Un espacio a la izquierda del PSOE
Todas las esperanzas est¨¢n puestas en el liderazgo y el proyecto de Yolanda D¨ªaz. No se entiende que no est¨¦n todos remando con ella. Y menos a¨²n que Pablo Iglesias no pare de criticarla
Pedro S¨¢nchez puede darse con un canto en los dientes con los resultados que le vaticinan las encuestas. El hundimiento del socialismo franc¨¦s muestra hasta qu¨¦ punto el dirigente socialista ha sabido surfear la crisis general de la socialdemocracia y las turbulencias del malestar social por la crisis de 2008. Pero el m¨¦rito no es solo suyo. Se lo debe tambi¨¦n a Unidas Podemos. Hubo un momento en que la posibilidad de un sorpasso de Podemos no dejaba dormir a la vieja guardia socialista. El partido surgido del 15-M perdi¨® esa oportunidad y desde entonces no acaba de encontrar la forma de consolidar un espacio a la izquierda del PSOE. La divisi¨®n interna, con la marcha de Errej¨®n y otros fundadores, no ha hecho sino debilitar el proyecto. El ¨¦xito de M¨¢s Pa¨ªs en Madrid y la evoluci¨®n posterior de Podemos confirman lo que muchos observaron tras el congreso de la ruptura: que Iglesias hab¨ªa ganado, pero estaba condenado a aplicar las pol¨ªticas del perdedor.
As¨ª fue. La coyuntura hizo que Podemos fuera imprescindible para que el PSOE pudiera gobernar. A diferencia de Felipe Gonz¨¢lez y la vieja guardia del partido, que nunca dieron la m¨¢s m¨ªnima oportunidad de gobierno ni al PCE ni a las sucesivas plataformas unitarias situadas a su izquierda, S¨¢nchez supo hacer de la necesidad virtud y el Gobierno de coalici¨®n ha funcionado razonablemente bien. El presidente ha tenido cuidado de no tensar demasiado la cuerda y los de Podemos han procurado diferenciarse sin romper. Ahora se acercan unas nuevas elecciones, la coalici¨®n acusa la tensi¨®n, pero ninguno de los dos puede permitirse entrar en confrontaci¨®n porque se arriesgan a un fracaso conjunto. La posibilidad de que S¨¢nchez contin¨²e en el Gobierno depende de que el ala izquierda de la coalici¨®n no se desmorone. Dif¨ªcilmente el PSOE podr¨¢ conseguir un resultado suficiente para gobernar en solitario y si PP y Vox suman, nadie duda de que N¨²?ez Feij¨®o optar¨¢ por una coalici¨®n con la ultraderecha.
Pero la suerte electoral de la izquierda del PSOE no depende en primera instancia de S¨¢nchez. Lo ¨²nico que ¨¦l puede hacer es tratar de no perjudicarla. El da?o puede hac¨¦rselo ella misma con esa tendencia irrefrenable a la divisi¨®n que la lleva a un eterno c¨ªrculo vicioso de proyectos de unidad, escisiones, reunificaciones y nuevas divisiones. Podemos logr¨® en 2015 aglutinar a la mayor parte de esa izquierda, pero no ha sabido mantenerla unida. Tampoco ha sabido crear una estructura pol¨ªtica territorial s¨®lida y estable. Depende demasiado de los cargos institucionales.
Ahora, todas las esperanzas de esta izquierda est¨¢n puestas en el liderazgo y el proyecto de la vicepresidenta Yolanda D¨ªaz. Ella encarna el principal capital pol¨ªtico de ese espacio ante las pr¨®ximas elecciones. No se entiende que no est¨¦n todos remando con ella. Y menos a¨²n que Pablo Iglesias, que se retir¨® de la pol¨ªtica pero no deja de intervenir a trav¨¦s de los medios, no pare de criticarla cuando trata de ensanchar los l¨ªmites menguantes de Podemos o le atribuya fiascos como el de Andaluc¨ªa, que si algo demuestra es la tendencia suicida a la atomizaci¨®n y la dificultad para sumar.
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