Dos ¡®mossos¡¯ afrontan 18 a?os de c¨¢rcel acusados de colocar droga y detener ilegalmente a un estibador
El fiscal implica a los funcionarios en una trama para meter entre rejas a un trabajador del puerto de Barcelona
La historia fue una pesadilla que dur¨® tres a?os, el tiempo que estuvo imputado C. L., estibador del puerto de Barcelona. Empez¨® el 15 de junio de 2016, cuando le detuvieron en el aparcamiento de su gimnasio, despu¨¦s de hallar en su coche un kilo de coca¨ªna, hach¨ªs, una pistola semiautom¨¢tica, un hacha y una navaja. Y se acab¨®, formalmente, el 31 de mayo de 2019, cuando el juzgado dej¨® claro que ¨¦l no ten¨ªa nada que ver con esa droga ni con esas armas. Ahora llega la segunda parte, el juicio contra los sospechosos de tenderle la trampa para encarcelarlo. El fiscal pide 18 a?os y 9 meses de c¨¢rcel para dos mossos d¡¯esquadra, el cabo Francesc A. y el agente Xavier G. Y otros 15 a?os para sus dos presuntos compinches, Joaqu¨ªn B. y Juan Antonio R.
El ministerio p¨²blico sostiene que los polic¨ªas (que fueron detenidos en 2017 y est¨¢n en libertad, pero apartados de su trabajo), junto a los otros dos acusados, ¡°de com¨²n y previo acuerdo¡±, consiguieron la coca¨ªna y el hach¨ªs, ¡°adquiri¨¦ndolos de ignorados proveedores¡±. Tuvieron la droga durante un ¡°tiempo indeterminado¡± para ¡°la venta, el intercambio, la entrega a terceros o el consumo¡±. Tambi¨¦n se hicieron con la pistola semiautom¨¢tica, el hacha y la navaja. Y todo ello lo usaron para ¡°implicar al estibador del puerto de Barcelona C. L.¡± en el tr¨¢fico de drogas y la tenencia il¨ªcita de armas, con el objetivo de que sufriese ¡°las consecuencias aflictivas de un procedimiento penal y, especialmente, la privaci¨®n de libertad que inevitablemente se acordar¨ªa para ¨¦l¡±, seg¨²n el fiscal.
Los dos mossos d¡¯esquadra aportaron ¡°informaci¨®n esencial¡± para el plan. Destinados en la comisar¨ªa de Sant Mart¨ª de Barcelona, consultaron en las bases de datos informaci¨®n sobre el estibador y su veh¨ªculo, sabiendo que no estaba justificado que lo hiciesen. El fiscal se?ala que ¡°facilitaron¡± esa informaci¨®n a los otros dos acusados, Joaqu¨ªn B. y Juan Antonio R., quienes ¡°procedieron a realizar seguimientos y vigilancias¡± a C. L. para ¡°conocer sus rutinas¡±. El objetivo era lograr que encarcelasen al estibador.
Una vez estudiada su vida, ¡°los cuatro acusados en ejecuci¨®n del plan trazado convinieron que har¨ªan la colocada de la droga y las armas en el veh¨ªculo¡± de C. L. la tarde-noche del 15 de junio de 2016. Sab¨ªan que lo dejar¨ªa en el aparcamiento de su gimnasio, en la avenida de Diagonal. Y fijaron ese d¨ªa concreto porque uno de los dos polic¨ªas, Xavier G., estaba de servicio y ¡°podr¨ªa controlar los acontecimientos¡±. Para ello, los mossos informaron a los otros dos hombres de c¨®mo funcionaba la comisar¨ªa donde trabajaban. Les dieron el sobrenombre de uno de los agentes destinados en estupefacientes, ¡°Trini¡±, el que ten¨ªa m¨¢s ¡°informadores¡±, para que llamasen al tel¨¦fono de guardia, dijesen que eran uno de sus confidentes, y diesen un ¡°chivatazo¡± cre¨ªble, relata el fiscal.
Y as¨ª lo hicieron. Llamaron al m¨®vil de guardia de la comisar¨ªa, contaron que hab¨ªa un Golf aparcado en el gimnasio con droga y se mont¨® un operativo policial a cargo de Xavier G., que estaba de servicio ese d¨ªa. Previamente, hab¨ªan abierto el coche, metido las armas, la coca¨ªna y el hach¨ªs, seg¨²n el fiscal. A las nueve de la noche, cuando C. L. sali¨® del gimnasio y se acerc¨® a su veh¨ªculo, fue arrestado por las drogas y las armas que hallaron en el interior. El estibador permaneci¨® detenido tres d¨ªas en los calabozos, se vio inmerso en un proceso judicial de tres a?os, con el desgaste emocional, social y econ¨®mico que supuso. Su arresto se publicit¨® en los medios y lleg¨® a su entorno.
La investigaci¨®n no ha dejado claro si los acusados actuaron ¡°por iniciativa propia¡± o a ¡°instancia e inter¨¦s de personas desconocidas¡±. En el trasfondo de la causa subyace enfrentamientos en la estiba. La v¨ªctima de la trama, C. L., fue acusada sin pruebas de ser el autor de una web que hablaba de diversos trabajadores del puerto de Barcelona a los que implicaba en una trama internacional dedicada al tr¨¢fico de drogas. Precisamente uno de los se?alados en ese blog, David C., al que los polic¨ªas presuntamente corruptos tambi¨¦n consultaron en las bases de datos, fue acusado de instigar la cacer¨ªa contra C. L., algo que no se ha podido acreditar.
Los dos mossos d¡¯esquadra fueron detenidos por Asuntos Internos de la polic¨ªa catalana tras m¨¢s de un a?o de investigaci¨®n. Para demostrar su presunta actividad delictiva, les colocaron micr¨®fonos en su despacho y en su veh¨ªculo. Tambi¨¦n auditaron sus consultas en el sistema policial, adem¨¢s de someterles a vigilancia e intervenirles el tel¨¦fono. A todo ello, se suma la declaraci¨®n de dos testigos protegidos, a los que el fiscal ha pedido que se cite en la celebraci¨®n del juicio, que todav¨ªa no tiene fecha.
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