Tres consideraciones sobre la seguridad en Barcelona
El derecho a disfrutar de la ciudad sin miedo es una pieza clave de lo que se denomina calidad de vida
Hace poco se hicieron p¨²blicos los datos relativos a la criminalidad en la ciudad de Barcelona. En los primeros cinco meses del a?o 2022 hubo una reducci¨®n del 23% de los hechos delictivos con respecto a los datos del mismo per¨ªodo de 2019. La comparaci¨®n con los datos de hace tres a?os es pertinente, puesto que, durante la pandemia, por razones obvias, todas las actividades -incluso las delictivas-, registraron una ralentizaci¨®n.
Tambi¨¦n se conoci¨® que los robos con intimidaci¨®n o violencia en la v¨ªa p¨²blica descendieron en un 17,5% con respecto a 2019, y que, en cambio, las agresiones sexuales (a falta de saber si se trata de datos absolutos o del efecto de un mayor n¨²mero de denuncias), subieron un 31%.
Tambi¨¦n hay que tener en cuenta que el a?o 2019 fue especialmente duro en t¨¦rminos de incremento de la delincuencia en la ciudad: se combinaron una presencia masiva de turistas (que llegaron casi a les 12 millones de visitantes, y que, como en todo sitio, son diana de carteristas) y de una falta preocupante de presencia policial de los Mossos, ya que desde 2012 no se hab¨ªan convocado plazas para este cuerpo y, adem¨¢s, las diferentes alertas terroristas hicieron que muchos efectivos se destinaran a este ¨¢mbito, con la consecuencia de una falta de efectivos ocupados en la vigilancia de la peque?a criminalidad. Probablemente el descenso se puede explicar tambi¨¦n en esta clave: por un lado -a pesar de la recuperaci¨®n ya robusta-, a¨²n en esta primavera no se hab¨ªa llegado del todo a las cifras de turistas pre-pandemia (faltan por saber los datos del verano) y, por el otro, la Generalitat ha aumentado finalmente en un 8,9% los efectivos de los agentes de los Mossos. Al necesario -y tard¨ªo- esfuerzo de la administraci¨®n auton¨®mica se a?ade tambi¨¦n el compromiso ya ampliamente demostrado por el Ayuntamiento -ya hab¨ªa incrementado en un 12% los efectivos de la Guardia Urbana de d¨ªa y hasta un 39% en el turno de noche-, que incrementar¨¢ este a?o la plantilla en 260 unidades hasta llegar a los 3500 efectivos.
Todos estos datos llevan a tres consideraciones que parecen importantes siempre, pero especialmente a las puertas de la campa?a electoral para la renovaci¨®n del consistorio que se celebrar¨¢ la pr¨®xima primavera.
La primera de ellas es que, lejos de cualquier ret¨®rica, el debate sobre la seguridad se debe abordar como una pol¨ªtica p¨²blica centrada en mejorar el bienestar de la ciudadan¨ªa, de toda ella. El derecho a disfrutar de la ciudad sin miedo es una pieza clave de lo que se denomina calidad de vida. Esto incluye tanto la capacidad de intervenir en los casos en que se cometen delitos, como la cura extrema en que la funci¨®n de la polic¨ªa no se limite a ello y tenga en cuenta la prevenci¨®n y la coordinaci¨®n con todos aquellos servicios que tienen por objetivo la salvaguarda de los derechos de los colectivos m¨¢s desfavorecidos.
La segunda consideraci¨®n tiene que ver con una visi¨®n integral, informada y precisa de la situaci¨®n de la seguridad. Esto vale ciertamente por las autoridades, que han de tener las herramientas para mejorar su intervenci¨®n de manera operativa y mirada. Abrir una nueva comisar¨ªa en el Raval, que permita reforzar la intervenci¨®n en una zona dif¨ªcil, destinar m¨¢s recursos al acompa?amiento de las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero y a los planes espec¨ªficos de formaci¨®n de los agentes de la Guardia Urbana en este campo o, abrir un segundo juzgado de juicios r¨¢pidos para evitar que los delitos de hurto prescriban antes de pasar por un tribunal, son medidas que van en este sentido. Pero la necesidad de una informaci¨®n completa, detallada y precisa es esencial tambi¨¦n para la ciudadan¨ªa. Si se plantea la seguridad como un derecho, es fundamental que la gente pueda saber con claridad cu¨¢les son los problemas reales, para alejar del debate p¨²blico cualquier tentaci¨®n de una simplificaci¨®n securitaria que a la hora de la verdad s¨®lo redunda en una p¨¦rdida de los derechos de todos y todas.
Finalmente, la tercera consideraci¨®n ata?e al papel de los medios de comunicaci¨®n y tambi¨¦n de las fuerzas pol¨ªticas. La seguridad es un tema tremendamente ¡°goloso¡± en t¨¦rminos de agenda medi¨¢tica y electoral, porque -a partir de una incuestionable exigencia ciudadana-, genera clicks, horas de televisi¨®n y de tertulia radiof¨®nica y moviliza voto, jugando de manera espuria con los sentimientos del miedo. En el caso de Barcelona tenemos un largo historial de la utilizaci¨®n instrumental de este tan importante ¨¢mbito de las pol¨ªticas p¨²blicas. En este sentido, ser¨ªa decisivo que hubiera un cambio de rumbo, ya que justamente para que el debate sea real y fruct¨ªfero (y no simplemente un simulacro), hay que abordarlo con precisi¨®n y solvencia.
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