Por un s¨ª o por un no

Hay quien dice que los refer¨¦ndums los carga el diablo. Y a pesar de parecer poco tolerantes exponen una serie de argumentos que pretenden traducir su posici¨®n como ilustradamente democr¨¢tica cuando el ciudadano afectado la observa de dudosa reputaci¨®n pol¨ªtica. En el lado opuesto est¨¢n quienes insisten en profundizar en el sistema participativo exigiendo a los mandatarios que compartan el poder o comprometi¨¦ndose ellos mismos a hacerlo cuando lo ostenten. As¨ª, anunciando que consultar¨¢n la mayor¨ªa de las decisiones p¨²blicas que deban tomar, se desprenden de la responsabilidad que les corresponde por el cargo y lo enmascaran como la socializaci¨®n de su potestad.

Sucede no obstante, que cuando los primeros deben dar el paso por exigencia ajena o graciosa concesi¨®n a la ciudadan¨ªa, la posible derrota les espera en la esquina. La consulta sobre el tranv¨ªa por la Diagonal del alcalde Jordi Hereu, por ejemplo. En cambio, cuando a los segundos les llega la hora de cumplir sus promesas, la obligaci¨®n auto-impuesta les estorba y buscan subterfugios como el de la alcaldesa Ada Colau, que no considera que Barcelona deba ser preguntada sobre los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno 2030 a pesar de lucir el nombre de la ciudad como ariete porque no comportar¨ªan ni grandes inversiones ni un castigo al medio ambiente en contradicci¨®n con su propio grupo parlamentario.

Tambi¨¦n est¨¢n quienes buscan f¨®rmulas alternativas que les alejen del riesgo que no quisieran correr porque ahora solo persiguen la aprobaci¨®n antes recelada. Y formulan preguntas adaptadas a cada parte de los dos territorios que deben participar como ha resuelto el desaf¨ªo el president Aragon¨¦s. As¨ª, las seis comarcas directamente implicadas s¨ª que podr¨¢n ejercer su derecho a decidir directamente, mientras las tres que reivindicaron la misma posibilidad por vecindad y conexi¨®n deber¨¢n constatar la voluntad popular de involucrarse o no en el evento deportivo. Entendiendo por ¡°involucrarse¡± lo que el diccionario define como ¡°hacer participar a una persona en un asunto, comprometi¨¦ndola o hablando de ella como si participase¡±. O sea, y para este caso, dej¨¢ndola expresarse pero sin poder de decisi¨®n.

El ardid del Govern mata algunos p¨¢jaros independentistas de un tiro. Se desmarca de la CUP, directamente contraria a la propuesta, silencia las bases de Esquerra Republicana y a alguno de sus cargos destacados que hab¨ªan manifestado su malestar al respecto, une su destino a Junts para evitar otra batalla, sin que sirva de precedente, y favorece una ristra de inversiones imprescindibles en el Pirineo que dif¨ªcilmente podr¨ªa o sabr¨ªa satisfacer, para desesperaci¨®n de sus habitantes y negaci¨®n de los principios ecol¨®gicos sin los cuales uno deja de ser progresista autom¨¢ticamente.

Pero como todo este despliegue coincide con el informe de los t¨¦cnicos vinculados a la ONU sobre la urgencia clim¨¢tica que concluye aquel mismo a?o, la campa?a negativa ya est¨¢ hecha. En cambio, la gubernamental, aunque solo informativa, puede quedar afectada por la falta de convicci¨®n.

A todos ellos Adam Smith les advirti¨®: Si abordas una situaci¨®n como un asunto a vida y muerte, morir¨¢s muchas veces.

Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal