La polic¨ªa investiga a Brigada Desokupa por el intento de desalojo ilegal a Amparo Espino
La mujer de 67 a?os, v¨ªctima de un intento de desalojo ilegal en Madrid, interpone una denuncia contra la empresa en los juzgados de Madrid

El intento de desalojo ilegal a Amparo Espino, de 67 a?os, del bajo donde vive en Vallecas, ya est¨¢ en los juzgados. Despu¨¦s de que un grupo de una decena de hombres de la empresa Brigada Desokupa irrumpiera el mi¨¦rcoles 2 de agosto en su puerta sin ninguna orden judicial y acompa?ados por la Polic¨ªa Nacional, la mujer ha denunciado a la empresa y ha agregado una queja por inacci¨®n de los agentes. Amparo, que ha estado acompa?ada desde ese d¨ªa por gente de la PAH de Vallecas, vive con el miedo de que vuelvan cuando se quede sola. Su caso abre un debate sobre c¨®mo operan las empresas antiocupaci¨®n.
En la denuncia, a la que ha tenido acceso EL PA?S, Amparo relata c¨®mo todo empez¨® el 13 de julio. Ese d¨ªa fue la primera vez que los hombres de la empresa se presentaron en su casa. Le mostraron un papel para que firmase una salida voluntaria del domicilio el 2 de agosto. Ella, al ver al grupo de hombres, fornidos, a un paso del recibidor, no dud¨® un segundo en darles su DNI y firmar lo que hiciera falta. As¨ª lo expone en la denuncia que ha presentado este domingo: ¡°Acab¨¦ firmando el documento contra mi voluntad, profundamente asustada por la actitud de los individuos que me increpaban en grupo desde la puerta de mi casa, sin dejarme cerrarla, y amenazando con consecuencias legales que no entend¨ªa¡±.
Todo se agrav¨® unas semanas m¨¢s tarde. Los hombres de Brigada Desokupa cumplieron su promesa y la semana pasada volvieron a su domicilio. Esta vez, ella no estaba sola, la acompa?aba gente que hab¨ªa vivido desahucios anteriores, que hac¨ªan turnos para impedir cualquier tipo de abuso. Una decena de hombres se reuni¨® en una calle paralela y llam¨® a la polic¨ªa ¡ªseg¨²n reconoci¨® la compa?¨ªa en un comunicado en redes sociales¡ª. Esperaron a que cuatro veh¨ªculos de la Polic¨ªa Nacional llegaran y caminaron de nuevo hacia su casa en la calle Carlos Sol¨¦.
Ese mi¨¦rcoles Brigada Desokupa trat¨® de efectuar un desalojo sin ninguna orden judicial, seg¨²n ha denunciado Amparo. Hacia las 13.00 horas, despu¨¦s de gritos y amenazas, tocaron el timbre, acompa?ados de la Polic¨ªa Nacional. El objetivo era sacar a la mujer de ese piso en el que est¨¢ de alquiler y no paga. Hab¨ªan sido contratados por la propietaria, un trabajo por el que cobran como m¨ªnimo 2.500 euros, seg¨²n su p¨¢gina web. La propiedad se ha negado a dar ning¨²n tipo de informaci¨®n a este diario sobre el proceso legal que emprendieron, tampoco sus abogados. Amparo, acompa?ada de gente de la PAH de Vallecas, no abri¨®. Ning¨²n juez hab¨ªa dado una orden.
Antes de marcharse, derrotados tras el espect¨¢culo macabro de tratar de amedrentar a una se?ora de 67 a?os, enferma del coraz¨®n (tiene una miocardiopat¨ªa hipertr¨®fica), superviviente de un c¨¢ncer de mama, con m¨¢s de una veintena de agentes de la Polic¨ªa Nacional y sin ninguna justificaci¨®n legal, les lanzaron una advertencia: ¡°Ustedes mismos. Tienen 48 horas¡±. La polic¨ªa permiti¨® que entrara Desokupa hasta la puerta mientras un equipo de sanitarios del Summa 112 esperaba desde fuera para poder asistirla. ¡°Los individuos de Brigada Desokupa, varios de ellos provistos de chalecos antibala, se colocaron en el portal de mi casa, escoltados por los funcionarios policiales¡±, reza la denuncia que ha presentado.
Todo lo ha documentado en un escrito donde ha agregado mensajes de WhatsApp con un representante de la empresa que avisaba de lo que iba a suceder ese d¨ªa, v¨ªdeos, im¨¢genes, informes m¨¦dicos, para mostrar la ¡°pesadilla¡± en la que se ha convertido su vida en las ¨²ltimas semanas en las que trata de no abandonar la vivienda y si lo hace, se aleja apenas unos metros para sacar a sus perros. Ha sido asistida por una abogada que colabora con la plataforma, pues trat¨® el viernes de denunciar los hechos en una comisar¨ªa y volvi¨® a casa con las manos vac¨ªas.
La ¨²ltima batalla de Amparo se deton¨® a las puertas de una comisar¨ªa de Vallecas, seg¨²n ha descrito en la denuncia presentada el domingo. ¡°El 4 de agosto, a las 16.50 horas, acud¨ª a la comisar¨ªa de distrito de Puente de Vallecas, situada en la calle Pe?a Trevinca, 1, a denunciar lo sucedido, pero los funcionarios de polic¨ªa que se encontraban en la misma no me dejaron acceder a la comisar¨ªa a interponer denuncia, trat¨¢ndome de okupa¡±, reza parte del documento al que ha tenido acceso EL PA?S. ¡°Ha bastado exponer m¨ªnimamente lo sucedido para que su reacci¨®n haya sido la de impedirme el acceso a un recinto p¨²blico y a un servicio p¨²blico, falt¨¢ndome al respeto e impidi¨¦ndome el ejercicio del derecho a poner en conocimiento de las autoridades unos hechos que considero delictivos¡±, se?ala el texto.
El domingo por la ma?ana, antes de salir a los juzgados, Amparo Espino recib¨ªa una llamada inesperada. No imagin¨® que del otro lado del tel¨¦fono, con todo lo que hab¨ªa vivido estos d¨ªas, una persona con uniforme le hablar¨ªa por primera vez en tono conciliador. Ya no hab¨ªa gritos ni cuestionamientos. Un responsable de la unidad de la Polic¨ªa Nacional de Puente de Vallecas, en la calle Pe?a Trevinca de Madrid, le ofreci¨® poner a su disposici¨®n un acompa?amiento y se interes¨® por su caso, seg¨²n relata Amparo. Tambi¨¦n, unos agentes que se identificaron como polic¨ªa judicial han acudido al domicilio para ¡°investigar los hechos¡±, cuenta.
El caso de Amparo ha abierto un debate sobre c¨®mo operan este tipo de empresas antiocupaci¨®n, que a golpe de m¨²sculos, gritos y amenazas tratan de sacar a inquilinos de una vivienda sin una orden judicial. Estas firmas prometen al cliente buscar cualquier resquicio, o bien legal o bien a trav¨¦s de conseguir con su presencia el abandono voluntario de la vivienda, para saltarse los pasos de la justicia. Y, si es posible, como en esta ocasi¨®n, tom¨¢rsela por su mano.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
