El Voltreg¨¤ y el elixir del hockey
La OK Liga est¨¢ repleta de figuras que han pasado o se han formado en el Voltreg¨¤ -y tambi¨¦n que han regresado-, jugadores que no olvidan su v¨ªnculo con el club y con Sant Hip¨°lit
Llu¨ªs Teixid¨® (Masies De Voltreg¨¤, 1978) patina desde los 18 meses y desde que debut¨® en 1999 ha sido campe¨®n de Copa, Liga, Europa, Copa de la CERS, Supercopa, Continental e Intercontinental en la competici¨®n de clubes y ha ganado tambi¨¦n con la selecci¨®n espa?ola la Copa de Europa, del mundo y de las Naciones. El d¨ªa que se retir¨® en 2015 escribi¨® una carta de agradecimiento por la disputa de casi 900 partidos con equipos tan diferentes como el Voltreg¨¤, Infante de Sagres, Reus, FC Barcelona, Blanes y Manlleu. ¡°Me queda una espina clavada¡±, confes¨® de manera sorprendente despu¨¦s de conquistar una y m¨¢s veces todos los trofeos posibles y exhibir un palmar¨¦s extraordinario. ¡°No haber ganado ning¨²n t¨ªtulo con el Voltreg¨¤¡±.
Aquel vac¨ªo en una vitrina repleta de trofeos se acab¨® el pasado 23 de abril, festividad de Sant Jordi, cuando Teixid¨® se proclam¨® campe¨®n de la WS Europe Cup como entrenador del Voltreg¨¤. ¡°Hoy es uno de los d¨ªas m¨¢s felices de mi vida deportiva¡±, afirm¨®, categ¨®rico, en el pabell¨®n 11 de setembre de Lleida, despu¨¦s de que su equipo derrotara al Braga por 4-5. Teixid¨®, que parti¨® del club blanquiazul en 2000, ha tardado ocho a?os en curar su herida sentimental, mucho menos tiempo que su Voltreg¨¤, cuyo ¨²ltimo trofeo estaba fechado en la temporada 2001-2002, hace 21 a?os, cuando logr¨® la Copa de la CERS equivalente a la WS Europe Cup. All¨ª jugaba entonces Sergi Panadero, hoy capit¨¢n del Bar?a con 40 a?os, ganador de hasta 63 t¨ªtulos en el Palau Blaugrana.
La OK Liga est¨¢ repleta de figuras que han pasado o se han formado en el Voltreg¨¤ -y tambi¨¦n que han regresado-, jugadores que no olvidan su v¨ªnculo con el club y con Sant Hip¨°lit, un municipio que tiene menos de un kil¨®metro cuadrado y cuenta con 3.500 habitantes -6.500 si se suma Les Masies de Voltreg¨¤-. El pr¨®ximo en volver, despu¨¦s de Jordi Burgaya, puede ser ?lex Rodr¨ªguez, estrella del Liceo y hermano de Dani Rodr¨ªguez, exjugador y ahora t¨¦cnico del junior del Voltreg¨¤. El club y la localidad forman una familia en la que unos juegan, otros entrenan, los dem¨¢s ayudan y animan y todos suman, como se constat¨® en la WS Europe Cup: ¡°Me emociona decir que viv¨ª un d¨ªa especial con mi hijo y mi nieto¡±, explica el segundo entrenador, Tudi Nogu¨¦.
Las distintas generaciones del Voltreg¨¤ coincidieron en una cita a la que tampoco falt¨® Pol Molas, el jugador que en febrero se tuvo que retirar por una fatiga cr¨®nica y que vivi¨® la final como miembro del equipo, hasta el punto que fue invitado a recoger el trofeo junto con el capit¨¢n Eric Vargas. El desaf¨ªo ¨²nico de cualquier jugador, an¨®nimo o c¨¦lebre, que haya vestido la camiseta blanquiazul es celebrar un ¨¦xito con el Voltreg¨¤. El triunfo no se personaliza sino que socializa y se expresa en la pista con una marea humana en la que el equipo, el club y la afici¨®n son familia, vecinos o parientes, unidos por el sentido de pertenencia, identificados con una manera de entender el hockey y la vida, esclavos emocionales de una instituci¨®n singular fundada en 1955.
