La c¨¢psula del tiempo
Hab¨ªa dentro una galleta, un sobre de colacao y muchas expectativas que el tiempo puso en su lugar, como siempre
Hace cinco a?os, un pu?ado de amigos bebidos y felices, escribieron un mensaje a su yo del futuro y lo guardaron en una cajita de maquillaje reconvertida en c¨¢psula del tiempo. Todos estaban ya empezando a bailar sobre esa cuerda floja que es la treintena y, a¨²n ara?ando las ¨²ltimas bocanadas de inocente juventud, se prometieron abrirla cuando el primero de ellos perpetrase un matrimonio, que en aquel entonces era un signo inequ¨ªvoco de hacerse mayor, como cuando las resacas empiezan a durar el doble que la fiesta o la mayor congoja se convierte en saber si la declaraci¨®n de la renta te saldr¨¢ a pagar o a devolver. La c¨¢psula se abrir¨ªa cuando el primero se hiciese mayor.
Y tuvo que pasar una pandemia, un volc¨¢n, dos beb¨¦s, unas cuantas despedidas y cinco a?os infinitamente cortos para que todo eso sucediese. La boda y la apertura de la caja. La primera de todos se cas¨® en junio y este diciembre abrieron la c¨¢psula: hab¨ªa dentro una galleta, un sobre de colacao y muchas expectativas que el tiempo puso en su lugar. Como siempre.
¡°Eres m¨¢s viejo, pero tranquilo: si no est¨¢s calvo, las canas seguro que te quedan bien¡±, consolaba uno a su futuro. Y otra, como en una especie de revelaci¨®n, intu¨ªa: ¡°Probablemente, ahora est¨¦s llevando pantalones de campana por decimoquinta vez. No lo niegues, en realidad te encantan¡±. Un tercero se dec¨ªa: ¡°A ver, dentro de X a?os, estar¨¢s m¨¢s calvo, m¨¢s viejo y m¨¢s sabio, espero. Habr¨¢s aprendido un mont¨®n de cosas de tus aventuras extra?as y ahora ser¨¢s m¨¢s sensato. Por favor, dime que s¨ª¡±. Hoy, efectivamente, hay m¨¢s canas, m¨¢s calvicie y m¨¢s cabeza. Tambi¨¦n m¨¢s pantalones de campana. Es el ciclo de la vida.
En esas misivas cargadas de vida y futuribles, hubo tambi¨¦n quien auguraba, con m¨¢s ganas que acierto, estar de vuelta en casa. Los expatriados contaban ya con haber finalizado su periplo por el mundo y verse, en la primera boda, ya al calor del hogar. Pero la vida es tozuda y tiene sus tiempos, que no son los de uno. ¡°Si no has conseguido volver, vuelve. No olvides que tu lugar est¨¢ aqu¨ª¡±, se recordaba alguien a s¨ª misma.
No fue esta una c¨¢psula de aciertos. Por no acertar, ni atinaron con los protagonistas de las nupcias. Todas las quinielas apuntaban a unos, menos ellos mismos, que rezaban por no ser y lo lograron. Y la que realmente se cas¨®, la causante de que la cajita se abriese este diciembre, solo acert¨® a desearle a los novios buena fortuna. Luego escribi¨®: ¡°Mis amigos son los mejores. No me creo que os cas¨¦is. No creo que sea yo (dedos cruzados)¡±. Una visionaria.
Cada uno, a su manera, intent¨® cincelar su futuro y record¨® su presente, para que no se le olvidase de d¨®nde ven¨ªa. ¡°Por favor, sigue siendo republicana, de izquierdas, galeguista y ten sentidi?o¡±, rogaba una. ¡°Mi yo de 2018 se conforma con ser independiente y econ¨®micamente autosuficiente. Si sigue siendo as¨ª, genial. Si no, c¨¦ntrate, por favor¡±, se instaba otra. Tambi¨¦n todos desearon mucho y muy fuerte que la empresa del m¨¢s emprendedor alzase el vuelo. Y eso, eso s¨ª, se cumpli¨®.
Lo mejor de los amigos que coinciden en la vida en tiempo y forma es que se quieren mucho, bien y a la vez. En los mensajes de esa panda a sus yo venideros hab¨ªa pocas premoniciones, pero muchos anhelos de seguir juntos, celebrando la vida en esa vieja casa de carpintero donde aquella noche de invierno de 2018 cerraron la c¨¢psula del tiempo. ¡°Aguanta a todos estos amigos de los que est¨¢s rodeado ahora¡±, se escrib¨ªa uno. Que no pase el tiempo y si pasa, que sea as¨ª: todos y juntos, rogaba otra.
Lo peor de hacerse mayor es que el tiempo es finito. No es la boda, la resaca o la declaraci¨®n de la renta lo que quita vida ¡ªun poco s¨ª¡ª, sino todos esos momentos pendientes, las promesas de verse y los planes en el aire que nunca aterrizan del todo o para todos. ¡°La verdad es que lo ¨²nico que deseo es que estemos todos juntos leyendo esto¡±, ped¨ªa muy fuerte una de ellos. Pero no pudo ser. Porque volver a estar, todos y juntos, en el mismo espacio y tiempo es cada vez m¨¢s dif¨ªcil. No por ganas, sino por tiempo. Por la maldita costumbre de hacerse mayores.
Han prometido, eso s¨ª, volver a juntarse para llenar de nuevo la c¨¢psula del tiempo. Reencontrarse un d¨ªa cualquiera en esa casa de carpintero, encender la cocina de le?a y al calor de una noche de invierno, hablar como siempre, re¨ªr como nunca y escribirle otra vez a sus yo del futuro. Hasta la pr¨®xima boda, dicen. A ver qu¨¦ pasa ahora que ya todos se han hecho mayores.
Sirva esta c¨¢psula del tiempo, la que se cerr¨® en 2018 y se abri¨® en 2023, como un spoiler de lo que est¨¢ por venir: de aquellos tiempos, lo que mejor se conserva es la galleta y el colacao. Algunos sue?os se han quedado por el camino, otros ni se pensaron y todos los protagonistas han hecho lo que han podido. No es poco. Como recordaba el mensaje del m¨¢s bueno: ¡°Esta es tu vida y se est¨¢ acabando a cada minuto. Y la de los dem¨¢s, tambi¨¦n¡±. Mejor aprovecharla.
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