La caza, de nuevo en el punto de mira en Catalu?a

En las ¨²ltimas tres d¨¦cadas han muerto una treintena de personas, la mayor¨ªa hombres, y ha habido decenas de heridos por accidentes de caza en Catalu?a. La ¨²ltima v¨ªctima mortal falleci¨® el pasado septiembre durante una batida de jabal¨ªs en Arb¨²cies (Girona) y reabri¨® la pol¨¦mica del uso que se hace del medio natural, compartido entre cazadores y el resto de usuarios. Ciclistas, motoristas, caminantes y buscadores de setas deben convivir con la caza, con la mayor seguridad. Un sector de la sociedad criminaliza a los cazadores -cada vez mayores- que se defienden afirmando que hacen un servicio p¨²blico abatiendo especies con sobrepoblaci¨®n con seguridad y que algunos, ciclistas sobre todo, ignoran las advertencias. Ante una desfasada Ley de Caza (1970), el Govern, con todos los sectores implicados, redacta una Ley de Caza catalana que deber¨ªa entrar en el Parlament a finales de 2024 y mejorar la convivencia. Tambi¨¦n preparan una aplicaci¨®n m¨®vil, como Google Maps, para marcar en rojo las batidas.

Desde 1989 han muerto al menos 27 personas en Catalu?a y m¨¢s de 100 personas en los ¨²ltimos 15 a?os en el conjunto de Espa?a ¨Csin contabilizar el Pa¨ªs Vasco-. Adem¨¢s, ha habido m¨¢s de 800 heridos. Las cifras no son exactas porque la fuente de estos accidentes en Espa?a es la Guardia Civil ¨Cexcepto en el Pa¨ªs Vasco y en Catalu?a con competencias transferidas- y las ¨²ltimas las facilit¨® en 2020. Tampoco disponen de datos Mossos d¡¯Esquadra y Ertzaintza, que gestionan la informaci¨®n por tipos penales y no cuentan v¨ªctimas por accidentes de caza. Seg¨²n los Agentes Rurales, las principales causas son un disparo sin identificar el objetivo; mala manipulaci¨®n del arma; disparos dentro del ¨¢ngulo de 30 grados de seguridad (para evitar tiros cruzados); en direcci¨®n a la zona de seguridad y ca¨ªdas y rebotes de bala.

Aunque en los ¨²ltimos a?os se han tomado medidas ¨Cchalecos fluorescentes, carteles que informan de las batidas y cintas que balizan- y se ha ganado seguridad, siguen sucediendo accidentes. La voluntad es conseguir su m¨¢xima reducci¨®n. Deber¨¢n respetarse los usos de los que cada vez m¨¢s van a los bosques, recordando que el 80% de los de Catalu?a son privados y que los cazadores pagan por cazar en los cotos. Govern y cazadores afirman que hacen un servicio p¨²blico. ¡°Somos la primera l¨ªnea de defensa ante el gran da?o que hacen en cultivos, en accidentes de tr¨¢fico y en la entrada de la peste porcina africana¡±, dice Joan Espona, vicepresidente de la Federaci¨®n Catalana de Caza en Girona. No ve justo que les criminalicen y pide que multen a los que entran en las batidas, ahora s¨®lo se hace a los que las interrumpen aposta.

En Catalu?a hay concedidas 112.314 licencias de caza, que se corresponden con 210.821 armas de fuego, de caza mayor y menor. Un total de 57.831cazadores tienen el permiso de caza vigente y de estos el 43¡ä8% son mayores de 65 a?os. Sumado al descenso de j¨®venes sube la media de edad, en 2008 era de 51 a?os y ahora est¨¢ en 60, lo que seg¨²n los expertos, puede favorecer posibles incidencias. El 90% de ellas se producen en las batidas de jabal¨ªs. Aunque el periodo h¨¢bil va del primer domingo de septiembre al ¨²ltimo de marzo, se caza todo el a?o por la elevada densidad del animal. ¡°Es un deporte seguro, no es de los de mayor riesgo¡±, reitera el presidente de la Federaci¨®n Catalana de Caza (Federcat), Sergi S¨¢nchez. No obstante, el uso de armas de fuego lo convierte en una actividad muy peligrosa cuando no se utilizan con m¨¦todo, responsabilidad o interviene el azar.

Francesc Jim¨¦nez es un ingeniero industrial vecino de Vilassar de Mar, de 44 a?os, con dos hijos y amante de la bicicleta. El 29 de enero de 2022 sali¨® por la Brolla d¡¯Abril en Argentona, como tantas veces. El disparo de un cazador que dijo ver un jabal¨ª que nadie m¨¢s vio, le dio en el omoplato y le dej¨®, ¡°milagrosamente¡± vivo, pero en silla de ruedas. Desde entonces ¨¦l y su familia promueven la seguridad en los bosques. Discrepa de los que dicen que se saltan los carteles. ¡°Muchas veces no se ven, es lo que me pas¨® a mi, si los veo no entro, no ten¨ªa ningunas ganas de jugarme la vida, habr¨ªa cambiado de ruta y si no lo hubiera visto seguro qu me hubiera ido a casa¡±, sostiene.

Entre las medidas propuestas a los pol¨ªticos est¨¢ que no se pueda cazar en fines de semana; ampliar las exigencias de se?alizaci¨®n de caminos y senderos de acceso a la batida; hacer un mapa de zonas sensibles por mayor afluencia de gente; establecer est¨¢ndares m¨¢s rigurosos para dar autorizaciones que analicen la edad; crear un registro de accidentes de caza que facilite saber sus causas y usar otros m¨¦todos para reducir la sobrepoblaci¨®n.

Para la directora General de Ecosistemas Forestales, Anna Sanitjas, la Ley de Caza ¡°es una necesidad importante por seguridad y por toda la problem¨¢tica que lleva asociada¡±. La Ley espa?ola es de 1970, por eso se intenta hacer una Ley de Caza catalana. En enero se inici¨® un proceso participativo con 12 sesiones por todo el territorio con agricultores, animalistas, cazadores y propietarios forestales. De octubre a diciembre se prev¨¦ trabajar en cinco grandes bloques tem¨¢ticos como la actividad cineg¨¦tica y la conservaci¨®n, la seguridad y la compatibilidad de usos, los da?os cineg¨¦ticos y la declaraci¨®n de emergencias cineg¨¦tica. Para ella ¡°la idea es que a final de 2023 haya un documento de s¨ªntesis del proceso participativo, que a mediados de 2024 haya un anteproyecto de Ley y que el segundo semestre se pueda llevar al Parlament. Regular¨¢ como cerrar, como vestir, etc¡±.

Carlos, cazador de l¡¯Empord¨¤, ve ¡°complicada la soluci¨®n¡±. ¡°Todos vamos al bosque, no nos respetamos y llegan los accidentes. Unos entran en lugares se?alizados de cacer¨ªas y otros disparan sin ver la pieza, todo imprudencias¡±, afirma. Aunque la ley marca que para disparar debe verse el animal, algunos solo lo ¡°oyen¡±. ?l siempre aconseja: ¡°Si no ves el morro y la cola del jabal¨ª, no dispares¡±.

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