Esto no ha terminado
El proc¨¦s puede haber acabado; los problemas que lo engendraron, no y hay otros sobrevenidos que reclaman soluciones inmediatas
Al final, el principal abucheo que se llev¨® el president Pere Aragon¨¨s durante la Diada de ayer no fue por su supuesta tibieza independentista. Quienes intentaron sacarle los colores con una sonora protesta fueron los vecinos del barrio Bes¨°s-Mar, que denunciaban el abandono al que les someten las administraciones con la aluminosis que sufren sus viviendas, casi todas de protecci¨®n oficial y situadas en el rinc¨®n menos instagrameable de Barcelona. Tampoco las cuidadoras de atenci¨®n domiciliaria, hartas de doblar turnos, dieron tregua a Aragon¨¨s y al resto de pol¨ªticos que se acercaron al monumento a Rafael Casanova para la ofrenda floral de rigor. Denunciaban que, pese a las promesas, el servicio sigue privatizado y en manos de una empresa cotizada sin que sus condiciones hayan mejorado.
La Diada de ayer dej¨® varias rendijas para que se colaran en el discurso p¨²blico algunas realidades inc¨®modas tras una d¨¦cada monotem¨¢tica durante la que solo se ensalzaba una unidad ¡°del poble¡± ¡ªm¨¢s voluntariosa que real¡ª y en donde apenas hab¨ªa espacio para nada que no fueran esteladas. No existe la tan cacareada unidad en Catalu?a. De hecho, hay un aut¨¦ntico divorcio entre las bases y los principales partidos, particularmente Esquerra Republicana. Pero tampoco la hay en el constitucionalismo, que, pasado el momento ¨¢lgido del proc¨¦s, ya no tiene d¨®nde agarrarse para articular un discurso unitario.
Las Diadas son traicioneras. Emiten se?ales tan potentes como dif¨ªciles de descifrar. Que se lo digan a Artur Mas, que interpret¨® la de 2012 como un mensaje de barra libre a su reivindicaci¨®n de un nuevo sistema de financiaci¨®n para Catalu?a y se peg¨® un batacazo en las urnas apenas dos meses despu¨¦s. Lo mismo puede pasar ahora. Ayer se vio una manifestaci¨®n m¨¢s bien discreta para los est¨¢ndares que se han manejado en Catalu?a en los ¨²ltimos 10 a?os. Pero una cosa es dejar de coger el coche para bajar a Barcelona, como han hecho reiteradamente cada Diada miles de catalanes de la Catalu?a interior, y otra dejar de votar a partidos independentistas. Se llamen Junts, ERC, CUP o las siglas que salgan de la operaci¨®n pol¨ªtica que est¨¢ apadrinando la ANC. Habr¨¢ que prestar atenci¨®n tambi¨¦n al nuevo y potente discurso que est¨¢ emitiendo ?mnium Cultural, que no quiere seguir actuando como simple comparsa de la ANC. ?mnium, con 190.000 socios, llama a pasar p¨¢gina y a buscar la independencia por nuevas v¨ªas: ¡°La f¨®rmula de estos cinco a?os de bloqueo ya no sirve¡±, resalt¨® ayer su presidente.
El otro riesgo a la hora de interpretar la radiograf¨ªa que dej¨® la jornada es que el Gobierno o los partidos nacionales vean el declive en la participaci¨®n ¡ªcuatro veces menos asistentes que antes de la pandemia¡ª como una se?al de que lo de Catalu?a ya est¨¢ arreglado. No lo est¨¢. Quedan muchos malestares pendientes de canalizar, comenzando por la situaci¨®n del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, huido de la justicia espa?ola en B¨¦lgica. Y lo que es peor. Vuelven a emerger problemas y preocupaciones que ya se hallaban en la g¨¦nesis del proc¨¦s. Adem¨¢s de la amenaza de recesi¨®n de la que nos alertan todas las instituciones internacionales, en Catalu?a han reaparecido d¨¦ficits que el independentismo utiliza y utilizar¨¢ a favor de su causa. El m¨¢s sangrante es la falta de financiaci¨®n de la Generalitat, aunque es algo compartido con tantas otras autonom¨ªas que esperan desde 2014 un nuevo modelo. Hay otro problema urgente: la mejora de las infraestructuras ferroviarias y particularmente Cercan¨ªas. Ciertamente, como sostiene el Gobierno, nunca como estos ¨²ltimos tres a?os se hab¨ªa trabajado tanto para revertir la situaci¨®n, pero el d¨¦ficit inversor acumulado, la desatenci¨®n hist¨®rica y los problemas sobrevenidos, como el apag¨®n inform¨¢tico total del pasado viernes, reclaman soluciones inmediatas. El proc¨¦s puede haber acabado; los problemas que lo engendraron, no.
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