El 12 de Octubre

Ma?ana es el d¨ªa de la Virgen del Pilar que, seg¨²n antiqu¨ªsima tradici¨®n, un 2 de enero se apareci¨® ¡°en carne mortal¡± sobre una columna de piedra en Zaragoza. Tambi¨¦n es el d¨ªa de la fiesta nacional. El Papa Clemente XII decidi¨® cambiar la fecha de la festividad de la Virgen del Pilar, que era el d¨ªa de su aparici¨®n, para que se celebrara el 12 de octubre, conmemorando el d¨ªa en que Col¨®n arrib¨® a tierras de Am¨¦rica. Satisfac¨ªa as¨ª a Felipe V, que deseaba conmemorar su triunfo militar sobre Arag¨®n, Valencia, Mallorca y Catalu?a aboliendo sus fueros, y vincular su victoria con la unidad de las posesiones de su corona en Espa?a y Am¨¦rica, santificando todo ello bajo el manto del mito religioso de Arag¨®n. Estos territorios ¡°de las Espa?as de ambos hemisferios¡± se enumeraron pormenorizadamente en la Constituci¨®n de 1812. Ninguna de las posteriores constituciones volvi¨® a aventurar enumeraciones de territorios, quiz¨¢s porque hab¨ªan empezado a independizarse, generalmente pese a la oposici¨®n armada espa?ola, y pese a la sangre de miles de humildes soldados, campesinos pobres de la metr¨®poli y de ultramar.

?nicamente el frustrado Proyecto de Constituci¨®n Federal de la Rep¨²blica Espa?ola, en 1873, se refiri¨® a ¡°los Estados que componen la Naci¨®n espa?ola¡±, enumer¨¢ndolos por orden alfab¨¦tico, para remarcar la igualdad entre todos ellos, de modo que en el listado se puede leer ¡°¡­Castilla la Vieja, Catalu?a, Cuba, Extremadura¡­¡±. En 1892 todav¨ªa se manten¨ªa el mismo esp¨ªritu de unidad territorial sacralizada cuando la reina regente Mar¨ªa Cristina autoriz¨® al gobierno de C¨¢novas del Castillo para que decretara que el 12 de octubre fuera fiesta nacional ¡°perpetuamente¡±. Poco dur¨® esa perpetuidad, porque la unidad con las tierras que constitu¨ªan la Espa?a de ultramar se acab¨® solo seis a?os despu¨¦s, con la p¨¦rdida de Cuba y Filipinas.

Cualquier evocaci¨®n de la antiqu¨ªsima Espa?a es inseparable de la memoria imperial y colonial de su crecimiento, pero tambi¨¦n de su declive. Tras cada escisi¨®n territorial del siglo XIX, tras cada derrota y hundimiento moral y econ¨®mico, result¨® un nuevo mapa de Espa?a, amputado y disminuido, que, para los irreductibles evocadores del glorioso pasado, volv¨ªa a ser el de la Espa?a de la unidad, sacralizada y perpetua.

La festividad que evocaba aquel pasado hist¨®rico sigui¨® manteni¨¦ndose, pese a todo, aunque con distintas denominaciones. Primero fue el d¨ªa de la raza, denominaci¨®n que entusiasmaba al Franco de tiempos de Hitler. Era una designaci¨®n siniestra aunque est¨²pidamente err¨®nea, dada la evidencia del mestizaje hispano y latinoamericano. Despu¨¦s fue la m¨¢s as¨¦ptica, o ambigua, de d¨ªa de la hispanidad. Finalmente, la vigente hoy es de Fiesta Nacional de Espa?a seg¨²n una ley de 1987, firmada por Felipe Gonz¨¢lez. En su pre¨¢mbulo explica que la fiesta ¡°simboliza el inicio de la proyecci¨®n ling¨¹¨ªstica y cultural de Espa?a m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites europeos¡±. Mucho m¨¢s simboliza esa fecha, y deber¨ªa reconocerse que no todo fue id¨ªlico, pero queda por explicar por qu¨¦ sigue implic¨¢ndose a la Virgen del Pilar en tan ambivalente conmemoraci¨®n.

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