El S¨®nar 2022 echa a andar con calor adolescente
El festival barcelon¨¦s arranca con el ¨¦xito de Rojuu y el ritmo l¨²brico de Ms Nina
Faldas sin restricci¨®n de g¨¦nero, sombreros peludos y altos como un morri¨®n, tangas, transparencias indiscriminadas en zonas sensibles, ba?adores usados como ropa de paseo¡ son elementos de vestuario habituales en el S¨®nar que no llaman particularmente la atenci¨®n. Pero el jueves, a primera hora de la tarde, en uno de los hangares de la Fira, el S¨®nar que entonces arrancaba ofreci¨® una apoteos...
Faldas sin restricci¨®n de g¨¦nero, sombreros peludos y altos como un morri¨®n, tangas, transparencias indiscriminadas en zonas sensibles, ba?adores usados como ropa de paseo¡ son elementos de vestuario habituales en el S¨®nar que no llaman particularmente la atenci¨®n. Pero el jueves, a primera hora de la tarde, en uno de los hangares de la Fira, el S¨®nar que entonces arrancaba ofreci¨® una apoteosis adolescente que cuesta recordar haya tenido lugar en alguna otra edici¨®n. Rojuu, Roc Jou, 19 a?os, ex youtuber barcelon¨¦s que dej¨® los juegos en red para cantar, ten¨ªa ante s¨ª a muchas adolescentes que enloquec¨ªan con sus canciones, gen¨¦ricamente adscritas al emo-trap; es decir, manifestaci¨®n de dudas, angustias y desesperanzas juveniles expresadas por medio de canciones que rezuman una tristeza relacionada con la desubicaci¨®n y el desamor. Fue probablemente la nota m¨¢s llamativa de unas primeras horas protagonizadas por un sol de espagueti western que hizo m¨¢s necesarios los abanicos que en un show de Locom¨ªa. La alcaldesa Ada Colau asisti¨® a los primeros compases del festival.
Rojuu, camisa negra calada, pantalones de igual color, botas que para s¨ª hubiese querido Edmund Hillary, comenz¨® la actuaci¨®n en formato tr¨ªo ¡ªguitarra, bajo y bater¨ªa¡ª para cantar lo que ¨¦l dijo eran canciones tristes. Fantas¨ªa placebo, ?Cu¨¢nto tiempo nos queda? o Un paseo m¨¢s, dedicada a su perro-a, recientemente muerto-a, conformaron el arranque del espect¨¢culo. Sonido destartalado de pop-rock atropellado con la voz filtrada y Rojuu, que lleg¨® al recinto en un paso de Semana Santa sujetado por nazararenos, dando saltos antes de decir que estaba contento de estar all¨ª y que ¡°fuck Primavera¡±. Haciendo amigos. Y nada de introspecci¨®n emo, todo expansi¨®n y alegr¨ªa: fiesta. M¨¢s tarde desapareci¨® el grupo y comenzaron las bases electr¨®nicas que romp¨ªan en l¨ªneas mel¨®dicas pop. Canciones como UMI, Muy Lind4 o Tofu delivery ejemplificaron este tramo de la actuaci¨®n, que concluy¨® con un salvaje atentado ¡°makinero¡±.
En escena, tropel de colegas ataviados, menos uno, en todos los tonos del negro, del ala de cuervo al negro noche en cueva oscura. Quer¨ªa cantar m¨¢s, pero el estricto horario del festival le dej¨® con las ganas. El S¨®nar concit¨® a su futuro. Rojuu, como la lluvia, puede gustar o no, pero ah¨ª est¨¢.
Al mismo tiempo justo lo contrario. En el Complex, aire acondicionado y butacas, Tarta Relena propon¨ªan una ingravidez vocal acompa?adas por un coro mixto de 16 voces. Si lo de Rojuu es el hoy, lo del d¨²o es un hoy anclado en un ayer sefard¨ª, griego o latino. Una preciosidad de encaje de bolillos hecho con cuerdas vocales e idiomas que nos hablan de d¨®nde venimos bajo el p¨¢lpito de eventuales arreglos electr¨®nicos. La final Las alamedas liber¨® un caudal de aplausos. Mientras tanto en el Village, bajo el sol, la m¨²sica sonaba a cuatro de la ma?ana cuando a¨²n no eran ni las cinco de la tarde. El p¨²blico, resguardado en la sombra, dejaba la pista vac¨ªa, s¨®lo ocupada por una luz implacable y por un par de personas que s¨ª estaban como a las cuatro de la ma?ana.
Un poco m¨¢s tarde el espect¨¢culo se desplaz¨® al Hall, el escenario de los cortinajes rojos que dada su profundidad y penumbra permite algo inhabitual en los conciertos bajo techo: personas fumando. A quien apenas se ve¨ªa era al artista que entonces actuaba, Sega Bodega, semioculto por unos cortinajes como de tul que movidos por ventiladores aleteaban en torno a su figura, ci?¨¦ndola. La tortura sistem¨¢tica de los sonidos que aventaba, digamos que eran experimentales si a estas alturas existe este tipo de m¨²sica, no rehu¨ªan la melod¨ªa.
Dos mundos as¨ª en contacto, lo ¨¢spero y lo amable, que acabaron de exponerse con Cicada, la canci¨®n en la que canta Arca, la musa por antonomasia del festival que act¨²a el s¨¢bado en la noche.
Y en un ambiente carnal sin apenas extranjeros, no muy abundantes en una jornada con bastante p¨²blico, Ms Nina perre¨® invocando t¨¦rminos como ¡°culo¡±, ¡°chingar¡±, ¡°bellaqueo¡±, ¡°ch¨²palo¡± o ¡°pussy¡± y frases como ¡°estoy buena, todo lo que toco lo caliento¡± o ¡°me gusta tu saliva cuando t¨² fumas sativa¡±. Una pareja parec¨ªa buscar fuego por frotaci¨®n en primera fila. Qu¨¦ menos. En un mundo comprimido por los eufemismos y la correcci¨®n pol¨ªtica es alentador que alguien llame a las cosas por su nombre. Reguet¨®n hab¨ªa de ser, m¨²sica popular. Tonter¨ªas, las justas.
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