Los clubs privados se actualizan en Barcelona
The Sircle ha abierto recientemente y Juno House lo har¨¢ la pr¨®xima primavera destinado solo a mujeres
Los clubs privados tienen mucha tradici¨®n en algunos pa¨ªses como Inglaterra o Estados Unidos, pero era cosa de pocos en Barcelona, donde se contaban el C¨ªrculo Ecuestre o el Cercle del Liceu, ambos con una pompa algo anticuada. Parece que otros perfiles de personas tambi¨¦n quieren tener clubs m¨¢s all¨¢ de los deportivos, encontrar lugares de trabajo o negocios, socializaci¨®n y ocio. En los ¨²ltimos a?os han abierto algunos con nuevos aires, unos m¨¢s profesionales, otros m¨¢s canallas, pero que tienen en com¨²n una vocaci¨®n de reunir a personas heterog¨¦neas (o no tanto) para compartir espacio y tiempo, mientras se trabaja o cuando la jornada laboral ya ha finalizado. Aunque todav¨ªa no ha abierto, lo har¨¢ en la primavera de 2022, Juno House ser¨¢ un club destinado solo a mujeres.
El reci¨¦n incorporado al auge de los clubs privados es The Sircle, un estiloso club que se esconde en el hotel de cinco estrellas Sir Victor, situado en la calle Rossell¨® con privilegiadas vistas al paseo de Gr¨¤cia. La membres¨ªa puede disfrutar de salones exclusivos para trabajar y relacionarse, como un espacio de coworking y biblioteca, con una colecci¨®n de libros de autoras femeninas seleccionadas en honor a Caterina Albert. De hecho, el hotel se llama Sir Victor en reconocimiento a V¨ªctor Catal¨¤, seud¨®nimo de la escritora, autora de ¡®Solitud¡¯, una de las obras capitales del modernismo.
No solo en la biblioteca se respira cultura, todas las paredes del hotel albergan pinturas de unos 25 artistas, algunos tan reconocidos como Joan Brossa, Perejaume o Josep Guinovart. Pero los servicios para los miembros abarcan otras facetas de la vida. Los socios tienen espacios exclusivos para relacionarse, acceso a eventos culturales y sociales, actividades de salud y bienestar como el gimnasio y el spa y un restaurante con piscina al aire libre.
Margo Ford, directora de socios, cuenta que la ¡°membres¨ªa es muy equilibrada¡± entre socios locales e internacionales y de diferentes sectores, como el tecnol¨®gico, el dise?o, el turismo o la salud, con una media de edad de 40 a?os. ¡°Queremos ser exclusivos e inclusivos a la vez¡±, matiza, para detallar que el requisito para formar parte es enriquecer la comunidad y todas las aplicaciones pasan por un proceso de aceptaci¨®n. Las cuotas van desde 90 a 140 euros mensuales, con un pago de inscripci¨®n de entre 250 y 450 euros. Despu¨¦s de este, el grupo Sircle Collection abrir¨¢ su segundo club privado la pr¨®xima primavera en un nuevo hotel de ?msterdam.
La otra novedad es Juno House, que es tan nueva que todav¨ªa est¨¢ en construcci¨®n en la antigua Farinera de Aribau. Ser¨¢ un club solo para mujeres, que emula otros parecidos en Londres o Nueva York. Una de sus fundadoras, Natalie Batlle, cuenta que es su tercer hijo, y la idea le vino a ra¨ªz de la maternidad, cuando se top¨® con los problemas de conciliaci¨®n de las mujeres. ¡°Es como un refugio urbano en el centro de la ciudad donde las socias pueden desarrollarse a nivel personal y profesional¡±, detalla Batlle, que pretende que sea ¡°una casa para el talento femenino¡±.
Con una inversi¨®n de 2 millones de euros, Juno House, que toma el nombre de la diosa romana Juno, tendr¨¢ una zona destinada a los negocios, con ¨¢reas de coworking, mentor¨ªa o salas de conferencias; un espacio dedicado al bienestar, con clases de fitness, servicios de autocuidado -tambi¨¦n pre y post natal-, meditaci¨®n o nutrici¨®n; y zonas family-friendly como ¨¢rea de actividades infantiles, extraescolares y para fomentar la comunidad, adem¨¢s de una cafeter¨ªa y restaurante. Todo ello busca dar respuesta a las necesidades de la mujer actual que quiere crecer profesionalmente y conciliar su vida familiar, cuenta su fundadora.
