Tecnolog¨ªa y educaci¨®n: ?pero, qui¨¦n decide?
Sean quienes sean quienes nos gobiernen, debemos exigir el reconocimiento del rol central del docente en la toma de decisiones
El ¨²ltimo curso escolar pasar¨¢ a la historia por ser el de la llegada del Chat GPT a las aulas. Nos movemos en un nuevo paradigma que marcar¨¢ el futuro de la escuela y la educaci¨®n. En los centros educativos ¡ªmientras el Ministerio anunciaba que estudiar¨ªa y analizar¨ªa la herramienta¡ª, los docentes se pusieron a experimentar, conscientes de que sus alumnos son la primera generaci¨®n que ha empezado a dialogar con una ¡°inteligencia¡± que no es humana pero que los humanos hemos creado. Los desaf¨ªos que nos plantea son enormes.
Las tecnolog¨ªas de la educaci¨®n pueden ser una oportunidad para acelerar la transformaci¨®n de la escuela. Debemos estar preparados para avanzarnos a los riesgos y a las oportunidades que nos ofrecen. La UNESCO acaba de publicar el informe sobre tecnolog¨ªa en la educaci¨®n, donde insta a los pa¨ªses a que establezcan sus propias normas al mismo tiempo que pone de relieve que se carece de la adecuada gobernanza y reglamentaci¨®n. El informe, del 26 de julio, nace de una preocupaci¨®n: poner la tecnolog¨ªa al servicio de la educaci¨®n y no al rev¨¦s.
La pregunta clave seg¨²n la UNESCO no es c¨®mo vamos a digitalizar las aulas sino c¨®mo queremos cambiar la educaci¨®n. Para ello propone que antes de invertir en tecnolog¨ªa nos preguntemos si mejorar¨¢ o no el aprendizaje de los alumnos, y c¨®mo lo har¨¢. Sabiendo que no todo cambio significa un progreso, y que la tecnolog¨ªa es el medio y no el fin, debemos preguntarnos siempre el porqu¨¦ de nuevas herramientas ?cu¨¢ndo y c¨®mo utilizarlas? ?Cu¨¢ndo son un soporte y cu¨¢ndo una distracci¨®n? ?Qu¨¦ queremos cambiar?
La UNESCO aporta datos y elementos para la reflexi¨®n y se aleja de la polarizaci¨®n y el manique¨ªsmo, pero incluso as¨ª hay medios que han falseado y reducido el mensaje a la prohibici¨®n de los m¨®viles en las aulas. No es cierto. Lo es que aporta son evidencias de los riesgos cuando la tecnolog¨ªa no tiene acompa?amiento del docente o se utiliza en exceso, y se expone a los alumnos a la distracci¨®n, a perder privacidad o seguridad, y a una mayor desinformaci¨®n y plagio. Existen otros riesgos a nivel global para el futuro de la escuela. El mayor riesgo es que las grandes empresas de tecnolog¨ªa sean quienes decidan el futuro de la educaci¨®n. Y es que hay poca regulaci¨®n de contenidos y las pocas evidencias de impacto suelen ser producidas por las propias empresas, pudiendo estar sesgadas.
Debemos tener muy presente el posible escenario de futuro de la desescolarizaci¨®n, fruto en gran parte de la digitalizaci¨®n: la privatizaci¨®n, la mercantilizaci¨®n y la individualizaci¨®n de la educaci¨®n (OCDE 2020). La alternativa est¨¢ en reivindicar la figura del maestro, y considerar que debe ser co-creador del contenido de la IA. Sean quienes sean quienes nos gobiernen, debemos exigir el reconocimiento del rol central del docente en la toma de decisiones y en la inversi¨®n en la escuela ante el riesgo de la desinversi¨®n y la privatizaci¨®n de la educaci¨®n en manos de las grandes empresas tecnol¨®gicas. Pregunt¨¦monos pues con la UNESCO: ?qui¨¦n define los t¨¦rminos del uso de la tecnolog¨ªa en la educaci¨®n?
Porque como nos recuerda Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO ¡°Una pantalla no puede sustituir a un maestro¡±. La escuela es el lugar donde aprendemos juntos. Y aprendemos mejor juntos, unos de otros. Nada reemplaza la relaci¨®n humana que se da en el coraz¨®n del acto educativo.
Anna Jolonch es pedagoga y profesora de la Facultad de Educaci¨®n de la UB.
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