¨ªtica del oto?o de 2017. La que empez¨® con astucia y escarceos, urnas y escondites, tensi¨®n y amenazas y sigui¨® con llanto y crujir de dientes, huida y c¨¢rcel, dolor y juicio, condena e indulto. Hasta la moratoria actual.
De aquel lejano gesto de cari?o, David Fern¨¢ndez tuvo que justificarse. ¡°No pedir¨¦ perd¨®n por ser como soy y tener emociones¡± contest¨® a los compa?eros de filas que le reprobaron el afecto hacia quien ve¨ªan como la ant¨ªtesis de sus planteamientos ideol¨®gicos. No tuvo que aclarar nada Artur Mas porque consigui¨® que sus fieles le felicitaran por el moh¨ªn confundiendo la efusi¨®n con el gran pacto que dilu¨ªa los prejuicios, borraba las diferencias y allanaba el camino hacia el amplio bloque independentista que se pretend¨ªa uno y marm¨®reo. Solo que aquella impresi¨®n puntual ser¨ªa m¨¢s fruto del deseo y los anhelos sentimentales activados que de la l¨®gica y la raz¨®n que siempre imponen su tozuda realidad.
La prueba fue que, considerando insuficiente despu¨¦s que el president Mas diera un paso al lado necesitaron humillarle mand¨¢ndole a la papelera de la historia. Posteriormente, a Puigdemont le impusieron el refer¨¦ndum de la explosi¨®n y a Torra le condicionaron el mandato a pesar de tenerle m¨¢s cerca, aclararles el president que sus hijos les votaban y pedir a sus fieles que siguieran apretando. De todo esto la pol¨ªtica catalana sigue pagando un precio alto. Los posconvergentes han visto c¨®mo se les iban alejando aquellos sectores moderados en lo pol¨ªtico pero muy activos en lo econ¨®mico que hab¨ªan confiado en el Govern dels millors y celebrado el pacto con el PP. Entre otras cosas porque ve¨ªan en Mas a uno de los suyos y sus veleidades independentistas como un horizonte lejano.
La ducha escocesa con la que la CUP presiona al Ejecutivo de Pere Aragon¨¨s por los presupuestos siguiendo sus c¨¢nones habituales tiene su origen en aquel abrazo. Seguir considerando que el proc¨¦s es el gran paraguas debajo del cual todo lo dem¨¢s est¨¢ protegido mantiene viva aquella clamorosa ingenuidad. Especialmente porque Junts sab¨ªa y sabe que la arcadia feliz tardar¨¢ en llegar. Y mucho. De paso, en el permanente mientras tanto que nos domina, lo que importa y se valora es la gesti¨®n del d¨ªa a d¨ªa. Y esta es la que se encarga de marcar las diferencias y alterar el orden que se quer¨ªa cohesionado. Claramente en el caso de los nost¨¢lgicos herederos de Converg¨¨ncia que pueden aceptar que sus hijos o nietos naden contra su corriente mientras les reservan su parte del patrimonio para cuando maduren pero no que les cuestionen el modelo de vida y gasto.
Es esta terquedad en seguir dando prioridad a quienes ni esconden ni cambian sus ideales n¨ªtidamente expuestos lo que hace que la CUP siga dominando la ret¨®rica independentista impuesta a la vez que exige unos criterios socioecon¨®micos antag¨®nicos a los que defiende la formaci¨®n que administra las cuentas p¨²blicas de Catalu?a. Presupuestos vigentes a la espera de los actualmente disputados que se salvaron gracias a la abstenci¨®n de los comunes tras tres a?os de pr¨®rrogas por falta de consenso independentista. Antecedente que el president Aragon¨¦s no puede haber olvidado porque sufri¨® un calvario parecido como consejero de Econom¨ªa al constatar que aquellos supuestos aliados que lo siguen siendo insisten en apurar m¨¦todo y plazos para no perder el protagonismo pol¨ªtico y medi¨¢tico que este tipo de jugadas les regala a la espera de sacarles r¨¦dito electoral demostrando poder.
Es lo que tienen las relaciones peligrosas. Convierten la lealtad en una virtud modulable.
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