Rotundo ¨¦xito de Dimitris Papaioannou en el Grec con el cautivador y perverso espect¨¢culo ¡®Ink¡¯

En la recta final del festival de verano Grec llega al Teatre Lliure de Montju?c Ink un original montaje del creador griego Dimitris Papaioannou, quien ya embriag¨® visualmente al p¨²blico barcelon¨¦s en las ediciones de 2017, con The great tamer, y 2021, con el inolvidable Transverse orientation, de que se cancelaron dos funciones al dar positivo en Covid un artista de la compa?¨ªa. Las entradas para Ink (2020) se hab¨ªan agotado desde hace tiempo, y la noche del lunes la Sala Fabi¨¤ Puigserver del Teatre Lliure presentaba un lleno absoluto y tras la representaci¨®n fueron tanto los aplausos y las ovaciones que los int¨¦rpretes de la pieza, el propio Papaioannou y el escultural y joven actor alem¨¢n Suka Horn, tuvieron que salir a saludar en innumerables ocasiones. Hasta el mi¨¦rcoles 26 de julio puede verse este espect¨¢culo, una experiencia imborrable.

No s¨¦ si encontrar¨¦ los adjetivos y palabras adecuadas para clasificar una obra tan desbordante de imaginaci¨®n, met¨¢foras y emociones como es Ink. El p¨²blico qued¨® clavado en su butaca sin apenas parpadear desde el principio del montaje, de 60 minutos de duraci¨®n, el silencio en la sala era aterrador, porque la pieza desde el minuto cero resulta inquietante para la sensibilidad del espectador. La obra es un d¨²o cuyo t¨ªtulo significa tinta y en escena ambos int¨¦rpretes quedan literalmente ba?ados por agua te?ida. Seg¨²n el autor, el t¨ªtulo de la pieza se debe al pulpo que le regal¨® un amigo y cuya tinta se puede utilizar para pintar o escribir.

Al principio de Ink se ve a un atractivo Papaioannou, vestido de negro, manipular diferentes difusores de agua que ba?an todo el escenario y maniobrar con unas esferas de cristal, que llena o vac¨ªa de agua constantemente. Su expresi¨®n es dura y emana dominio sobre todo. Tambi¨¦n no cesa de jugar con un pulpo. De repente aparece en escena un hombre joven desnudo, el magn¨ªfico actor, Suka Horn, que se arrastra por el escenario bajo unos pl¨¢sticos de los que se quiere desembarazar, est¨¢ atrapado. Dimitris no se lo pondr¨¢ f¨¢cil. Y ah¨ª empieza la relaci¨®n entre estos dos seres, maldad e inocencia, v¨ªctima y verdugo, juventud y vejez, sumisi¨®n y dominio, estos sentimientos marcar¨¢n la tortuosa relaci¨®n entre ambos. Todo ello con una inquietante perversidad por parte de dominador. El agua y las cortinas de pl¨¢stico arrugadas y mojadas que forman la escenograf¨ªa (dos elementos relacionados con los problemas medioambientales), las figuras escult¨®ricas que crean ambos int¨¦rpretes en su relaci¨®n sadomasoquista, su juego con el pulpo o con unos peces que solo hacen que mover desesperadamente sus colas, y las referencias mitol¨®gicas, crean en escena una atm¨®sfera perturbadora que hel¨® en muchos momentos el coraz¨®n del p¨²blico. Y tambi¨¦n uno se pregunta si en el fondo no hay solo un protagonista en Ink, un ¨²nico hombre poli¨¦drico en sus infinitas caras.

El espect¨¢culo se desarrolla sin m¨²sica, si bien en contadas ocasiones se oyen fragmentos musicales del compositor contempor¨¢neo, Kornilios Selamsis, muy adecuados para el contenido de la obra por su expresividad e intensidad.

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