Los incendios ya no se pueden apagar en invierno

Crec¨ª escuchando la expresi¨®n ¡°los incendios se apagan en invierno¡±, una reflexi¨®n que apelaba al no haber hecho el trabajo cuando tocaba ante fuegos forestales estivales dif¨ªciles de controlar y que generaban importantes p¨¦rdidas, tambi¨¦n humanas en ocasiones. Una expresi¨®n que, aprovech¨¢ndose del ox¨ªmoron, de la uni¨®n de conceptos contradictorios, el verano y el invierno, nos hac¨ªa pensar en aquello no atendido. Lo importante no es tanto lo que ocurre durante los incendios del verano, cuando nos fijamos en los bosques ardiendo, y s¨ª lo que no se ha hecho en los meses de invierno.

Pero hoy los incendios ya no se pueden apagar con lo hecho el invierno anterior, hemos entrado en una nueva ¨¦poca. Hay que tomar conciencia del trabajo a implementar desde ya a largo, medio y corto plazo para que nuestro hogar no desaparezca cuando ya est¨¢ en llamas.

Se consideraba que durante el invierno hab¨ªa un conjunto de pol¨ªticas, actuaciones, que se pod¨ªan desarrollar para evitar los incendios estivales o minimizar sus consecuencias, para que cuando llegar¨¢n se pudiera actuar de manera m¨¢s afectiva. Esta expresi¨®n se dec¨ªa y se contin¨²a repitiendo, pero ha perdido el sentido que pod¨ªa tener. La situaci¨®n de emergencia clim¨¢tica en la que nos encontramos tiene como una de sus consecuencias condiciones meteorol¨®gicas que favorecen la proliferaci¨®n de incendios y el aumento de su gravedad. Y la situaci¨®n de nuestros bosques tiene como una de sus consecuencias un escenario muy propicio para la propagaci¨®n de grandes incendios.

Hay que actuar decididamente en diferentes ¨¢mbitos. Necesitamos pol¨ªticas de mitigaci¨®n sobre el territorio para responder urgentemente a los incendios y sus consecuencias hoy. Los bosques no pueden ser materia combustible a la espera de arder. Deben ser espacios de vida, como en ¨¦pocas anteriores pudieron ser, que contribuyen a su sostenibilidad. Los bosques resistir¨¢n mejor a los fuegos si son espacios en los que conviven agricultura, pasturas, cultivos diversos, ¨¢rboles de diferentes edades y condiciones¡­

Hay que actuar decididamente sobre las emisiones contaminantes que agravan las crisis clim¨¢ticas. Sabemos que la manera de controlar el aumento de temperaturas, causantes de incendios y del aumento de los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos, es la reducci¨®n de emisiones. Lo reclama insistentemente la ONU, el Panel Internacional de Investigadores del Cambio Clim¨¢tico (IPCC), el movimiento ecologista... Pero no lo estamos haciendo. Y hay quien insiste en que es normal que en verano haga calor y tengamos incendios. Claro que es habitual en zonas mediterr¨¢neas, pero los r¨¦cords que no dejamos de batir son una evidencia incontestable de que nos se puede considerar normal lo que estamos viviendo.

La expresi¨®n ¡°los incendios se apagan en invierno¡± apelaba a nuestras dificultades para avanzarnos a los acontecimientos que sabemos que ocurrir¨¢n, que sabemos que pueden ser resueltos antes de que acaben en desastre. Hoy esa apelaci¨®n contin¨²a siendo urgente, pero hay que saber que ya no bastar¨¢ lo que hagamos el pr¨®ximo invierno. Hay que actuar desde ya pensando en las pr¨®ximas d¨¦cadas.

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