La transparencia y los ¡®mossos¡¯ racistas
Interior hizo una jugada de trileros: anunci¨® la expulsi¨®n de los seis polic¨ªas tras su condena cuando el decreto de la funci¨®n p¨²blica le obliga a hacerlo
El mantra ¡°El m¨®n ens mira¡± se repiti¨® hasta la saciedad durante todo el proc¨¦s. Se trataba de ser ejemplares. Incluso cuando la cosa se puso agria entre manifestantes y mossos ¡ªcon la sentencia de los l¨ªderes independentistas, la ocupaci¨®n del aeropuerto y las cargas policiales¡ª, se anunci¨® ¡°la auditor¨ªa m¨¢s grande de la historia¡± por parte del entonces consejero, Miquel Buch. Se trataba de identificar y sancionar a los agentes que presuntamente se hab¨ªan excedido en el uso de la fuerza. El president Quim Torra impuls¨® personalmente la operaci¨®n para mostrar que los Mossos no eran como los cuerpos policiales espa?oles. Fue en realidad una declaraci¨®n tan grandilocuente como hueca, al estilo de muchas que han acompa?ado al proc¨¦s. Y es que el estandarte de la transparencia casi siempre sirve para cubrir hasta la opacidad gran parte de controvertidas actuaciones policiales.
El 10 de enero de 2019, media docena de mossos pegaron y humillaron al joven Wubi D. R., al que se llevaron esposado a un aparcamiento durante un desalojo en Sant Feliu Sasserra (Bages). ¡°Negro de mierda, hijo de la gran puta¡±. ¡°He fallado, ?eh? Si no, te reventaba las costillas de un balazo¡± [hubo un disparo]. ¡°La pr¨®xima vez que veas a la polic¨ªa, corre; vete m¨¢s lejos de ?frica¡±. Mientras el detenido dec¨ªa: ¡°Por favor, dejadme en paz, que soy un humano como vosotros¡±, a lo que un agente respond¨ªa: ¡°?No eres humano, eres un mono! ?Negro de mierda!¡±.
El caso es que una vez SOS Racisme hizo p¨²blica la grabaci¨®n ¡ªel joven la hab¨ªa registrado en su m¨®vil durante la detenci¨®n¨C el Departamento de Interior cambi¨® de destino a los polic¨ªas ¨Cantidisturbios de las unidades ARRO¨C, pero desoy¨® la petici¨®n del Parlament ¨Ccon los votos de ERC, comunes y CUP¨C para suspender de empleo y sueldo a los agentes implicados y la recomendaci¨®n en este sentido del entonces S¨ªndic de Greuges, Rafael Rib¨®. Bien al contrario, en los primeros d¨ªas y a pesar de asegurar que habr¨ªa transparencia, los mandos ¡°no identificaban¡± la voz de los mossos implicados, que evitaron con recursos judiciales su comparecencia en la rueda de reconocimiento con la v¨ªctima, a la que se aven¨ªan a participar siempre y cuando fueran encapuchados. Como reconocer mossos enmascarados no es tarea f¨¢cil, el denunciante decidi¨® renunciar a esa absurda rueda. Todo se eternizaba y la defensa de los imputados lleg¨® a pedir que se archivara el caso, pues se hab¨ªan superado los seis meses de instrucci¨®n del caso.
El guion de la transparencia ca¨ªa en el pozo negro del esprit de corps que la derecha y cierta izquierda y los poderes en general suelen practicar con trabas procesales y dilaciones. El cansancio propici¨® que el joven agredido llegara a un pacto con los agresores. Hace unos d¨ªas, los seis agentes de los Mossos d¡¯Esquadra aceptaron la condena de un a?o de c¨¢rcel, la inhabilitaci¨®n de seis meses, la asistencia a un curso sobre igualdad y no discriminaci¨®n e indemnizar a la v¨ªctima con 80.000 euros. La sentencia, al ser por conformidad, es firme.
A pocas horas de conocerse la noticia, Interior anunci¨® que los polic¨ªas ser¨ªan expulsados del cuerpo. Sorprendi¨® la rapidez de la decisi¨®n. Pero lo que parec¨ªa una loable iniciativa en favor de los derechos de la ciudadan¨ªa no fue m¨¢s que otra jugada de trileros. El decreto de Funci¨®n P¨²blica afirma que la inhabilitaci¨®n de manera absoluta o especial lleva aparejada la expulsi¨®n del cuerpo, tal como advirti¨® en las redes sociales la periodista Rebeca Carranco. Por tanto, Interior estaba obligado a echarlos. La transparencia sigue siendo las primera v¨ªctima del poder: cuando el mundo nos mira y cuando ya se ha cansado de hacerlo.
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