La Dinamarca del sur, un espejismo
Han pasado los a?os y, tras un decenio en el que nadie sab¨ªa d¨®nde estaba la derecha y d¨®nde la izquierda, el tiempo ha vuelto a poner las cosas en su sitio
Desde el puente de mando del proc¨¦s ¨Cen tr¨¢nsitos imaginarios desde la ¡°Dinamarca del sur¡± a la actual ¡°Generalitat republicana¡±¨C, han sido inaudibles las reivindicaciones de quienes viajan en las bodegas de la precariedad. Con el astuto Artur Mas al tim¨®n, la vieja Converg¨¨ncia se travisti¨® en una suerte de vanguardia leninista, encabezando desde manifestaciones a favor de acoger inmigrantes hasta las reivindicaciones sociales m¨¢s punteras. Fue solo un trampantojo para obtener rentabilidad pol¨ªtica. Era el guion que exig¨ªa el proc¨¦s. El grito ¡°?Dios lo quiere!¡±, con el que Pedro el Ermita?o llam¨® a combatir a los turcos sely¨²cidas, se trastoc¨® en el eslogan ¡°?El pueblo manda!¡±. Los viejos convergentes aseguraban que todo ven¨ªa ¡°de abajo a arriba¡± y ellos eran simples y fieles int¨¦rpretes de la voluntad popular.
Han pasado los a?os y, tras un decenio en el que nadie sab¨ªa d¨®nde estaba la derecha y d¨®nde la izquierda, el tiempo ha vuelto a poner las cosas en su sitio. La Dinamarca del Sur era un espejismo.
El Indicador de Renta de Suficiencia de Catalu?a (IRSC) ¨Ccreado en 2006 por el Gobierno Tripartito para ¡°hacer realidad la igualdad de oportunidades de las personas¡± y para acceder a cualquier prestaci¨®n social¨C est¨¢ congelado desde hace 12 a?os. Desde 2010 los avisos que la Taula del Tercer Sector, C¨¢ritas, sindicatos y entidades sociales de todo tipo han lanzado desde las bodegas del barco no han sido atendidos por el puente de mando que presuntamente estaba a su servicio. Este a?o, incluso el Indicador P¨²blico de Renta de Efectos M¨²ltiples (IPREM) ¨Cmanejado por la centralista Espa?a¨C ha pasado por delante del IRSC. El primero est¨¢ en 579,02 euros mensuales, mientras que el genuinamente catal¨¢n ¨Cen un territorio con un alto IPC¨C se encuentra en 569,12 euros. Todo ello, supone en la pr¨¢ctica, una desvalorizaci¨®n de las prestaciones y un aumento de la pobreza material severa que ya afecta a cerca de 700.000 personas en Catalu?a. Entre otras muchas cosas, se considera que gozan de suficiencia econ¨®mica familias que en realidad est¨¢n en situaci¨®n de vulnerabilidad o se deniegan becas comedor o ayudas al pago de alquiler a personas que viven en la precariedad.
Desde hace varios ejercicios los Presupuestos de la Generalitat incluyen en su Disposici¨®n Adicional 17 una suerte de carta a los Reyes Magos por la que ¡°se autoriza al Govern¡± a aplicar el mismo porcentaje de incremento para el IRSC que el que se fije para el IPREM. Sin embargo, no se ha hecho uso de esa prerrogativa, mientras el IPC ha subido un 29% en 12 a?os.
C¨¢ritas sac¨® en junio los colores a un Govern que en materia de pol¨ªticas sociales tiene que ponerse al d¨ªa. La Renta Garantizada de Ciudadan¨ªa (RGC) llega solamente al 28% de las personas en situaci¨®n de pobreza severa, seg¨²n el informe Foessa de 2022. Y ello se agrava por la racaner¨ªa tanto de denegar el 69% de las peticiones de esta prestaci¨®n, como por la no actualizaci¨®n del IRSC. De haberlo hecho, no se hubieran rechazado un 43% de las solicitudes por superar el umbral de ingresos, seg¨²n datos de Comisi¨®n Promotora de la Renta Garantizada. Adem¨¢s, la aparici¨®n del Ingreso M¨ªnimo Vital del Gobierno central ¨Cdel cual la RGC es subsidiaria¨C ha supuesto una liberaci¨®n de recursos ¨Cunos 60 millones de euros¨C que no se ha traducido en aumento del gasto por parte del Departamento de Derechos Sociales, seg¨²n C¨¢ritas.
Ahora es el momento para que, acabada la deriva procesista, la autoproclamada Generalitat republicana pase de las palabras a los hechos y se ponga manos a la obra en los presupuestos para 2023. Las pol¨ªticas sociales necesitan un urgente aggiornamento.
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