El pistolero de Tarragona: socio de un club de tiro y con licencia para seis armas
Los correos amenazantes no activaron las alertas pese a la notoria afici¨®n por las pistolas del guardia de seguridad
El vigilante de seguridad que el martes dispar¨® contra tres antiguos compa?eros de trabajo hac¨ªa 15 a?os que frecuentaba habitualmente un club de tiro y era titular de una licencia para poseer hasta seis armas de fuego. La suya era una afici¨®n indisimulada por las pistolas. Un inter¨¦s que no escond¨ªa y que hizo patente al mandar una serie de correos intimidantes a personal de Securitas. La amenaza no activ¨® las alertas antes de su asalto sangriento a la delegaci¨®n de la empresa en Tarragona, donde dej¨® heridos a dos hombres y a una mujer.
Marin Eugen Sabau, de 45 a?os y conocido como Eugin, fue el presunto autor de un escrito desafiante que iba dirigido a algunas cuentas de la compa?¨ªa con la que manten¨ªa desavenencias. ¡°Felices fiestas cabrones¡±, rezaba el mensaje, que acompa?¨® de unas fotos donde se mostraba exhibiendo distintas armas cortas, y en las que luc¨ªa el chaleco fosforito del uniforme. El texto tambi¨¦n se?alaba a la empresa por tener prejuicios racistas. Una acusaci¨®n que compart¨ªa con quien quisiera escucharle.
¡°Se quejaba de que lo jorobaban a conciencia por ser de Ruman¨ªa¡±, recuerda Xavier Fau, presidente del Club de Tir Jordi Tarrag¨®. Ah¨ª, en ese club de tiro de las afueras de Tarragona, Eugin afinaba su punter¨ªa en entrenamientos semanales. Tambi¨¦n participaba en campeonatos sociales de tiro, los fines de semana. Le apodaban ¡°Rumano¡± y, seg¨²n Fau, ¡°era un tirador por encima de la media¡±, que aparentaba ser due?o de sus impulsos. ¡°Cuando se detecta a un Rambo, se le da de baja. No queremos a gente nerviosa¡±, se?ala el presidente de la entidad. Explica que los tiradores aficionados tienen que ser escrupulosos con la legalidad: ¡°cualquier denuncia penal comporta, de entrada, la confiscaci¨®n inmediata de las pistolas¡±.
Algunos compa?eros de trabajo de Eugin le recuerdan como un personaje ¡°conflictivo¡±, de recurrentes disputas con los responsables de la empresa. Hab¨ªa encadenado una baja de larga duraci¨®n, una ausencia que termin¨® por ser el preludio de su despido de la compa?¨ªa. Los Mossos han revelado escasos datos de la investigaci¨®n, pero el proceder de Eugin tuvo tanta ira como cavilaci¨®n. En la delegaci¨®n de Securitas dispar¨® contra el gerente, el inspector de zona y la jefa de servicio, pero dej¨® indemne a una secretar¨ªa. Luego, huy¨® a bordo de su coche y, a la altura de Reus, no dud¨® en abrir fuego contra un mosso que trat¨® de cortarle el paso.
El agente sufri¨® heridas en un brazo. El pistolero se refugi¨® en un viejo caser¨®n rural entre Riudoms y Maspujols, donde se atavi¨® con un chaleco antibalas y un rifle para defenderse del previsible asedio policial.¡±Sol¨ªa hacer las pr¨¢cticas de tiro con una pistola de 9 mil¨ªmetros y con un rifle de repetici¨®n¡±, indica Xavier Fau. La licencia de armas que ten¨ªa desde hace una d¨¦cada y media le obligaba a pasar un psicot¨¦cnico ante la Guardia Civil, cada tres a?os. Junto con la licencia para poseer hasta media docena de armas, el pistolero ten¨ªa un permiso especial de recarga. Se trata de una habilitaci¨®n para poder comprar los elementos que componen la munici¨®n y montarse uno mismo las balas.
Ayer, una unidad especializada de los Mossos registr¨® la casa del pistolero, en Alcover (Tarragona), ante las sospechas de que pudiera almacenar explosivos. Mientras, ¨¦l sigue ingresado en el hospital con pron¨®stico cr¨ªtico. Pese a las precauciones de defensa que tom¨® en el cobijo donde se atrincher¨®, una r¨¢faga de tiros de la unidad de ¨¦lite de los Mossos lo alcanz¨®.
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