¡±Tranquil, Jordi, tranquil¡±
El joven monarca y el ambiguo gobernante disfrutaban hace 41 a?os de una ampl¨ªsima credibilidad. Todav¨ªa no hab¨ªan amasado sus inexplicables e injustificables fortunas
Hoy hace cuarenta y un a?os del bochornoso intento de golpe de Estado del 23 de febrero. La justicia militar conden¨® a Milans, que hab¨ªa sacado los tanques en Valencia, y a Tejero, que era reincidente, a treinta a?os de prisi¨®n. A Armada, principal urdidor de la trama golpista insinuando el consentimiento regio, solo le impuso seis a?os. La sentencia militar fue recurrida en casaci¨®n ante el Tribunal Supremo que la revoc¨® parcialmente condenando a Armada a treinta a?os, de los que solo cumpli¨® cinco, porque el rey le indult¨® a propuesta de Narc¨ªs Serra, ministro de Defensa de Felipe Gonz¨¢lez.
El a?o pasado se cumplieron cuarenta a?os de aquellos bochornosos acontecimientos. Se revivieron las dudas sobre la actuaci¨®n del rey, entonces cargado de credibilidad y hoy merecedor de cualquier suspicacia. Se editaron o reeditaron infinidad de publicaciones, memorias y cr¨®nicas. Tambi¨¦n se prodigaron comparaciones con la condena de los procesados del proc¨¦s, igualmente acusados por rebeli¨®n, aunque no militar (ser¨ªa rebeli¨®n civil, o sea, pol¨ªtica). La comparaci¨®n no est¨¢ exenta de l¨®gica porque la fiscal¨ªa, lo mismo que Vox, ped¨ªa penas de semejante gravedad: veinticinco a?os para Junqueras. Ahora, un a?o despu¨¦s, la rebeli¨®n militar de 1981 ya no es noticia, casi nadie se acuerda de aquella turbia conspiraci¨®n concluida con una aut¨¦ntica rebeli¨®n militar. Tampoco se acuerda casi nadie de las comparaciones de aquellas condenas con las impuestas a los condenados por el proc¨¦s, una vez rebajada por el Tribunal Supremo la descabellada y desproporcionada acusaci¨®n de rebeli¨®n y, sobre todo, una vez liberados los presos tras haber sido indultados.
Casi nadie se acuerda del juicio del proc¨¦s, pero los fiscales s¨ª. Solo hace una semana, en la Real Academia de Jurisprudencia, el fiscal Zaragoza, acompa?ado de la fiscal Madrigal, pensando en Catalu?a, propon¨ªa recuperar una reforma del C¨®digo Penal que Aznar introdujo en 2003 pensando en Euskadi, para condenar a los que convoquen elecciones o refer¨¦ndum ¡°careciendo de competencia para ello¡±. La reforma de Aznar fue derogada por Zapatero en 2005 porque esas conductas ¡°no merecen reproche penal, y menos con pena de prisi¨®n¡±. Zaragoza, pertinaz, a¨²n manten¨ªa la correcci¨®n de su acusaci¨®n por rebeli¨®n, pese a que el Supremo la hab¨ªa desarticulado meticulosamente, condenando solamente por sedici¨®n con graves penas, ciertamente, pero no tan desmesuradas.
Se dec¨ªa que el rey llam¨® a Jordi Pujol durante la noche de aquel 23 de febrero para tranquilizarle, cuando Tejero todav¨ªa deambulaba por el Congreso, pistola en mano, aunque no es probable que le hablara en catal¨¢n, y menos a¨²n que usara las palabras que, pasado el sobresalto de aquella noche aciaga, dec¨ªa el chascarrillo que corr¨ªa por Barcelona el d¨ªa siguiente: ¡°Tranquil, Jordi, tranquil, son de la Guardia Civil¡±. Entonces, el joven monarca y el ambiguo gobernante disfrutaban de una ampl¨ªsima credibilidad. Todav¨ªa no hab¨ªan amasado sus inexplicables e injustificables fortunas. Hoy, merecedores de una general desconfianza, ante la proximidad de la benem¨¦rita, con su eficaz unidad anticorrupci¨®n, que entonces no exist¨ªa, probablemente no intercambiar¨ªan aquellos mensajes tranquilizadores.
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