Poder, indignidad y desprecio
La salida de tono de una persona autocontrolada como Macron habla tambi¨¦n de la p¨¦rdida de valores de la pol¨ªtica cada vez m¨¢s embarrada en la din¨¢mica de los mensajes y los simplismos de las redes
1.- ¡°Yo no estoy para joder (emmerder, podr¨ªa traducirse tambi¨¦n como cabrear) a los franceses. Yo digo pestes contra la administraci¨®n cuando ella les bloquea. Pues bien, ahora, a los no vacunados, si tengo muchos ganas de joderles¡±. Lo dijo el presidente Macron en una entrevista a Le Parisien. ?Por qu¨¦ este s¨²bito golpe a la imagen de restaurador de la dignidad p¨¦rdida de la presidencia de la Rep¨²blica con la que inici¨® su mandato? ?Por qu¨¦ este descenso al fango, esta salida de tono que contrasta con el personaje que quiso forjarse en su fulgurante ascenso a la cumbre del Estado? Su lento paseo frente a la c¨¢mara por el pasillo del Louvre el d¨ªa de su elecci¨®n quer¨ªa aportar un tono de serenidad y trascendencia a la presidencia de la Rep¨²blica que a su juicio se hab¨ªa degradado en los ¨²ltimos tiempos. De pronto, abre una brecha en su estilo, siempre adornado con un punto muy franc¨¦s de altivez intelectual. ?Por qu¨¦?
En seguida se han desplegado dos interpretaciones. El golpe de efecto: un desmelene calculado para impactar en las amplias mayor¨ªas que viven la pandemia entre la fatiga y el desasosiego, sabiendo que ahora mismo los antivacunas irreductibles no van m¨¢s all¨¢ del diez por ciento de los ciudadanos en edad y condici¨®n de ser vacunados. O el factor psicol¨®gico: las elecciones se acercan (est¨¢n a menos de cuatro meses), el presidente no tiene el escenario despejado que esperaba y la incertidumbre se le habr¨ªa ido por la boca. La crisis de la covid se alarga tanto y con tantos bucles que es dif¨ªcil obtener premio por su gesti¨®n. Cierto que ninguno de los pa¨ªses que admiten comparaci¨®n est¨¢n mejor que Francia. Pero es este un triste consuelo para un hombre tan convencido de su destino. Con su provocaci¨®n busca volver al escenario ideal: todos contra ¨¦l.
Pero haya sido un c¨¢lculo estrat¨¦gico estrafalario, por otra parte tan habitual en la era de la comunicaci¨®n digital, o una expresi¨®n inesperada de un momento de inseguridad, hay algo que empieza a ser ya signo de los tiempos: la facilidad con que los gobernantes pierden el sentido de responsabilidad que emana de la instituci¨®n. Ni la condici¨®n de ciudadano la otorga el presidente de la Rep¨²blica ni le corresponde a ¨¦l establecer los criterios morales a los que se ha de ajustar el comportamiento de los franceses. El presidente se atribuye un papel que no le corresponde al se?alar a los antivacunas como autores de ¡°una inmensa falta moral¡± y violenta su rol institucional cuando afirma que qui¨¦n tiene un comportamiento ¡°irresponsable deja de ser ciudadano¡±.
El tiempo dir¨¢ si esta salida de carril ha sido un acierto t¨¢ctico del presidente franc¨¦s de cara a las elecciones
El tiempo dir¨¢ si esta salida de carril ha sido un acierto t¨¢ctico del presidente de cara a las elecciones. Pero, sea bueno o malo el resultado, ha desmerecido su funci¨®n y ha dado argumentos a los m¨¢s gritones del lugar: la extrema derecha y la derecha radicalizada.
2.- La salida de tono de una persona mesurada y autocontrolado como Macron habla tambi¨¦n de la p¨¦rdida de valores de la pol¨ªtica cada vez m¨¢s embarrada en la din¨¢mica de los mensajes y los simplismos de las redes. A otra escala, hemos tenido un vergonzoso ejemplo de la menguada dignidad de ciertos dirigentes pol¨ªticos en Madrid, en torno a Almudena Grandes. Que la derecha radicalizada negara la condici¨®n de hija predilecta de la ciudad a una escritora tan reconocida forma parte de una mentalidad que excluye todo lo que no le pertenece. Que tres ediles de Recupera Madrid, escisi¨®n de M¨¢s Madrid, utilicen el nombramiento como instrumento para el regateo en la negociaci¨®n del voto a los presupuestos, me parece francamente vergonzoso: una penosa instrumentalizaci¨®n de lo que era un reconocimiento a una referente de la literatura espa?ola actual. Pero que el alcalde que acepta el trueque, desvalorice al instante el nombramiento diciendo que no lo merece pero que hay que hacer cesiones para aprobar los presupuestos, es simplemente una indignidad. Y dicen que Almeida es una de las personas m¨¢s moderadas del PP.
Probablemente el problema est¨¢ en que la ciudadan¨ªa pide mucho a los pol¨ªticos pero les exige poco
Cuando se ocupan altos responsabilidades pol¨ªticas hay que saber respetar a los ciudadanos, tambi¨¦n a los que no son de los tuyos, poner las instituciones un poco por encima de las peleas miserables del d¨ªa a d¨ªa pol¨ªtico y tener la generosidad suficiente para tratar con respeto a los dem¨¢s. Tambi¨¦n a las figuras destacadas del espacio cultural y simb¨®lico del adversario. Probablemente, el problema est¨¢ en que la ciudadan¨ªa pide mucho a los pol¨ªticos pero les exige poco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.