CE J¨²piter: El club m¨¢s perseguido de Catalu?a que mantiene intactos sus principios
Su vertiente catalanista le hizo cambiar de escudo, equipaci¨®n, nombre y estadio durante el franquismo. Sus valores que siguen presentes casi 100 a?os despu¨¦s
Un grupo de chicos juegan alegremente en un campo de f¨²tbol del barrio de La Verneda. Sus gritos y goles son acompa?ados por el ruido de los bares de alrededor y que franquean la instalaci¨®n deportiva del Club Esportiu J¨²piter. Podr¨ªa ser un club de barrio m¨¢s, con su escuela de f¨²tbol base y su posterior primer equipo que se encuentra en alguna de las divisiones del f¨²tbol aficionado. Estos ni?os llevan en su camiseta un escudo redondo con los colores de la bandera catalana y una estrella azul en la parte superior, muy similar a la bandera independentista. Podr¨ªa ser tambi¨¦n un simple escudo m¨¢s con las iniciales del J¨²piter. Sin embargo, este emblema, este nombre y este club fueron uno de los centros neur¨¢lgicos del anarquismo catal¨¢n, cuando se encontraban en el barrio de Poblenou. La entidad resisti¨® los convulsos a?os 20, goz¨® de libertad en la II Rep¨²blica, luch¨® durante la Guerra Civil y padeci¨® la represi¨®n de la dictadura franquista. Han pasado casi 100 a?os, pero los ideales nunca han desaparecido.
¡°Somos la ¨²nica entidad de Catalu?a a la que han cambiado el nombre, los colores, el escudo y su ubicaci¨®n¡±, lamenta Joan Rion, presidente del J¨²piter, en una de las salas del club que ahora se ubica en el distrito de Sant Mart¨ª de Barcelona. Exiliado de Poblenou desde 1948, cuando las autoridades franquistas quisieron borrar cualquier huella de anarquismo en el nuevo r¨¦gimen: ¡°Poblenou en aquella ¨¦poca era un sitio c¨¦ntrico y neur¨¢lgico para reuniones sociales y por eso se nos traslad¨® al campo de La Verneda¡±, explica el presidente.
No solo fue el traslado de sede, tambi¨¦n sufrieron el cambio de nombre de J¨²piter a H¨¦rcules, el cambio de la equipaci¨®n gris y grana (colores relacionados al anarquismo) a un color verdiblanco o la modificaci¨®n de su escudo tan revolucionario y catalanista. Incluso tambi¨¦n padeci¨® el intento frustrado de convertirse en el equipo filial del Espanyol.
Todas estas represalias durante la dictadura ven¨ªan marcadas por la fuerte participaci¨®n pol¨ªtica y militante del club desde sus or¨ªgenes. Fundado en 1909 por los hermanos Mauchand, obreros del barrio de Poblenou, escogieron el nombre del planeta J¨²piter debido al ganador de una competici¨®n de globos aerost¨¢ticos celebrada en la playa de la Mar Bella. Desde entonces, las acciones pol¨ªticas pasaron a formar parte de la historia del club. Por ejemplo, fue el rival del Bar?a en aquel partido de 1925 en Les Corts donde la afici¨®n cul¨¦ silb¨® la marcha real espa?ola y sufri¨® la clausura de su estadio. Durante la II Rep¨²blica recibi¨® la visita de Francesc Maci¨¤ en 1931 y en su campo del Poblenou se habr¨ªa jugado la final de f¨²tbol de la Olimpiada Popular, suspendida por el inicio de la Guerra Civil.
Ser¨ªa en el conflicto b¨¦lico cuando el J¨²piter mostr¨® su gran influencia anarquista y antifascista. En aquel 18 de julio de 1936, desde el campo del J¨²piter salieron dos camiones para combatir la insurrecci¨®n del bando nacional. Y durante el transcurso de la guerra se comenta, aunque este hecho nunca se ha confirmado, que la tribuna del estadio sirvi¨® como arsenal clandestino de armas.
