Un aparatoso desalojo en Reus revela los m¨¦todos al l¨ªmite de las empresas de desocupaci¨®n
La compa?¨ªa Antiokupa Tarraco est¨¢ siendo investigada en un juzgado de Barcelona por coacciones y da?os en otra pol¨¦mica intervenci¨®n
Las empresas de desocupaciones al margen de la ley han proliferado en los ¨²ltimos a?os, erigidas como la soluci¨®n m¨¢s sencilla ante un piso ocupado. Los Mossos d¡¯Esquadra intervinieron el martes en Reus en la actuaci¨®n de una de estas compa?¨ªas, Antiokupa Tarraco. La polic¨ªa detuvo a los cuatro empleados de la empresa, entre ellos su responsable, Andrei S., y a los dos ocupas. La operaci¨®n acab¨® en una batalla campal, donde se us¨® gas pimienta, que incluso afect¨® a dos vecinos no implicados en el conflicto que necesitaron asistencia m¨¦dica. El aparatoso intento de desalojo de Antiokupa Tarraco, investigada por coacciones y da?os en otro caso en Barcelona, pone al descubierto los m¨¦todos al l¨ªmite que utilizan este tipo de empresas.
La acci¨®n para echar a las personas de un piso de la avenida de Cardenal Vidal i Barraquer de Reus empez¨® la tarde-noche del lunes. La Guardia Urbana acudi¨® al domicilio alertados por un vecino que explicaba que viv¨ªa ocupando la vivienda con su mujer y su hija y que se hab¨ªan presentado tres hombres de una empresa de desocupaci¨®n. Para lograr que abandonasen el domicilio, cont¨® que les hab¨ªan coaccionado y que adem¨¢s hab¨ªan causado da?os en la puerta del piso.
Al d¨ªa siguiente, la situaci¨®n empeor¨®. A las cinco de la tarde, acudieron al inmueble cuatro personas de Antiokupa Tarraco. Mientras los empleados sub¨ªan hasta el sexto piso, en la entrada del edificio se fueron juntando personas del entorno de los ocupas, seg¨²n explican testigos de lo ocurrido. Un trabajador de la compa?¨ªa de desocupaci¨®n acab¨® usando el gas pimienta en la escalera del bloque, seg¨²n detallan los Mossos, lo que provoc¨® que dos vecinos, sin ninguna relaci¨®n con el conflicto, sufriesen las consecuencias. ¡°Iban bajando y se ahogaban¡±, detalla una testigo. Ya en la calle, se desat¨® una pelea tumultuaria.
Al final, los Mossos d¡¯Esquadra detuvieron a seis personas: los cuatro empleados de Antiokupa Tarraco y dos ocupas. A los primeros, de 29, 32, 37 y 39 a?os, les acusaron de des¨®rdenes p¨²blicos, coacciones, lesiones leves y da?os leves. A los segundos, de 26 y 33 a?os, tambi¨¦n les imputaron des¨®rdenes, lesiones leves y amenazas. Los seis durmieron dos noches en los calabozos de la polic¨ªa catalana, y pasaron a disposici¨®n del juzgado en funciones de guardia en Reus. Pero los ocupas renunciaron a la denuncia, por lo que la causa no prosper¨®, informa el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC). Alcanzaron un acuerdo extrajudicial y los moradores accedieron a abandonaron el piso, a?aden fuentes judiciales.
Andrei S., responsable de Antiokupa Tarraco, lo explica de otra manera. ¡°Nos dieron la absoluci¨®n all¨ª mismo¡±, cuenta, por tel¨¦fono. Insiste en que ellos acudieron a la vivienda contratados por los propietarios, y que se vieron sorprendidos por una trampa que les tendieron los ocupas. ¡°Nos atacaron con cuchillos¡±, asegura. Fuentes policiales confirman que Andrei S. fue herido de levedad con un arma blanca. El hombre, de 37 a?os, y con tres detenciones en su expediente por robo con fuerza y tr¨¢fico de drogas, asegura que ¡°todos los testigos¡± de lo ocurrido les han dado la raz¨®n.
Cuando se le pregunta por otra causa que tiene abierta en un juzgado de Barcelona, donde ¨¦l y otro empleado est¨¢n investigados por los delitos de coacciones y da?os, declina pronunciarse. ¡°Ese es otro tema¡±, zanja. Antiokupa Tarraco fue contratada por la propiedad de una vivienda en el barrio de Gracia de la capital catalana para echar del piso a Ana y su familia. La mujer denunci¨® tres episodios de coacciones en los que implica a la compa?¨ªa, con sede en Mont-roig del Camp (Tarragona). El primero ocurri¨® el 27 de marzo, cuando tres empleados se presentaron en la casa, la ¡°arrinconaron¡± en el ascensor a ella y a su hija, les dedicaron ¡°comentarios ofensivos¡± y le exigieron que se fuese.
Unos d¨ªas despu¨¦s, la madrugada del 7 de abril, Ana se despert¨® por los golpes en la puerta del piso y los gritos de una vecina. Al levantarse, comprob¨® que la puerta estaba abierta y una ventana rota, por la que vio c¨®mo una persona encapuchada corr¨ªa escaleras abajo. La mujer lo denunci¨®. El 18 de abril, a las siete de la ma?ana, tres trabajadores de la empresa volvieron a la vivienda. ¡°Se pasaron unos 20 minutos incordiando y llamando continuamente a los timbres de la finca¡±, explic¨® de nuevo la mujer a los Mossos.
Tambi¨¦n aport¨® las amenazas que recibi¨® unos d¨ªas antes por Telegram. ¡°Hija de puta, as¨ª no quieres finalizar con esto. No tienes miedo por tu hija¡±, ¡°si no te vamos a joder la vida¡±, ¡°d¨ªa y noche te vamos a vigilar¡±, rezaban algunos de los mensajes que aport¨® a la denuncia. Cuando bloque¨® el tel¨¦fono, recibi¨® a trav¨¦s de Whatsapp y desde un n¨²mero con una imagen de perfil de los tres empleados de Antiokupa Tarraco, mensajes que la compel¨ªan a irse: ¡°Tenemos que llegar a un acuerdo para que la propietaria recupere su piso¡±.
El Sindicat del Habitatge de Gr¨¤cia denuncia la actuaci¨®n de este tipo de empresas de desocupaci¨®n. ¡°Van al l¨ªmite de lo que pueden hacer¡±, critican. La organizaci¨®n vecinal dio apoyo a Ana, que sigue en el piso donde viv¨ªa con la mujer a la que cuidaba, que a su vez lo ten¨ªa alquilado hasta que falleci¨® en enero. En febrero, la mensualidad se pag¨® autom¨¢ticamente desde su cuenta, y afirman que nunca supieron nada de la propiedad hasta la llegada de Antiokupa Tarraco. El juzgado ha citado a Andrei S. y a otro empleado para que declaren por lo ocurrido, en calidad de investigados por coacciones y da?os. Despu¨¦s de varios aplazamientos, est¨¢ previsto que se expliquen en octubre.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.