Mundos paralelos en el debate p¨²blico sobre Barcelona

Barcelona siempre ha sido una ciudad m¨¢s inclinada a los valores progresistas que a los conservadores, pero el debate p¨²blico sobre los problemas y el futuro de la ciudad no siempre refleja las preocupaciones reales de los ciudadanos. La Encuesta de Valores Sociales de 2021 muestra una vez m¨¢s la enorme distancia que hay entre la percepci¨®n de los problemas que tiene la ciudadan¨ªa, y la que se expresa en el debate pol¨ªtico, o lo que es lo mismo, la distancia entre la opini¨®n p¨²blica y la publicada.

No hay mandato que no termine con una crisis de seguridad o de limpieza, los dos asuntos m¨¢s utilizados por la oposici¨®n para desgastar a los gobiernos progresistas. Sin embargo los dos problemas sociales que m¨¢s preocupan, seg¨²n esa encuesta, son el paro y las condiciones de trabajo (27,4%) y la exclusi¨®n social, la pobreza y la desigualdad, (27,3%). Como en todas las ciudades tur¨ªsticas, tambi¨¦n hay problemas de seguridad, y eso es lo que m¨¢s preocupa al 19,2% de los barceloneses, pero incluso este asunto ha tenido momentos peores: en 2006 era lo que m¨¢s preocupaba al 28% de los barceloneses. Para encontrar la preocupaci¨®n por la limpieza hay que bajar hasta el puesto n¨²mero 13, pues solo lo es para 3,1%.

Pero el tema que m¨¢s atenci¨®n acapara en el debate p¨²blico y publicado es la batalla urban¨ªstica y ambiental, protagonizada unas veces por entidades vinculadas a los sectores econ¨®micos afectados por los proyectos de transformaci¨®n de la ciudad, pero tambi¨¦n por misteriosas plataformas utilizadas como tapadera de intereses que no quieren o no se atreven a dar la cara, como la que denunci¨® a Ada Colau por supuesto favoritismo en la concesi¨®n de subvenciones a entidades sociales afines. Esta causa, que acaba de ser tambi¨¦n sobrese¨ªda, dio lugar a grandes titulares y mucho espacio televisivo cuando la alcaldesa fue llamada a declarar. Los titulares del sobreseimiento han sido mucho m¨¢s discretos.

La C¨¢mara de la Propiedad Urbana de Barcelona ha acudido a los tribunales para que se paralice el proyecto de la Superilla del Eixample, que prev¨¦ crear nuevas plazas y ejes verdes para reducir la contaminaci¨®n y mitigar los efectos del cambio clim¨¢tico. Coincide con otra entidad de nombre sonoro, Salvem Barcelona, que ha denunciado ante la fiscal¨ªa un supuesto delito contra el ordenamiento jur¨ªdico. Su portavoz, el economista Francesc Granell, se opone a los cambios de movilidad con el argumento de que ¡°los coches en el Eixample no son para pasearse, son actividad econ¨®mica¡±.

Es una opini¨®n tan respetable como otra cualquiera. Pero las prioridades de los barceloneses est¨¢n claras: un apabullante 74,7% est¨¢ de acuerdo con la afirmaci¨®n de que ¡°se tendr¨ªa que priorizar la protecci¨®n del medio ambiente, aunque ello retarde el crecimiento econ¨®mico y cause p¨¦rdida de puestos de trabajo¡±. Solo un 20,9% considera que ¡°se tendr¨ªa que dar la m¨¢xima prioridad al crecimiento econ¨®mico y a la creaci¨®n de puestos de trabajo, aunque se resienta el medio ambiente¡±.

Parece que el ruido de las denuncias y las querellas no acaban de distraen a la ciudadan¨ªa de lo fundamental, aunque es obvio que ese es su prop¨®sito.

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