Por aquellos tiempos el club contaba con 3.000 socios y actualmente, 750. Los tiempos han cambiado, ha recuperado su nombre inicial, su escudo y su vestimenta, pero su implicaci¨®n es la misma. ¡°Seguimos siendo fieles a nuestro ADN. Hemos estado en todas las iniciativas. Por ejemplo, en el proc¨¦s cambiamos los colores de nuestra camiseta para jugar con los de senyera y nos lo agradecieron desde muchos sitios. Estamos dentro de ?mnium Cultural y pocas entidades deportivas lo est¨¢n. Somos parte de un recorrido hist¨®rico y biogr¨¢fico de la zona. Mantenerse fiel a unos ideales es muy complicado, hoy en d¨ªa, pero creo que lo hemos logrado¡±, aporta un orgulloso Joan Rion.
A pesar de no perder su esencia, otros clubes modestos de Catalu?a han llevado a cabo una serie de iniciativas pol¨ªticas y sociales que les ha hecho ocupar un sitio que hist¨®ricamente siempre pertenec¨ªa al J¨²piter. Pero lejos de preocuparse, Joan se alegra de estos movimientos: ¡°Este perfil que est¨¢n tomando los equipos es el que tiene que ser y es la realidad de hoy en d¨ªa. Las entidades tenemos que dar un ideal y cada uno lo puede hacer en diferentes aspectos y de diferentes maneras. Y que haya clubes que est¨¦n en la misma sinton¨ªa que nosotros es muy favorable para todos¡±.
Mientras que en el aspecto institucional el J¨²piter sigue siendo un referente, deportivamente siempre ha sufrido para estar a la altura de su historia y sus valores. Pero algo cambi¨® con la llegada de Juanjo Garc¨ªa como entrenador en 2009: ¡°Cuando llegu¨¦, me encontr¨¦ con un equipo que, a nivel econ¨®mico e institucional, estaba saneado pero que estaba compitiendo en una divisi¨®n de bajo nivel y no hab¨ªa conseguido ascender a Regional Preferente. Por eso hice una reestructuraci¨®n total del f¨²tbol base, porque era un equipo con un presupuesto elevado, con jugadores de m¨¢s categor¨ªa pero poco adaptables a esas categor¨ªas inferiores. Y en mi primer a?o fuimos campeones y subimos de divisi¨®n¡±.
El t¨¦cnico no duda en se?alar cu¨¢l ha sido la clave de su ¨¦xito para llevar al equipo a encadenar varios ascensos seguidos: ¡°La forma m¨¢s profesional de trabajar hizo que subi¨¦ramos de categor¨ªa y que fuera un sin parar hasta que llegamos a Tercera divisi¨®n¡±, confirma un Juanjo que tambi¨¦n es consciente de que el peso de la historia del J¨²piter es otro aliciente para jugar en el club: ¡°Los j¨®venes que hemos fichado no han tenido ninguna duda en venir y eso es bueno. A alg¨²n veterano hemos tenido que convencerlo m¨¢s, pero s¨ª que es verdad que el nombre les hace venir¡±.
El club acaba de ascender a Primera Catalana. Tanto entrenador como presidente tienen el objetivo de volver a ascender mientras que la afici¨®n sigue acudiendo a La Verneda a ver a su equipo. Muchos siguen llegando desde el Poblenou: ¡°Es una zona muy referencial para nosotros. A¨²n nos viene un sector de personas adultas cuyos padres eran socios desde que jug¨¢bamos en el Poblenou. Y la gran mayor¨ªa de los aficionados que pertenecen al grupo de animaci¨®n ¡®Reducte GrisGrana¡¯ pertenecen al casal del barrio de Poblenou¡±, confiesa el presidente.
Ni la dictadura de Primo de Rivera ni la de Franco pudieron terminar con un club impulsado por unos valores que se mantienen intactos en su ADN. Una entidad donde, a pesar de su situaci¨®n deportiva, prevalece su historia y sus ideales como uno de los primeros equipos donde pol¨ªtica y f¨²tbol siempre fueron su principal raz¨®n de ser.
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