Muere Ram¨®n Muntaner, la voz de los poetas de la calle
El m¨²sico, director de la SGAE en Catalu?a, ha sido un autor fundamental en la historia de la canci¨®n catalana
Las malas noticias suelen llegar siempre de improviso, cuando no se las espera. Hace solo unos d¨ªas Ramon Muntaner albergaba en la terraza de la SGAE, su SGAE, la entrega de los premios Miquel Mart¨ª i Pol que organiza Llu¨ªs Llach y de la que formaba parte del jurado. En la foto de familia destacaba como un fogonazo su habitual sonrisa siempre contagiosa. Esta tarde un infarto de miocardio ha acabado con esa sonrisa de forma fulminante.
Ramon Muntaner hab¨ªa nacido en Cornell¨¤ de Llobregat en 1950 y hab¨ªa dedicado toda su vida a la m¨²sica desde ¨¢reas aparentemente muy diferentes como la composici¨®n, la interpretaci¨®n y la gesti¨®n. Fue el m¨¢s destacado representante de la ¨²ltima oleada de la can?¨®, cant¨® como nadie a los poetas de todas las ¨¦pocas, escribi¨® una de las partituras inolvidables del cine catal¨¢n, convirti¨® el Mercat de M¨²sica Viva de Vic en un acontecimiento al mismo tiempo cultural y empresarial y dej¨® la m¨²sica activa para hacerse cargo de divisi¨®n catalano-balear de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) que, con su gesti¨®n, super¨® felizmente todos los problemas que la est¨¢n azotando en los ¨²ltimos tiempos.
Puede parecer un t¨®pico pero era as¨ª: la m¨²sica le acompa?aba desde su misma infancia y ya en sus a?os de bachillerato estall¨® en los festivales de voces blancas de los colegios salesianos (curs¨® sus estudios en el de la calle Rocafort de Barcelona). Entonces se trataba todav¨ªa de canciones de los Beatles o de Herv¨¦ Vilard acompa?¨¢ndose al piano pero pronto, nada m¨¢s acabar el bachillerato, su inter¨¦s por la poes¨ªa se encontr¨® de forma natural con sus capacidades musicales y nacieron sus primeras canciones. Curiosamente nunca quiso escribir un poema, sab¨ªa perfectamente lo que quer¨ªa explicar y lo sab¨ªa encontrar en la poes¨ªa ajena.
El salto entre el inter¨¦s del adolescente y la inminente profesionalidad lo dio en 1972 al ganar el primer premio del Concurso de Nuevas Voces de la recordada Cova del Drac. A partir de ese momento tuvo claro cual era su camino y ya su primer single inclu¨ªa poemas de Salvador Espriu y Pere Quart. Su primer ¨¢lbum, Can?¨® de carrer, se convirti¨® en un cl¨¢sico desde el mismo momento de su lanzamiento. Un lanzamiento que, en aquel momento, englobaba a Muntaner en el ¨²ltimo escal¨®n de lo que todav¨ªa se intentaba denominar nov¨ªssima can?¨® junto a Joan Isaac y Marina Rossell.
Otro momento ¨¢lgido de su carrera y no relacionado directamente con la canci¨®n de autor fue la composici¨®n de la banda sonora de la pel¨ªcula La pla?a del Diamant de Paco Betriu. Una melod¨ªa que ha quedado ya para la historia y que marc¨® tambi¨¦n su alejamiento de los escenarios. Muntaner dej¨® de lado su faceta de cantautor (aunque todos pens¨¢bamos que alg¨²n d¨ªa regresar¨ªa) para centrarse en la gesti¨®n cultural de alto voltaje: fue el alma mater tanto del recordado Espai como del Mercat de M¨²sica Viva de Vic y bajo su tutela se celebraron los ya hist¨®ricos conciertos del Palau de Sant Jordi de canc¨® y rock.
Su etapa de gestor desemboc¨® en 1996 en la SGAE que ha llevado con tim¨®n seguro alejando la sede catalana y balear que dirig¨ªa de todos los problemas que han asolado la central de la entidad y sus m¨¢ximos dirigentes. Muntaner, ajeno a todos esos problemas, consigui¨® que la parcela catalana de la sociedad creciera mientras en el resto del estado se iba hundiendo.
Como gestor, como cantautor y como compositor Ramon Muntaner conserv¨® siempre la sencillez y proximidad que le caracterizaba como persona manteniendo en todo momento el aprecio de toda la profesi¨®n. Una muestra pudo verse hace poco m¨¢s de dos a?os cuando un nutrido grupo de int¨¦rpretes, entre los que estaban Joan Manuel Serrat y Joan Isaac, le rindieron un sentido homenaje cantando sus canciones en el festival BarnaSants (despu¨¦s apareci¨® en disco).
Ram¨®n Muntaner siempre a?or¨® el escenario, aunque procuraba que no se notase, y en privado acababa confesando que segu¨ªa escribiendo, solo o a medias con su hijo; un proyecto que ya no podr¨¢ materializarse.
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