El Liceu estrena el fascinante drama de Antonio y Cleopatra
El compositor John Adams que firma la ¨®pera dirigir¨¢ a la orquesta en las seis funciones del teatro
Recostados en la cama del dormitorio, decorado con un tocador y una ventana que simula vistas al Nilo, Marco Antonio y Cleopatra juegan hasta que un enviado de Roma le da al militar romano la peor de las noticias: la metr¨®poli le reclama y, adem¨¢s, su mujer, Fulvia, ha fallecido. Los astros parecen conjurarse contra Marco Antonio que empieza seguramente ah¨ª el principio del fin. El Gran Teatro del Liceo inaugura este s¨¢bado la ¨®pera Antony and Cleopatra basada en la obra de Shakespeare sobre el desaf¨ªo dos de los amantes m¨¢s c¨¦lebres de la historia y su tr¨¢gico final tras desafiar a Roma. El compositor John Adams firma la partitura y dirigir¨¢ la orquesta en el Liceu. De la mano de la pareja formada por el bar¨ªtono canadiense Gerald Finley y la soprano norteamericana Julia Bullock, la ¨®pera, que ser¨¢ un estreno europeo, se representar¨¢ en seis funciones hasta el 8 de noviembre.
Estrenada hace poco m¨¢s de un a?o en San Francisco, la obra es una coproducci¨®n de la ?pera de esa ciudad, del Metropolitan de Nueva York y del Liceo que particip¨® tambi¨¦n en el encargo de la partitura. ¡°Es una feliz historia y que Adams dirija su propia composici¨®n¡±, afirm¨® en la presentaci¨®n V¨ªctor Garc¨ªa del Moral, director general art¨ªstico del Liceo. No es la primera vez que ocurre en la historia del teatro: antes que Adams lo hicieron m¨²sicos como Manuel de Falla, Igor Stravinski o Richard Strauss. El norteamericano no dirigi¨® a la orquesta en San Francisco y si que lo har¨¢ en Barcelona. ¡°Estoy encantado de poderlo hacer¡±, afirm¨®. El mi¨¦rcoles, tras uno de los ensayos, recibi¨® aplausos de m¨²sicos y cantantes.
Considerado en el inicio de su carrera como un m¨²sico minimalista, Adams se desmarca y se distancia de esa etiqueta al afirmar que le da la bienvenida a todo tipo de m¨²sica y que apuesta porque sea rica y compleja. Salvo una ¨®pera sobre un cuento de hadas hind¨², el compositor ha trazado su carrera con partituras de personas contempor¨¢neas en obras como Nixon in China o Doctor Atomic sobre Robert Oppenheimer, considerado el inventor de la bomba at¨®mica. Pero en esta ocasi¨®n quiso hacer una obra de Shakespeare y revela que desde siempre le ha atra¨ªdo particularmente la historia de Antonio y Cleopatra que no son precisamente Romeo y Julieta. ¡°Son personajes adultos que ya est¨¢n de vuelta¡±, afirma. ¡°Ella una mujer muy inteligente, sexi, muy astuta pero muy vulnerable. Y ¨¦l, que era un poder ascendente, quiere pas¨¢rselo bien en Alejandr¨ªa y no para de cometer errores¡±.
No es solo una historia de amor. Adams recoge la lectura de Shakespeare poniendo en el mismo plano la relaci¨®n de los dos personajes con la lucha geopol¨ªtica que se entrecruza en el drama que concluye con el suicidio de los dos personajes tras su derrota. El compositor sostiene que en Estados Unidos Antonio y Cleopatra se asocia con Hollywood, Liz Taylor y los a?os 30. La escen¨®grafa Elkhanah Pulitzer ambienta la obra con una inequ¨ªvoca est¨¦tica en la ¨¦poca de la irrupci¨®n en Italia del fascismo en la que juega con la proyecci¨®n de im¨¢genes que viajan a Roma, ahora a Atenas o a la sensual Alejandr¨ªa. ¡°Los dos representan mundos diferentes que acabaran construyendo un nuevo orden y crear puentes de entendimiento y Cesar crear¨¢ un estado nacionalista y totalitario¡±, alega. Y a?ade: ¡°La historia la explican los vencedores. Cleopatra no era un monstruo devorador. La obra de Plutarco la encarg¨® Augusto¡±.
Con una escenograf¨ªa cambiante y vers¨¢til, la soprano afirma que el compositor le dio una hoja de ruta para sumergirse en la figura de la reina de Egipto y reniega de la imagen de mujer ¡°manipuladora¡± que atribuye a una visi¨®n muy anclada en el machismo. ¡°Cada vez tengo m¨¢s claro la naturaleza sensual del personaje. Shakespeare nos da muchas pistas y John ha creado una hoja de ruta para m¨ª para saber c¨®mo era esta mujer erudita, formada, hablaba idiomas y era una fant¨¢stica pol¨ªtica¡±, dice Bullock que cambia en la obra constantemente de vestuario. Finley solo pudo que revelar que hace a?os le transmiti¨® a Adams su extra?eza de que se hubiera compuesta tan poco sobre la pareja y que celebr¨® con un sonoro ¡°?yes!¡± y la se?al de victoria cuando le anunci¨® que estaba escribiendo una ¨®pera sobre ella.
Adams confes¨® que no qued¨® del todo satisfecho de c¨®mo fue el estreno de su obra en San Francisco. ¡°Ten¨ªamos una combinaci¨®n de ilusi¨®n, emoci¨®n y confusi¨®n. Hab¨ªamos ensayado mucho. Pero lo coment¨¦ entonces: ¡®En la ¨®pera, si algo puede fallar, falla. Es como un trasatl¨¢ntico o una avioneta supers¨®nica. Es tremendamente complejo. Algunos pasajes se alargaron un poco y las he recortado. O las repesco¡±, dice mientras Finley discrepa y asegura que desde el escenario se percibi¨® como una gran acogida. Queda la duda de lo que har¨¢ Adams en el Liceu pero si que dijo algo: que est¨¢ leyendo biograf¨ªas de Verdi en las que se cuentan que no paraba de revisar, revisar y revisar sus ¨®peras. Y que ahora entiende porque estaba siempre de mal humor.
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