Recordar en tiempos de guerra
Temo que en Ucrania suceda lo que en Siria, donde hace a?os que los periodistas no pueden entrar y, si alguno lo consigue, no puede trabajar a fondo porque nadie quiere hablar, tanto es el temor
Si ha logrado dormir, Svetlana Alexi¨¦vich, periodista y narradora premio Nobel de 2015, debe de estar tomando notas y hablando con tantas personas como pueda. Como bielorrusa de expresi¨®n rusa, esta guerra tiene matices propios. A la espera de qu¨¦ libro nos ofrecer¨¢ la autora de La guerra no tiene rostro de mujer (Debate; en catal¨¢n, Raig Verd), hace hoy exactamente un mes dec¨ªa: ¡°Me parece que no he dormido durante todo el tiempo que dura la guerra. En todo caso, esto no es dormir, porque te acuestas a las dos o a las tres, te levantas muy temprano y enseguida vas para all¨¢: ?qu¨¦ hay?, ?qu¨¦ hay? Este es un mundo nuevo, completamente nuevo, en el que ninguno de nosotros pens¨® vivir. Da miedo imaginarlo. Recuerdo c¨®mo los ucranianos, cuando les preguntaron en la frontera: ?no ten¨¦is miedo a la guerra?, dijeron: no, nuestros hermanos bielorrusos no nos disparar¨¢n¡±. Pero no ha sido as¨ª, constata, pues ¡°seg¨²n las leyes de tiempos de guerra, otorgar territorio tambi¨¦n es ser c¨®mplice de un crimen¡±, en relaci¨®n a c¨®mo Bielorrusia se ha entregado a Putin para atacar a Ucrania. No hay hermanos que valgan.
Qu¨¦ recordaremos de esta guerra depende en extremo de lo que constaten escritores y periodistas al margen de la propaganda, locales y no locales, atentos a su vida diaria, que conozcan sus claves y puedan seguir la guerra de principio a fin. Continua Alexi¨¦vich: ¡°En cuanto a los ucranianos, esto es incre¨ªble. Amaba a mi abuela, amaba a mis parientes ucranianos, pero no sab¨ªa qu¨¦ profundidad de poder ten¨ªan, no lo sab¨ªa. Los tanques rusos entran en un pueblo, un pueblo ucraniano, y las abuelas con palos, los ancianos, los ni?os corren hacia estos tanques y se arrodillan. Dicen que ahora vienen tanques y no dan la vuelta, contin¨²an su movimiento¡±. Temo que en Ucrania suceda lo que en Siria, donde hace a?os que los periodistas no pueden entrar y, si alguno lo consigue, no puede trabajar a fondo (reportajes, entrevistas) porque nadie quiere hablar, tanto es el temor. Pocos medios est¨¢n para financiar una informaci¨®n tan costosa y peligrosa de adquirir. La libertad de informaci¨®n es eso, sus circunstancias.
Yevgenia Belorusets es una fot¨®grafa y escritora de Kyiv de 42 a?os que desde el primer momento ha encontrado una ventana en La Vanguardia para publicar cada d¨ªa su Diario de guerra. Lo vas siguiendo y notas cada vez m¨¢s una angustia que, hasta este s¨¢bado, la autora de estas estampas inestimables expresaba entre l¨ªneas, dedicadas hasta ahora a rescatar la vida de este momento atroz. De la resistencia pasaba este s¨¢bado a implorar: ¡°Pido a mis lectores, pido a aquellos que nos tienen en sus pensamientos, que se comprometan a recordar los nombres de estos desconocidos lugares¡± que no tienen quien les escriba, en la frontera del Donb¨¢s: Zhdanivka, Toretsk, H¨®rlivka. ¡°El cielo sobre Ucrania debe cerrarse¡± y si los pol¨ªticos internacionales no lo hacen, ¡°al menos podr¨ªan proporcionaros medios para que lo hagamos nosotros mismos¡±. Memoria y compromiso.
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