Mar¨ªa Pag¨¦s enloquece al p¨²blico del Liceo con su apasionante baile
La core¨®grafa presenta en el teatro barcelon¨¦s ¡®De Scheherazade a Yo, Carmen¡¯

La noche del viernes, al terminar la funci¨®n, el p¨²blico del Liceo estall¨®, puesto en pie, en una gran ovaci¨®n. Fueron largos minutos de aplausos para De Scheherazade a Yo, Carmen, montaje que firman la bailaora andaluza Mar¨ªa Pag¨¦s, flamante ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Artes, y su pareja, el dramaturgo Larbi El-Harti, y que llega al coliseo l¨ªrico barcelon¨¦s con dos a?os de retraso a causa de la pandemia.
El espect¨¢culo es hermoso, hipn¨®tico y de una fuerza avasalladora. Es un viaje en 11 escenas que representan 1001 d¨ªas. Las 11 int¨¦rpretes, excelentes bailaoras, recorren la noche desde que se pone el sol hasta el amanecer. A trav¨¦s del flamenco, narran las peripecias de mujeres de fuerte personalidad, de Scheherazade a Carmen, pasando por Medea y Yerma, entre otras. Este c¨²mulo de mujeres universales ha sido la fuente de inspiraci¨®n de Larbi El-Harti para crear una apasionante dramaturgia. El espectador ve a un grupo de mujeres con coraje, que bailan y zapatean con una fuerza inusitada por seguir siendo libres y fieles a s¨ª mismas. La idea del autor es desmitificar el personaje y mostrar a la mujer real.
Impresionante el comienzo del espect¨¢culo: en el centro del gran escenario del Liceo y en penumbras aparece Mar¨ªa Pag¨¦s, majestuosa. Avanza como una diosa, destilando una solemnidad casi sacra, y empieza a bailar. Su hechizante, extraordinario, expresivo y sabio braceo empieza a provocar en el espectador un sinf¨ªn de emociones. Lo he repetido en otros escritos: sus brazos largos y elegantes y en ocasiones su aleteo recuerdan a los brazos del ballet cl¨¢sico, solo comparables a los de Maya Plisetskaya, que contrastan con el expresivo quiebro de su cintura. Y luego est¨¢ su vers¨¢til zapateado, que en esta ocasi¨®n es m¨¢s intenso, m¨¢s valiente, huele a libertad.
Tras este brillante solo, se unen a ella 10 magn¨ªficas bailarinas, tambi¨¦n con un zapateado intenso y provocador, m¨¢s joven y altanero; juntas forman un grupo amenazante ante el mundo: es un fragmento inolvidable. Sucesivamente, ir¨¢n desarroll¨¢ndose las restantes escenas con la misma fuerza. Todas las int¨¦rpretes est¨¢n siempre en el escenario, con el mismo poder¨ªo. Las secuencias de los bailes con los libros y con los abanicos son pl¨¢sticamente hermosos, combinan con maestr¨ªa el flamenco con pinceladas de danza contempor¨¢nea. El trabajo coral es impecable, al igual que los diferentes solos, que intercala Pag¨¦s a lo largo del espect¨¢culo.
La bailaora tambi¨¦n firma el vestuario que tiene los colores del desierto, y que junto a las crepusculares luces logran una atrayente atmosfera en la que se sumerge el p¨²blico desde el principio.
En cuanto a la cautivadora m¨²sica, interpretada en directo, es original de Rub¨¦n Levaniegos, Sergio Menem, David Mo?iz y la propia Mar¨ªa Pag¨¦s, y cuenta con dos cantaoras de excepci¨®n, Ana Ram¨®n y Cristina Pedrosa. M¨²sica que se trenza con diferentes palos del flamenco. Hacia el final del espect¨¢culo, se percibe un peque?o recordatorio a Rimski-K¨®rsakov, autor de la partitura de Scheherazade.
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