Flamenco, Picasso e Instagram: la Noche de los Museos de Barcelona le echa un pulso a Eurovisi¨®n
La fiesta nocturna de la muse¨ªstica, que se celebr¨® en 75 equipamientos de Catalu?a, vuelve sin restricciones por la pandemia
Cuando, poco antes de la medianoche, hay gente bailando y cantando letras de Marc Anthony (¡±Voy a re¨ªr, voy a gozar¡±) dentro del Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC), sabes que algo distinto pasa. Con media Espa?a pendiente de Eurovisi¨®n, la Noche de los Museos de Barcelona sac¨® a miles de personas a las calles y le ech¨® un pulso al certamen. La escena del MNAC fue el final de una fiesta nocturna que hab¨ªa comenzado horas antes, cuando las puertas se abrieron de par en par.
El Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (MACBA) se engalan¨® con sus mejores telas para acoger algo magn¨¦tico, una performance flamenca. Fue un espect¨¢culo inspirado en los tejidos y textiles de Teresa Lanceta, cuya exposici¨®n, Tejer como c¨®digo abierto, est¨¢ expuesta del 8 de abril al 11 de septiembre. Cientos de personas en la sala del MACBA quedaron hipnotizadas por tres bailaoras, Javiera De la Fuente, Fuensanta La Moneta y Ana Morales, acompa?adas de textos inspirados en la obra de Lanceta (presente en la sala), y le¨ªdos por el artista Pedro G. Romero, la eminencia del flamenco que sugiri¨® a Rosal¨ªa el libro que inspir¨® El mal querer.
¡°He disfrutado maravillosamente de esa relaci¨®n ambigua y ca¨®tica entre el texto y el sonido¡±, afirm¨® Jordi Mari¨¢n, profesional de la ilustraci¨®n que se acerc¨® al MACBA interesado por la obra de Romero: ¡°Hab¨ªa visto una exposici¨®n suya sobre arquitectura y flamenco en La Virreina, y ahora me ha vuelto a sorprender¡±. Javiera De la Fuente, la bailaora chilena afincada en Sevilla, explic¨® que ensayaron tres veces antes del espect¨¢culo, y que esa misma tarde Pedrog¨¦ les dijo que intentar¨ªa algo distinto: ¡°Y en ese sentido es una performance¡±, exclama, ¡°hay que sentirse libre para hacer lo que surja¡±. Recibieron un aplauso cerrado.
En el Centro de la Imagen La Virreina, Clara, una joven estudiante de Marketing de sonrisa contagiosa, se estrenaba en la recepci¨®n de los visitantes. Pronto indica la puerta de la primera exposici¨®n, Bagdad, ¡°un lugar moderno¡± (1958-1978), con fotograf¨ªas del iraqu¨ª Latif Al-An. De repente una mano vuela, el m¨®vil queda suspendido, y toma una foto de la fotograf¨ªa. El fen¨®meno tambi¨¦n ha vuelto a los museos tras dos a?os de pandemia, como los cruceros y los turistas, que sub¨ªan y bajaban por la Rambla. Entretanto, en el Museo Picasso (Born), que agot¨® el n¨²mero de entradas gratuitas, una gu¨ªa paciente explicaba ¨Centre los selfies de alg¨²n asistente¨C la interpretaci¨®n de Las Meninas de Velazquez que hizo Picasso, y el significado de sus tonos grises.
En el MNAC, los Marxing Bang le estaban poniendo ritmo a la sala oval del museo, rodeados por decenas de asistentes que bailaban, cantaban y beb¨ªan alguna copa. El tambor marcaba la base de Matador, la m¨ªtica canci¨®n de Los Fabulosos Cadillacs. El sonido, sin embargo, no llegaba a una de las salas contiguas, la del arte rom¨¢nico, envuelta en otros ¨¦xtasis, y donde varios menores investigaban El robo del bestiario, un juego para identificar al supuesto ladr¨®n de un manuscrito del siglo XII mientras aprend¨ªan las claves de la pintura y escultura rom¨¢nica. Solo en esa sala el contador de la vigilante acababa de registrar 730 visitantes. ?En todo el d¨ªa? ¡°No, qu¨¦ va¡±, sonri¨® la vigilante, ¡°en la ¨²ltima media hora¡±. Y as¨ª tambi¨¦n la sala de arte renacentista y barroco (800 visitantes), y en las dos de arte moderno (607).
Pasada la medianoche, asistentes como Quique Soriano y Mar¨ªa Estarellas, dos j¨®venes trabajadores que acababan de cenar y decidieron visitar el museo, estaban encantados: ¡°Mola un mont¨®n, hay mucha gente joven aqu¨ª y hay mucho que ver¡±, dijo Mar¨ªa; unos metros m¨¢s all¨¢, pasaba otra joven que le mostraba el museo a una amiga por videollamada.
Los ecos del festival llegaron tambi¨¦n a la Noche de los Museos. ¡°Espera, ?qui¨¦n ha ganado lo de Eurovisi¨®n?¡±, preguntaba una se?ora a su hija, que miraba el m¨®vil, al bajar por las escaleras de Montjuic. ¡°Ucrania¡±, dijo la joven, ¡°y la Chanel ha quedado tercera¡±. ¡°Ah, pues no est¨¢ mal, ?no?¡±, respondi¨® la madre, mientras las puertas del museo se cerraban a sus espaldas.
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