Actualmente hay una veintena de mujeres implicadas en el crecimiento de este club y casi un centenar que ya han mostrado inter¨¦s en formar parte, avanza Batlle emocionada con la buena acogida. Funcionar¨¢ con el modelo de membres¨ªa y habr¨¢ un comit¨¦ que evaluar¨¢ las nuevas incorporaciones. ¡°Miraremos el perfil de la candidata, pero de forma inclusiva para asegurar que la comunidad est¨¢ equilibrada¡±, aclara Batlle. Esperan llegar a 500 socias el primer a?o, que pagar¨¢n una cuota que depender¨¢ de los servicios que se soliciten. Adem¨¢s, est¨¢ previsto rentabilizar la inversi¨®n con el alquiler de espacios y otras l¨ªneas de negocio.
Si hay un grupo que lleva la delantera con el modelo de hoteles que acogen clubs privados es Soho House. De hecho, el director de socios y comunicaci¨®n, Andr¨¦s Aznar, prefiere hablar de club social con habitaciones para referirse a este club privado situado frente a la Marina del Port Vell, en la plaza del Duc de Medinacelli. Abri¨® hace cinco a?os enfocado a profesionales del sector creativo, desde dise?adores a fot¨®grafos, arquitectos, artistas o periodistas. ¡°No es exclusivo, queremos que Soho sea una plataforma para todo el mundo¡±, pero tambi¨¦n hay un comit¨¦ que bendice los ingresos.
Los servicios son parecidos, pero aqu¨ª se hace m¨¢s hincapi¨¦ en que es un club de relaciones sociales de profesionales con las mismas afinidades. As¨ª que no tienen a disposici¨®n un espacio de coworking, pero s¨ª una sala donde pueden desplegar el port¨¢til o hacer reuniones de trabajo. Tambi¨¦n pueden usar el club, el spa, la piscina de la azotea o un acogedor cine de c¨®modas butacas. Tienen un calendario de eventos culturales que incluye conciertos privados. Antes de pegar el bombazo del Mal querer, Rosal¨ªa actu¨® all¨ª, o tambi¨¦n Nathy Peluso.
Que se creen sinergias y todos se enriquezcan es el objetivo, cuenta Aznar. El club tiene una extensi¨®n en la playa del Garraf, Little Beach House, y hace muy poco que ha abierto Studio, un espacio para creativos con una cuota de 15 euros al mes. Para los socios de Soho House, el coste es de entre 77 y 138 euros al mes para ser socio solo del club de Barcelona, y de entre 82 y 165 euros al mes para usar todos los Soho que hay en el mundo. Las cuotas de ingreso est¨¢n entre 275 y 475 euros.
El mismo a?o que lleg¨® el Soho, Uri Bueno puso en marcha otro club, The Wild Bunch, con un estilo m¨¢s ingl¨¦s y una intenci¨®n m¨¢s canalla, como ¨¦l mismo reconoce. Enmoquetado y con butacas de terciopelo, es un espacio di¨¢fano de 250 metros escondido en unos bajos de Sant Gervasi. Su fundador lo describe como un club transversal con gente de diferentes edades, niveles socioecon¨®micos y opciones pol¨ªticas, predominantemente masculino, que han pasado una entrevista con ¨¦l para comprobar que son ¡°buenas personas y aportar¨¢n a la comunidad¡±. Hasta la fecha solo ha rechazado a cuatro personas y son 100 los miembros actuales. Los que tienen despacho pagan 600 euros al mes, los socios corporativos 300 y los individuales 100. Adem¨¢s, la sala se puede alquilar, seas socio o no, a raz¨®n de 1.200 euros por d¨ªa.
Funciona como lugar para hacer negocios y reunirse, pero el ambiente se caldea sobre todo a partir de las ocho de la tarde. Presentaciones, conferencias, conciertos, copas y muchas relaciones sociales son lo que esperan los miembros de este club, que Bueno ve como una extensi¨®n de su casa. Uno de los mayores halagos que le han hecho es decirle que en el club siempre parece que sea la misma hora, a pesar de los ventanales por d¨®nde entra la luz, cuenta.
Despu¨¦s de abrir una extensi¨®n m¨¢s rural en el Empord¨¤, el Mas Gran en Cru?lles, donde los socios tienen descuentos y pueden organizar eventos, su pr¨®ximo proyecto es montar un festival de jazz all¨ª ¡°para gente que realmente quiere escuchar jazz¡±, matiza, pero antes va a abrir un club hom¨®nimo en Madrid. En la capital espa?ola lo va a hacer a lo grande, con un espacio de 800 metros cuadrados en el barrio de Salamanca. Mel¨®mano y coleccionista, con algunos de sus tesoros decorando la sala, Bueno cuenta que quiso ¡°reinventar una forma muy antigua de hacer negocios a trav¨¦s de la comida, la bebida y el ocio¡± porque otros clubs as¨ª eran ¡°un poco casposos¡±, con c¨®digos de vestimenta y protocolo desfasados. Pero adem¨¢s asegura que la gente ¡°necesita rehumanizarse, verse con otros, tocarse, salir del ¨¢mbito digital¡±. Por eso el auge de los clubs.
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