El hockey patines empez¨® a ganar protagonismo y terreno al f¨²tbol como punto de encuentro popular y factor de cohesi¨®n social a partir de aquel a?o por la determinaci¨®n de Victoriano Oliveras de la Riva, un industrial textil cuya sede empresarial se extend¨ªa al Voltregan¨¨s. Aquel ciudadano barcelon¨¦s, muy bien relacionado con Juan Antonio Samaranch y tambi¨¦n con el Espanyol, foment¨® la construcci¨®n de una pista, de un patin¨®dromo, de un bar como sede social, y mont¨® un equipo con jugadores de tanta categor¨ªa que acabaron por conquistar la I Copa de Europa en la temporada 1965-1966 despu¨¦s de derrotar al Monza. La ¨¦pica y la grandeza del Voltreg¨¤ se explica a partir de Zabal¨ªa, Parella, Gall¨¦n, Marcelino, Salarich y Canals.
El momento favoreci¨® el nacimiento del mito, del efecto espejo, como significa Pere Casas, autor del libro Club Pat¨ª Voltreg¨¤, 50 anys teixint la vida d¡¯un poble (Eumo, 2006). Un referente tan puro que el equipo adquiri¨® la excelencia por imitaci¨®n en un pueblo que acab¨® por hacer vida alrededor de una pista como es Sant Hip¨°lit. Las dos Copas de Europa alcanzadas en 1974-1975 y 1975-1976 contra el Barcelona simbolizan ya la uni¨®n de factor for¨¢neo con el local y la explosi¨®n de aquel equipo m¨ªtico que formaron Cabanas, Recio, Ordeig, Humbert Ferrer y Nogu¨¦. Los campeones que vinieron despu¨¦s, los que ganaron la Copa de la CERS en 2001-2002 y los actuales de la WS Europe Cup, ya proceden mayoritariamente de la cantera del Voltreg¨¤.
Estrada, Burgaya, Teixid¨®, Molas, Vargas, Serra y Alonso son campeones que mayoritariamente remiten a la base despu¨¦s de que la escuela y los equipos inferiores se hayan convertido en la ¨²nica alternativa para competir con los clubes con mayor poder adquisitivo, equipos que por otra parte a veces ceden a alguna de sus promesas para que completen su formaci¨®n en Sant Hip¨°lit. Hablamos por ejemplo del azulgrana Ignacio Alabart. La base del club son 238 ni?os y ni?as reclutados en las escuelas y en distintas pruebas que completan 18 equipos; el presupuesto asciende a 250.000 euros; el n¨²mero de socios es de unos 500 y el jugador que m¨¢s cobra son 1.200 euros al mes. El milagro del pan y los peces se da tambi¨¦n en el CP Voltreg¨¤.
La magnitud del palmar¨¦s contrasta con los pocos recursos y el min¨²sculo terreno de Sant Hip¨°lit. Tambi¨¦n el equipo femenino est¨¢ formado por jugadoras de la cantera e igual o m¨¢s importante ha sido su trayectoria porque dobla en trofeos al masculino: seis Copas de Europa y cinco Ligas. No hay temporada sin buenas noticias de un club que solo descendi¨® en 2009. Muy de vez en cuando es un t¨ªtulo y en ocasiones una victoria ¨¦pica -a ser posible contra el Bar?a- o un fichaje sorprendente - pocos como el de Panchito Vel¨¢zquez en 2004. Ning¨²n equipo en el mundo sabe por otra parte ver y formar tan buenos porteros como el Voltreg¨¤. Hay semilla -Victoriano-, hay producto -la cantera-, hay mercado -los traspasos- hay fe -el pabell¨®n M¨¤gic- y hay p¨²blico: la Sac i Ganxo.
El coraz¨®n del Voltreg¨¤ es la Sac i Ganxo, una pe?a de seguidores tan vital e intr¨ªnseca, igual de hist¨®rica pr¨¢cticamente que el propio club, alrededor de la cual se agrupa la afici¨®n, as¨ª como la vida festiva de la localidad, y por supuesto se mueve el equipo: ¡°La sientes hasta el extremo de que marca tu ritmo en la pista. El impulso que te da es bestial, resulta incontrolable, te acelera, te hace competir. Hay instantes en que el partido te pide una pausa y hay que saber controlar el juego porque si no te disparas. Es una afici¨®n ¨²nica que te puede llevar al imposible como se vio en Lleida¡±, argumenta Dani Rodr¨ªguez. No hay sue?o irrealizable en el Voltreg¨¤ como hoy sabe tambi¨¦n el entrenador campe¨®n Llu¨ªs Teixid¨®
¡°La ra¨ªz es muy profunda y se ha sabido mantener de forma sencilla y natural, como hace la gente de pueblo con sus cosas queridas: anar fent, feinejant; igual que el mejor huerto¡±, acaba Narc¨ªs Colom, el Xixu, que a sus 70 a?os es la historia viva de un club irreductible, siempre conectado con su esencia, hasta el tu¨¦tano: el Club Pat¨ª Voltreg¨¤.
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