El independentismo exige un marco de confianza con S¨¢nchez antes de negociar
Puigdemont y el presidente en funciones carecen de un acuerdo de m¨ªnimos que PSOE y ERC s¨ª han logrado mantener esta legislatura
¡°Pagar por adelantado a un t¨ªo al que no le comprar¨ªas un coche de segunda mano es un deporte de riesgo¡±. As¨ª se refiri¨® el expresident Carles Puigdemont, en julio, al aspirante a la reelecci¨®n como jefe del Gobierno, Pedro S¨¢nchez. La met¨¢fora del mundo del motor revela una de las grandes falencias del incierto proceso de negociaci¨®n para que el PSOE y Sumar repitan en La Moncloa: sin generar un marco de confianza previo, los independentistas ven a¨²n m¨¢s dif¨ªcil pasar al resto.
Confianza. En el entorno del expresident, en estos d¨ªas bunkerizado entre la pausa estival y los llamamientos a ¡°m¨¢xima precauci¨®n¡±, ven de momento el primer escollo real para negociar en serio m¨¢s en el c¨®mo que en el qu¨¦. El regreso de Jordi Turull, n¨²mero dos de Junts, tras unos d¨ªas en Brasil har¨¢ que cierto aire corra, pero no altera el guion: Puigdemont bajo los focos y S¨¢nchez, al tener las fichas blancas, es quien debe mover primero. ¡°Que empiece por poner una propuesta, no por intentar limitar a lo que aspiramos¡±, reflexiona una voz cercana al expresident y que responde a las quejas de ¡°maximalismo¡± con las que el ministro F¨¦lix Bola?os se refer¨ªa a la exigencia de la amnist¨ªa y el refer¨¦ndum.
Dos noticias de la semana pasada fueron utilizadas por el l¨ªder en rebeld¨ªa en B¨¦lgica para sostener su idea de que, al final de cuentas, al otro lado no hay en qui¨¦n confiar. Por un lado, la flor de un d¨ªa que ha sido la propuesta de Sumar para el uso de las lenguas cooficiales en Las Cortes y que r¨¢pidamente sepult¨® el PSOE. Por otro, que se intente presionar a los empresarios catalanes con inversiones anunciadas hace a?os para que se decanten sobre si apoyan a S¨¢nchez.
¡°El proceso de reforma suele ser una estrategia para hacer perder el tiempo haciendo ver que arreglas un problema que en realidad te importa un r¨¢bano¡±, dijo Puigdemont respecto a c¨®mo los socialistas, esta legislatura, han bloqueado el catal¨¢n en el Senado. Y en su entorno, donde se vive con la cr¨ªtica constante a c¨®mo ha llevado ERC el di¨¢logo, aprovechan para recordar el rimbombante anuncio de la ¨²ltima mesa de di¨¢logo, el 27 de julio del a?o pasado, para que se pudiera usar el catal¨¢n en la Euroc¨¢mara y por el que no se ha movido ni una hoja.
La relaci¨®n entre S¨¢nchez y Puigdemont no es nula. Incluso compartieron sof¨¢ en marzo de 2016. El socialista visit¨® el Palau de la Generalitat, con ¨¢nimos de ¡°deshielo¡± y tuvieron tiempo para hablar de la Constituci¨®n y del Estatut y entonces ya el presidente en funciones dej¨® claras sus l¨ªneas rojas. En ese encuentro, el l¨ªder catal¨¢n midi¨® el aceite a un socialista que despu¨¦s tuvo que probar su val¨ªa a los suyos y apoyar la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155.
El puente de Aragon¨¨s
¡°Yo puedo hablar por m¨ª¡±, respondi¨® S¨¢nchez, en noviembre de 2022, cuando se le pregunt¨® si el fundador de Junts ment¨ªa al revelar que un emisario del Gobierno le hab¨ªa propuesto ¡°soluciones felices¡± para poner fin a su huida. El eurodiputado de Junts volvi¨® a poner hace unos d¨ªas el tema en el debate p¨²blico y, pese a los respectivos desmentidos, los tel¨¦fonos siguen sonando.
En ERC les suena la pel¨ªcula. El propio S¨¢nchez y el president Pere Aragon¨¨s tuvieron que construir poco a poco la credibilidad mutua para garantizar cumplir los acuerdos que derivaron en la pasada investidura. Ambos construyeron un puente colgante, endeble, que el esc¨¢ndalo de espionaje de Pegasus o el no a la reforma laboral de los republicanos estuvieron a punto de llevarse por delante. Pero, con todo, que ha permitido hitos antes impensables como la concesi¨®n de los indultos o la reforma del C¨®digo Penal.
Quedan 10 d¨ªas para la constituci¨®n de las Cortes y no hay tiempo para que haya cemento armado entre Madrid y Waterloo. En el entorno del expresident deliberadamente callan cuando se pregunta si una reuni¨®n cara a cara solucionar¨ªa algo. E insisten en las dos m¨¢ximas: Puigdemont a los focos y S¨¢nchez con la obligaci¨®n de mover ficha.
Esquerra y "el caf¨¦ para todos"
Esquerra también cree que el precio del sí en la investidura pasa por un acuerdo sobre el conflicto político pero, a diferencia de Junts, no descarta negociar también de temas sectoriales. El más espinoso, la financiación. Su portavoz, Marta Vilalta, insiste en que Gobierno y Generalitat hablen de tú a tú, no para “eliminar la solidaridad” interterritorial, sino con el objetivo de acabar con los “agravios” que, asegura, aguantan los catalanes.
“Ya sabemos que una negociación multilateral, un café para todos, no servirá”, afirmó ayer en una entrevista a Efe. Cataluña es la tercera comunidad que más aporta pero es la décima en la liquidación.
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