El riesgo de perder el tren
No es imaginable que vaya a haber a medio plazo una relaci¨®n de fuerzas m¨¢s favorable al progresismo catal¨¢n y espa?ol para impulsar una salida a la crisis catalana
La izquierda catalana en su conjunto se halla ahora mismo en inmejorables condiciones para conseguir que el Gobierno de Espa?a contribuya a que Catalu?a salga del callej¨®n sin salida en que est¨¢ metida desde 2012. Los primeros pasos para lograrlo se han dado. Pero luego vino una pausa, impuesta por la pandemia, o eso pareci¨®. Y ahora se est¨¢ en un momento de indefinici¨®n, en el que elementos ex¨®genos como por ejemplo el deslizamiento hacia un ambiente preelectoral permanente, tienden a posponer las decisiones.
Dos de los partidos catalanes de izquierdas tienen a sus m¨¢ximos dirigentes como ministros en un gobierno de coalici¨®n del PSOE con Unidas Podemos y el coordinador general del otro, Pere Aragon¨¨s, encabeza el Gobierno de la Generalitat, aunque sea al frente de un gobierno de coalici¨®n con la derecha independentista. Uno de estos ministros es Miquel Iceta, l¨ªder del socialismo catal¨¢n en los duros momentos de 2017 en los que Pedro S¨¢nchez logr¨® recuperar la secretar¨ªa general del PSOE gracias, entre otras cosas, al decisivo apoyo del PSC. El otro ministro es Joan Subirats, el padre de la formulaci¨®n ideol¨®gica de los comunes. Pero resulta que, junto a estas fuertes posiciones del PSC y los comunes, Aragon¨¨s cuenta adem¨¢s con el grupo de 13 diputados de ERC en el Congreso que es socio parlamentario imprescindible para la mayor¨ªa de gobierno progresista en Espa?a. El sue?o dorado de cualquier pol¨ªtico catalanista.
Dado el escenario pol¨ªtico general, una mejor oportunidad es a estas alturas impensable. Durante la primera mitad de la legislatura, S¨¢nchez y las izquierdas catalanas han avanzado mucho en su primer objetivo compartido acerca de la crisis catalana: desinflamar el conflicto pol¨ªtico-constitucional, con hitos tan importantes y sensibles como fueron los indultos a los dirigentes independentistas condenados por el Tribunal Supremo. No es poco, desde luego. Pero, cubierta esta fase, pr¨¢cticamente no se han movido de la casilla de salida en el otro objetivo: encauzar el conflicto por la v¨ªa del di¨¢logo entre gobiernos, sacarlo de las manos de los jueces en las que lo puso el gobierno de PP dirigido por Mariano Rajoy y acordar por lo menos una propuesta de soluci¨®n.
Tras los indultos, apenas se han movido de la casilla de salida para encauzar el conflicto por la v¨ªa del di¨¢logo
Deshacer este nudo se est¨¢ revelando una tarea muy dif¨ªcil. Para todas las partes. Entre los tres partidos de la izquierda catalana no hay acuerdo ni siquiera acerca de la definici¨®n del problema a resolver. Tampoco lo hay entre los gobiernos de S¨¢nchez y Aragon¨¨s, excepto en que cualquier soluci¨®n debe abordarse por la v¨ªa del di¨¢logo.
Las posiciones de partida aclaran poco o nada. ERC pone sobre la mesa las reivindicaciones del independentismo: amnist¨ªa para los perseguidos judicialmente desde el oto?o de 2017, y luego, refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. Los socialistas han dicho desde el principio que previo a cualquier acuerdo entre los gobiernos de Espa?a y de Catalu?a debe haber otro entre los partidos catalanes, se entiende que por lo menos entre los que puedan sumar una mayor¨ªa en el Parlament suficiente para reformar el Estatuto de Autonom¨ªa. Es decir, una mayor¨ªa que forzosamente deber¨ªa incluir a las izquierdas y a Junts. La propuesta de Junts, el partido del expresidente Puigdemont exiliado en B¨¦lgica, es la misma que la de ERC, pero en su caso con el convencimiento, y la advertencia de que no ser¨¢ aceptada por el Gobierno central y que por tanto lo que procede es preparar ya un nuevo intento unilateral de independencia.
S¨¢nchez ha pospuesto sin concretar fecha la propuesta de los comunes de reformar el tipo penal de los delitos de sedici¨®n y rebeli¨®n
Desde hace m¨¢s de un a?o est¨¢ tambi¨¦n sobre la mesa la propuesta de los comunes consistente en reformar el tipo penal de los delitos de sedici¨®n y rebeli¨®n para hacerlos coincidir con la formulaci¨®n que rige en los pa¨ªses del entorno europeo. Eso permitir¨ªa resolver la situaci¨®n de Puigdemont y otros exiliados, lo que restar¨ªa argumentos a los partidarios del unilateralismo y ensanchar¨ªa la v¨ªa del di¨¢logo. Esta propuesta, sin embargo, ha desaparecido de la agenda del gobierno de S¨¢nchez, que ha decidido posponerla para m¨¢s adelante sin concretar fecha.
Llegados a este punto, la pregunta que se impone tras la larga pausa y en medio de la indefinici¨®n es obvia: ?Hay alguien entre los dirigentes de la izquierda catalana y la mayor¨ªa progresista espa?ola que piense que puede haber a medio plazo una mejor relaci¨®n de fuerzas que la actual para proponer una soluci¨®n a la crisis constitucional catalana? ?A qu¨¦ esperan?
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