Por un acuerdo interprofesional catal¨¢n

El Acuerdo Interprofesional de Catalu?a (AIC) es el instrumento que los agentes sociales m¨¢s representativos podemos desarrollar en materia de negociaci¨®n colectiva y di¨¢logo social, para adaptarla a la realidad del mercado de trabajo de Catalu?a, a sus condicionantes y potencialidades, as¨ª como las diferentes realidades de su tejido productivo. Es el instrumento de vertebraci¨®n de la negociaci¨®n colectiva para los ¨¢mbitos territoriales con di¨¢logo social territorial propio que emula en ellos lo que representa el Acuerdo para el Empleo y la Negociaci¨®n Colectiva (AENC).

Entre sus objetivos tiene hacer posible el progreso social y econ¨®mico a trav¨¦s de lo que conocemos como el marco catal¨¢n de relaciones laborales, ese espacio de di¨¢logo y concertaci¨®n que permite ajustar la realidad socioecon¨®mica del pa¨ªs a la regulaci¨®n de cuestiones de diversa ¨ªndole y, en este caso, a la negociaci¨®n colectiva. Su funci¨®n, como en el caso de la AENC, es la de fijar unas condiciones generales que luego los agentes sociales vamos a llevar a la negociaci¨®n de convenios colectivos de los distintos sectores, y en muchos casos, resolviendo cuestiones que, por novedosas o bien por complejas, podemos llevar ya enfocadas a dichos ¨¢mbitos.

Lamentablemente, este convenio de convenios, pese a tener un texto muy avanzado y tras m¨¢s de sesenta reuniones de trabajo y dos a?os de negociaci¨®n, no ha prosperado. El AIC ven¨ªa a dar respuesta a todas aquellas necesidades reales de nuestro mercado de trabajo y ha dejado pendientes temas importantes, como la prioritaria aplicaci¨®n del convenio colectivo auton¨®mico respecto del estatal que ten¨ªa una salvaguarda a la que parec¨ªa imposible de renunciar; solo con el acuerdo un¨¢nime de los cuatro agentes sociales pod¨ªa prosperar. Sin embargo, a pesar de ello, y de los antecedentes que existen de acuerdos similares, no fue posible que todos nos sum¨¢ramos al acuerdo que la mayor¨ªa defend¨ªamos.

Se abordaban tambi¨¦n cuestiones como salarios, productividad, con la apuesta por su mejora, la necesidad de garantizar la seguridad jur¨ªdica de las mipymes, los derechos y deberes en materia de digitalizaci¨®n, as¨ª como trasladar la desconexi¨®n digital que ya tenemos trabajada en el Acuerdo Marco Europeo, en un momento donde el trabajo h¨ªbrido y la transformaci¨®n tecnol¨®gica se imponen. Especialmente este ¨²ltimo punto, junto con el teletrabajo y las cuestiones que van surgiendo con su avance, nos interpelan a resolver los vac¨ªos que trae a muchos puestos de trabajo su falta de concreci¨®n.

En un contexto complejo, condicionado por la crisis sanitaria y las multicrisis que la han acompa?ado, se hab¨ªa llegado a un preacuerdo que finalmente no todos han podido refrendar. Es una verdadera pena, pues somos de la opini¨®n que quienes tenemos el derecho de ser agentes sociales m¨¢s representativos tambi¨¦n tenemos la responsabilidad de garantizar las medidas y los acuerdos que nos hagan progresar en la l¨ªnea de lo que exige nuestra econom¨ªa y nuestra sociedad y, especialmente, la realidad socioecon¨®mica de cada uno de nuestros territorios.

Podemos hablar, pues, de una oportunidad perdida o reto pendiente. Ahora solo podemos seguir trabajando desde la concertaci¨®n y el di¨¢logo social para intentar rescatar consensos y continuar dise?ando las mejores propuestas, sumando esfuerzos para un futuro prometedor en el que las mipymes sigan siendo las protagonistas; no en vano son mayor¨ªa y demasiado a menudo se habla de ellas, pero no se les permite hacerlo siempre con voz propia. Eso s¨ª, en Catalu?a lo hacemos.

Josep Ginesta es secretario general de Pimec

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