Las mafias de la ocupaci¨®n cobraron miles de euros de fondos de inversi¨®n por desalojar sus viviendas
El ¡®caso Squatter¡¯ destapa contratos de hasta 10.000 euros en concepto de ¡°ayuda al realojo¡± entre propietarios y un grupo asentado en Barcelona
La investigaci¨®n judicial sobre un grupo mafioso que ocupaba pisos en Barcelona y su ¨¢rea metropolitana ha hecho aflorar algo que, hasta ahora, era un secreto a voces: fondos de inversi¨®n y bancos han abonado generosas cantidades a los okupas para recuperar las viviendas de su propiedad. EL PA?S ha accedido a los contratos entre las entidades y los calificados como ¡°ocupantes¡± en los que, a cambio de cheques de hasta 10.000 euros en concepto de ¡°ayuda para el realojo¡±, estos se comprometen a abandonar los pisos.
El grupo, dirigido por los hermanos colombianos Plinio C. y Jos¨¦ C. y desarticulado por los Mossos a finales de noviembre, ocup¨® desde 2020 ¡ªcoincidiendo con el estallido de la pandemia¡ª decenas de viviendas en los barrios del sur de Barcelona y en el vecino L¡¯Hospitalet. La inmensa mayor¨ªa son propiedad de inmobiliarias vinculadas a bancos y de fondos de inversi¨®n. Adem¨¢s de alquilar y vender pisos a compatriotas, los hermanos secuestraban las viviendas a la espera de recibir una oferta del due?o que, tarde o temprano, llegaba.
Los fondos suelen acudir a la v¨ªa civil (no a la penal) para recuperar sus viviendas. Es un camino lento porque los juzgados a menudo est¨¢n colapsados. Las mafias lo saben y disponen as¨ª de m¨¢s tiempo para sacar provecho econ¨®mico al piso ocupado. ¡°Para evitar procedimientos largos y costosos¡±, explica la polic¨ªa en uno de sus informes del caso Squatter, los propietarios ofrecen a los ocupantes una ¡°compensaci¨®n econ¨®mica¡±. La primera es a la baja: unos 2.000 euros, que los moradores rechazan. Si las negociaciones prosperan, se acaba firmando un contrato privado entre las partes. Los pagos suelen oscilar entre los 6.000 y los 8.000 euros.
Los pagos no son muchas veces una garant¨ªa de nada porque, ¡°pasado un tiempo¡±, otros ocupantes, guiados por Plinio y Jos¨¦, ¡°vuelven a ocupar¡± el mismo piso ¡°si el propietario no toma medidas¡± para protegerlo.
En el n¨²mero 149 de la Gran V¨ªa de Barcelona, un piso suma tres ocupaciones con sus tres rescates. En febrero de 2019, Inversiones Inmobiliarias Limara abon¨® 3.000 euros a una mujer colombiana para que se marchara. Tres meses despu¨¦s, pag¨® otros 6.500 euros a una peruana que hab¨ªa cogido el relevo. Tres a?os m¨¢s tarde, en febrero de 2022, firm¨® un contrato con la nueva ocupante, Sonia G., pieza clave en el grupo. Limara es uno de los muchos nombres (Dorine, Lanisei, Budmac, Avir Investments) que figuran en los contratos, aunque todas esas empresas comparten domicilio social (una oficina en El Prat) y pertenecen a Anticipa Real Estate, un fondo de inversi¨®n.
Anticipa, parte del gigante estadounidense Blackstone ¡ªuno de los mayores propietarios de viviendas destinadas a alquiler en Espa?a¡ª ha aportado al juez los documentos que acreditan los pagos. No lo han hecho otras empresas con las que los Mossos aseguran que se han puesto en contacto. La informaci¨®n, en cualquier caso, queda confirmada por las intervenciones telef¨®nicas a una decena de miembros del grupo. Entre ellos, Sonia G., la ¨²ltima ocupante del piso de Gran V¨ªa.
