El Tribunal Supremo confirma los tres a?os de prisi¨®n a un excura por falsear una boda por una herencia
Un juzgado de Barcelona tambi¨¦n investiga al exp¨¢rroco por una trama de estafas a feligresas
El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a tres a?os de prisi¨®n a David Vargas, el exp¨¢rroco investigado por estafar a feligresas, por falsificar una boda entre dos octogenarios para lograr una herencia en Barcelona. La Sala de lo Penal del alto tribunal ha dictado una sentencia que ratifica ¨ªntegramente la resoluci¨®n de la Audiencia de Barcelona por un delito de falsedad documental a Vargas, que era rector de la parroquia de Sant Vicen? de Castellet (Barcelona), y a la hija de la octogenaria como cooperadora necesaria le impone un a?o y medio de c¨¢rcel, por firmar como testigo de la falsa boda. Ambos deber¨¢n pagar 203.934 euros de indemnizaci¨®n a los familiares a quienes correspond¨ªa la herencia, cantidad que podr¨ªa asumir el Obispado de Vic, al que pertenece la parroquia, como responsable civil subsidiario por no haber supervisado el expediente matrimonial ni detectado las ¡°irregularidades¡± que presentaba.
La boda que falsific¨® el condenado era de una pareja de octogenarios que llevaban viviendo juntos varios a?os, hasta que en 2008 el hombre falleci¨®, sin haber dejado testamento y sin descendientes directos, de forma que la herencia, valorada en medio mill¨®n de euros, iba a ir a parar a manos de dos sobrinos. Meses despu¨¦s de su fallecimiento, la que era su pareja de hecho, ya fallecida, se ¡°concert¨®¡± con David Vargas para fingir que hab¨ªan contra¨ªdo matrimonio en julio de 2008.
Para ello, el exp¨¢rroco cumpliment¨® a mano el expediente matrimonial, en el se suplant¨® la identidad del fallecido, y la hija de la mujer firm¨® como testigo del enlace, tras lo que se encarg¨® de tramitar su inscripci¨®n en el Registro Civil de Sant Vicen? de Castellet para que se reconocieran los ¡°derechos sucesorios¡± a su madre. La falsa esposa fue declarada heredera de los bienes del fallecido y a su vez design¨® a su hija como sucesora, tras lo que firm¨® una hipoteca inversa sobre un inmueble con la que obtuvo 78.448 euros.
Dice el Supremo que ¡°es absolutamente an¨®malo que uno de los contrayentes no firmara en el expediente matrimonial, que en uno de los documentos supuestamente firmados se falsificara su firma, que no firmara tampoco uno de los testigos presenciales y que no constara la partida de bautismo¡±. Tampoco, a?ade, ¡°que no se notificara el matrimonio al Registro Civil de inmediato y se hiciera nueves meses despu¨¦s de la celebraci¨®n y que en documentos posteriores, como la partida de defunci¨®n o las esquelas de defunci¨®n, se hiciera constar que el estado civil del fallecido era el de soltero¡±.
Al margen de este procedimiento, un juzgado de Barcelona investiga al exp¨¢rroco en una trama de estafas a feligresas, en la que la polic¨ªa lleg¨® a encontrar una maleta con dinero y joyas de las v¨ªctimas en el registro de su domicilio, motivo por el cual intent¨® suicidarse arroj¨¢ndose de un puente de la Ronda de Dalt de Barcelona.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.