Iv¨¢n y sus camaradas de Barcelona llegan a Ucrania

El grupo de ciudadanos ucranianos que el domingo sali¨® de Barcelona para acudir a su pa¨ªs con el objetivo de sumarse a los voluntarios que luchan contra la invasi¨®n del ej¨¦rcito ruso ya ha llegado a destino. ¡°Estamos dentro de Ucrania¡±, confirm¨® Ivan Vepryk, por tel¨¦fono. Los seis compa?eros cruzaron media Europa en furgoneta para regresar a Ucrania, y se han repartido por distintas ciudades. Han empezado a distribuir los medicamentos y las ropas que llevaban cargadas en el maletero de la monovolumen, y tratan de colaborar en tareas de defensa militar. ¡°Yo soy soldado, pero me falta la ropa y las botas militares¡±, manifiesta Iv¨¢n.

Tiene 43 a?os y dej¨® a su mujer y a tres hijos en Catalu?a, donde trabaja como mec¨¢nico de coches. Afirma tener formaci¨®n en el manejo de armas porque de joven cumpli¨® con el servicio militar. ¡°Hace tiempo que no lo toco, pero esto no se olvida¡±, se?ala. ¡°De momento, m¨¢s o menos bien¡±, responde cuando se le pregunta por sus sensaciones, una vez que ya est¨¢ aposentado en tierra de conflicto. Se muestra reacio a dar muchos detalles sobre su paradero y alega motivos de seguridad.

M¨¢s expl¨ªcito es Igor Razumeyo, el conductor de la monovolumen Mercedes donde se embutieron los seis hombres, para viajar desde Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) hasta Ucrania. Dice que el viaje se hizo largo, y que fue especialmente fatigoso poder cruzar la frontera de Polonia. All¨ª hab¨ªa mucha gente que hac¨ªa el camino inverso, tratando de alejarse de Ucrania. ¡°No vamos a juzgar a nadie, pero en los momentos cr¨ªticos no hace falta tener a esta gente al lado, porque se convierte en una molestia¡±, opina el conductor. Una vez cumplido el papeleo de la aduana, les toc¨® aguardar toda una noche. ¡°Hay toque de queda¡±, precisa. Igor confirma que circular en coche por Ucrania es costoso, incluso por aquellas zonas que quedan m¨¢s apartadas de los bombardeos. ¡°Cuesta avanzar porque hay controles y es dif¨ªcil encontrar gasolina¡±, a?ade. Y revela que, en previsi¨®n, ellos llevaban un par de garrafas de combustible en el maletero.

La primera parada la hicieron en la ciudad de Rivne, cerca de la frontera con Bielorrusia. ¡°All¨ª descargamos la mayor¨ªa de medicamentos y la ropa, para tener m¨¢s movilidad con el coche¡±. Iv¨¢n y otro voluntario se quedaron en esa primera parada. La ruta sigui¨® hasta las ciudades de Slavuta y V¨ªnnytsia donde se bajaron otros dos viajeros. ¡°Al final, en el coche nos quedamos Oleg y yo¡±, cuenta Igor. Pretend¨ªan llegar hasta la ciudad de Zhitomir. ¡°Ten¨ªamos que atravesar una zona de conflicto y fuimos hacia el sur, porque no ¨ªbamos armados ni nada¡±, justifica Igor. Detalla que, tras pasar la noche en casa de Oleg, el viaje a la guerra en furgoneta culmin¨® en su pueblo, en las inmediaciones de Bila Tserkva, al sur de Kiev. ¡°Al llegar me fui al cuartel y, luego, a ver un grupo de voluntarios¡±, manifiesta. ¡°Yo no quiero que muera nadie, no odio a los rusos, pero har¨¦ lo que sea para salvar a mi pa¨ªs¡±, sentencia.