El contrato se?ala que las dos partes han llegado a un acuerdo extrajudicial ¡°en inter¨¦s mutuo¡±. La mujer recibir¨¢ 8.000 euros ¡°en concepto de ayuda econ¨®mica por el realojo en otra vivienda¡± y se compromete a entregar el piso en nueve meses, a permitir que pueda ense?arse a futuros compradores y a ¡°mantener la m¨¢s estricta confidencialidad sobre el contenido del acuerdo¡±.
Consultada por este diario, Anticipa explica que los pagos obedecen a ¡°acuerdos con familias vulnerables y en riesgo de exclusi¨®n social¡± y sirven para ayudarles ¡°con los gastos de mudanza y los primeros gastos en su nueva vivienda¡±. El fondo asegura que es un acuerdo ¡°satisfactorio¡± y ¡°buscado¡± por ambas partes porque, adem¨¢s, ¡°evita perjuicios en las comunidades de vecinos¡±. En el caso de pisos ocupados m¨¢s de una vez, admite que ¡°ha pagado a distintos ocupantes por la fuerte presi¨®n regulatoria que favorece la ocupaci¨®n ilegal¡±, pero asegura que ¡°no es la pol¨ªtica habitual¡±, sino que se trata de ¡°casos puntuales¡±. Sobre la confidencialidad exigida en los contratos, a?ade que tiene como objetivo ¡°evitar un efecto llamada¡±. Anticipa asegura que la ocupaci¨®n es un ¡°grave problema¡± y que Espa?a es ¡°una anomal¨ªa en Europa¡± porque las normativas, especialmente en Catalu?a, ¡°incentivan la ocupaci¨®n¡±.
¡°Se le meter¨¢n otros ocupas¡±
Mientras Sonia sigue viviendo en ese piso, los Mossos ya la est¨¢n escuchando. Con sus llamadas a los servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona, los agentes saben que cobra una pensi¨®n por alimentos de 300 euros y una ayuda econ¨®mica para pagar el alquiler. En septiembre, conversa con Plinio C., que le apremia a tenerlo todo listo para devolver el piso. Aunque el contrato lo ha firmado ella, solo le corresponden 1.000 euros. Los otros 7.000 son para el jefe, que lo ha localizado, lo ha ¡°abierto¡± y gestiona con mano de hierro la red de viviendas ocupadas. Su idea es ocuparlo de nuevo, vend¨¦rselo a Sonia por 2.000 euros y que ella ¡°lo alquile o lo gestione como sea¡±. ¡°Inmediatamente, pondr¨¦ a gente a frentear¡±, dice Plinio, en alusi¨®n a las personas que, durante los primeros d¨ªas tras la ocupaci¨®n, se quedan en la vivienda y hacen frente a la polic¨ªa y a las posibles consecuencias penales.
Las negociaciones con bancos y fondos son habituales y Plinio es todo un experto. En otra llamada, asesora a un hombre que vive en uno de sus pisos. Le indica que rechace la primera oferta del banco y diga que no quiere dinero, sino una casa; de esa forma, cree, le pagar¨¢n m¨¢s. ¡°Si quiere entregar su piso, ?dinero!¡±, le conmina Plinio. Cuando cobre, deber¨¢ pagarle ¡°20 liquitas¡± (2.000 euros) y la deuda entre ellos quedar¨¢ saldada. De paso, le aconseja que ¡°arregle la ventana por donde entraron¡± y que no deje solo el piso: ¡°Se le meter¨¢n otros ocupas¡±.
El formato y concepto de los contratos es similar: ¡°Transacci¨®n y ayuda econ¨®mica para facilitar la entrega voluntaria de la finca¡± o ¡°ayuda para el realojo en otra vivienda¡±. Los fondos se comprometen, adem¨¢s, a solicitar el archivo de los procesos judiciales abiertos contra las mujeres. Bajo una u otra de sus m¨¢scaras comerciales, Anticipa hizo cuatro pagos solo a principios de 2021: 4.500 euros a Mar¨ªa S. por abandonar un entresuelo de L¡¯Hospitalet; 10.000 euros a Yandriska B. por salir de unos bajos, tambi¨¦n en L¡¯Hospitalet; 6.000 euros a Brigitte T. por marcharse de un piso en el barrio de La Bordeta de Barcelona; y 4.500 euros a Martha R. por dejar libre un piso en el Poblenou.
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