Los empresarios catalanes se acercan al PSC en busca de estabilidad tras el ¡®proc¨¦s¡¯
Los socialistas de Salvador Illa han apostado por pol¨ªticas que difieren de la izquierda gobernante de ERC en la Generalitat y de los comunes en el Ayuntamiento de Barcelona
El empresariado catal¨¢n cada vez se abraza m¨¢s al PSC. Es producto de un ejercicio mutuo de pragmatismo que ha sedimentado en los dos ¨²ltimos a?os y que comporta un cambio de guion en el troceado mapa pol¨ªtico catal¨¢n. Los socialistas de Salvador Illa han apostado por pol¨ªticas que difieren de la izquierda gobernante de ERC en la Generalitat y de los comunes en el Ayuntamiento de Barcelona y una parte de la ¨¦lite econ¨®mica, que se siente hu¨¦rfana de una fuerza pol¨ªtica de derechas con opciones que les represente, ha aplaudido la voluntad de tejer complicidades en un territorio ideol¨®gico que se acerca m¨¢s al centro. El gran ejemplo fue visible en las ¨²ltimas negociaciones presupuestarias, cuando el PSC condicion¨® el pacto, y gan¨®, a fijar en la agenda la inversi¨®n en grandes proyectos econ¨®micos y de infraestructuras de las que ERC siempre ha intentado huir por temor a sus bases.
Diversos empresarios consultados, todos ellos bajo la condici¨®n de anonimato, afirman que hay un sentimiento creciente de que los socialistas son la ¨²nica formaci¨®n con el peso necesario para sacar a Catalu?a de un largo periodo de pol¨ªticas que consideran de izquierda exacerbada y que limitaban la capacidad empresarial. Incluso ven con escepticismo la candidatura de Xavier Trias a la alcald¨ªa de Barcelona, desconfiados del papel que pueda tener el partido que le da amparo, Junts, en el que disgustan su defensa del independentismo unilateral y de sus luchas de poder internas. Pero tambi¨¦n de un discurso difuso en lo econ¨®mico.
La candidatura del PSC, con Jaume Collboni a la cabeza, les convence m¨¢s, pese a que en los ¨²ltimos cuatro a?os ha gobernado junto al partido de Ada Colau. De hecho, la falta de interlocuci¨®n que la patronal Foment del Treball le ha echado en cara a la alcaldesa ha sido un agujero que ha intentado cubrir Collboni, encargado hasta que abandon¨® el gobierno municipal de la actividad econ¨®mica de la ciudad. Y el ahora alcaldable socialista ha dejado tambi¨¦n muy clara su posici¨®n respecto a un tema capital para el empresariado: la necesaria ampliaci¨®n del aeropuerto de El Prat para afianzar la econom¨ªa catalana. No solo eso: el PSC ha apostado por impulsar el Hard Rock, la B-40 o por la prudencia fiscal a diferencia de ERC.
Fuentes socialistas atribuyen esas preferencias del empresariado a que Illa ofrece seriedad, seguridad jur¨ªdica, ninguna veleidad en un momento adem¨¢s en que dan el proc¨¦s por finiquitado y se est¨¢ produciendo un cambio de ciclo. Favorito en las encuestas, el PSC ha pasado de ser casi un partido proscrito por haber defendido la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 a poder defender, a diferencia de lo que habr¨ªa ocurrido en pleno proc¨¦s, sin mayor complicaci¨®n su programa en ciudades como Vic como sucedi¨® la ¨²ltima semana. Pero la s¨²bita complicidad entre el empresariado y los socialistas no deja de ser curiosa o puede llegar a incomodar en una formaci¨®n que se define de izquierdas. ¡°El PSC ha acabado ocupando el centro por incomparecencia de otras fuerzas¡±, afirma un miembro del partido.
Seg¨²n explica un empresario presente en la direcci¨®n de una patronal, la cuesti¨®n no es tanto que deseen que el PSC gane la alcald¨ªa sino que sea su primera palanca en las elecciones generales de diciembre para Pedro S¨¢nchez, a quien algunos consideran fuente de estabilidad pol¨ªtica en Espa?a pese a que no convenzan sus pol¨ªticas econ¨®micas. Y, sobre todo, puede convertirse en la base de una alternativa posterior en el Palau de la Generalitat, que los republicanos recuperaron de la mano del independentismo de Junts. El PSC, admiten algunas fuentes consultadas, permitir¨ªa dejar a un lado tanto el discurso secesionista como pol¨ªticas que consideran que vulneran la actividad empresarial. Asimismo, en el caso de una alternancia pol¨ªtica en el Gobierno del Estado, con una posible alianza entre el PP y Vox, el empresariado ve con enorme preocupaci¨®n que quien gobierne Catalu?a sea el independentismo, por la pol¨ªtica de m¨¢xima confrontaci¨®n que supondr¨ªa.
Y, sobre todo, piensan los empresarios consultados, el PSC es la formaci¨®n que lo tiene m¨¢s f¨¢cil: en el Parlament cuenta con el mismo n¨²mero de diputados que ERC, 33. Un bar¨®metro del Centro de Estudios de Opini¨®n de noviembre apuntaba al Partit dels Socialistes como el partido favorito para vencer en unas elecciones auton¨®micas si estas se produjeran ahora. Obtendr¨ªa entre 35 y 41 esca?os, frente a la horquilla 30-36 en la que est¨¢n los republicanos de Pere Aragon¨¨s.
De la misma forma que ya se posicionaron en los Presupuestos, los socialistas est¨¢n asumiendo un discurso mucho m¨¢s pr¨®ximo a posiciones empresariales en muchas materias. Collboni, por ejemplo, no ha rehusado criticar en precampa?a la pol¨ªtica municipal de Barcelona en materia de vivienda, sobre todo la obligatoriedad de que en las nuevas promociones y las rehabilitaciones de grandes edificios se reserve un 30% del espacio para vivienda promoci¨®n. Y ha salido en defensa tambi¨¦n del uso del coche privado precisamente al final de un mandato en el que el Ayuntamiento ha ejecutado pol¨ªticas y obras que iban justo en el sentido contrario. E intent¨® salvar proyectos denostados por Colau como era el del museo Hermitage.
Pero entre algunas personas consultadas se destaca el hecho de que el PSC tom¨® en la negociaci¨®n presupuestaria un discurso de alto volumen sobre su negativa a elevar la presi¨®n fiscal en Catalu?a, de la que el Govern tampoco quer¨ªa hablar pese a las presiones de los comunes aunque acept¨® los impuestos para los tenedores de pisos vac¨ªos (a partir de 15) o de los cruceros. No pasan desapercibidos los esfuerzos del empresariado, con el protagonismo del Foment del Treball de Josep S¨¢nchez Llibre, de reducir unos tributos que han llegado a calificar de confiscatorios y que denuncian que van en contra de la competencia que se ha de jugar con otros territorios, con el liberalismo de Madrid como m¨¢ximo ejemplo.
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