El tendencioso poder de la palabra
Laura Borr¨¤s est¨¢ jugando a fondo su gran baza dial¨¦ctica. Cree, y as¨ª convence a sus cegados fieles, que en la persuasi¨®n est¨¢ su posible redenci¨®n de un presunto pecado de obra
Si quien a hierro mata, a hierro muere, la cr¨®nica estaba escrita. La ca¨ªda de Boris Johnson la fue dibujando ¨¦l mismo con la perseverancia aplicada siempre a favor de sus errores. Hasta ahora que, tras emular a su admirado Winston Churchill buscando cualquier oportunidad para superar su desordenado pasado, olvid¨® lo que hab¨ªa escrito de su antecesor: ¡°fue acusado de que ni ¨¦l mismo acababa de creerse lo que dec¨ªa¡± (The Churchill factor, 2014). El listado Johnson es denso. Desde el refer¨¦ndum del Brexit para el que ten¨ªa preparado un doble discurso adapt¨¢ndose a cualquier resultado, a la vulneraci¨®n unilateral de los acuerdos firmados o el inacabable ¡°party gate¡± en el 10 de Downing Street mientras sus compatriotas viv¨ªan el duro confinamiento pand¨¦mico. Y todo sazonado siempre con mentiras, justificaciones y reincidente falsa contrici¨®n.
Suele pasar con aquellos pol¨ªticos que abusan del dominio de su propio lenguaje. All¨¢, donde conviven muchos, y aqu¨ª, donde tenemos menos pero igualmente tenaces. Al final, unos y otros, se contagian del mismo s¨ªndrome y acaban olvidando las m¨²ltiples cosas que han dicho antes en sentido contrario. Hasta que les pillan. Y lo que primero parece solo un renuncio, si no hay enmienda el tiempo lo convierte en desprop¨®sito. La virtud muta a vicio que aumenta a fuerza de ir echando siempre balones fuera o empujando la pelota hacia adelante. Y aunque se insista en una remodelada versi¨®n forzadamente coherente, la vida lo sit¨²a en el terreno reglamentario.
Laura Borr¨¤s est¨¢ jugando a fondo su gran baza dial¨¦ctica. Cree, y as¨ª convence a sus cegados fieles, que en la persuasi¨®n est¨¢ su posible redenci¨®n de un presunto pecado de obra. Ni de pensamiento ni de omisi¨®n. Ella misma lo asum¨ªa cuando se hac¨ªa escuchar al inicio del esc¨¢ndalo. Aquellos mismos atentos observadores son a los que ahora tilda de fiscalizadores porque describen la serie de cambios en un discurso que los meses han ido modelando a favor de la politizaci¨®n inexistente en su origen. Y aunque el problema, seg¨²n ella, est¨¦ en el proceso judicial y no en su investigaci¨®n inicial, las reglas del juego parlamentario impuestas en su momento por la mayor¨ªa independentista no pueden ni deber¨ªan cuestionarse cuando la corriente va en su contra. Entre otras razones porque la Catalunya libre tambi¨¦n debe serlo de tales m¨¢culas como evoca Carme Forcadell.
La diferencia no hay que buscarla entre Boris Johnson y Laura Borr¨¤s, si no en la actuaci¨®n de sus respectivos partidos y sus procedimientos. Mientras en el Reino Unido son los propios los que empujan a la dimisi¨®n aplicando la doctrina Churchill que se?alaba a los de detr¨¢s como enemigos y a los de delante solo como rivales, en Catalunya se cierran filas como si de un ultraje colectivo se tratara para despu¨¦s, y sin que se note el cuidado, aplicar la adversativa del inicio de Ana Karenina que gusta citar la presidenta: todas las familias felices se parecen unas a otras pero cada familia infeliz lo es a su manera.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.