La inquilina de Andorra replica a TheGrefg: ni quiso irse del piso ni dej¨® de pagar el alquiler

La batalla judicial que el streamer David C¨¢novas, conocido como TheGrefg, mantiene con una mujer de 80 a?os para echarla de un piso de Andorra en el que vive de alquiler desde hace casi cuatro d¨¦cadas se ha recrudecido este martes. El youtuber acus¨® el lunes a la anciana, entre otras cosas, de llevar a cabo una ¡°ocupaci¨®n abusiva¡± del inmueble y de no pagar el alquiler desde hace tres a?os. El abogado de la mujer, Pere Crist¨°fol, lo desmiente de forma categ¨®rica: asegura que ha abonado religiosamente la renta, de menos de 500 euros mensuales, pero ha tenido que consignarla en un juzgado porque la empresa inmobiliaria de TheGrefg, Grefito, rechazaba cobrarla, una estrategia habitual de propietarios que quieren expulsar a inquilinos inc¨®modos. La mujer tambi¨¦n niega que hubiera adquirido el compromiso de abandonar de forma voluntaria la vivienda.

En el verano de 2020, Grefito adquiri¨® un bloque de viviendas en el municipio andorrano de Escaldes como parte de las inversiones del streamer en Andorra, adonde se desplaz¨® a vivir con la intenci¨®n, manifestada por ¨¦l mismo, de pagar menos impuestos que en Espa?a. TheGrefg es el propietario de la empresa. En el comunicado difundido el lunes por la noche para responder a las informaciones publicadas sobre su pugna con la anciana, que le costaron mensajes de rechazo en redes sociales, C¨¢novas asegur¨® que no ten¨ªa conocimiento alguno del ¡°tratamiento que se est¨¢ dando al proceso de arrendamiento¡± hasta que lo ley¨® en prensa.

¡°No administro ni gestiono personalmente la sociedad involucrada, dirigida exclusivamente por otra persona¡±, se excus¨® en la nota. Lo que dice es cierto, pero solo desde el 6 de julio de 2023: ese d¨ªa, C¨¢novas se dio de baja como administrador de la inmobiliaria. La decisi¨®n la tom¨® una semana antes de la vista oral por el procedimiento de desahucio, en la que estaba citado a declarar, precisamente, el administrador de Grefito. El youtuber evit¨® as¨ª la exposici¨®n p¨²blica y quien acudi¨® a declarar fue su socio, que hab¨ªa tomado las riendas de la empresa.

Tras comprar el bloque de viviendas, en el que quedaban pocos vecinos, que fueron abandonando sus inmuebles, la empresa comenz¨® a realizar obras. Los operarios arrancaron los cierres y ventanales, por lo que las corrientes de aire penetraron en el edificio y lo convirtieron en una nevera. Para entonces, la mujer de 80 a?os era ya la ¨²nica inquilina y se negaba a marcharse. Su marido hab¨ªa pactado verbalmente el alquiler con el anterior propietario de la finca (pariente suyo) y ella se subrog¨® en ese pacto una vez que ¨¦l falleci¨®. En noviembre de 2020, ya con Grefito como propietario, la mujer recibi¨® una carta inst¨¢ndola a cumplir el ¡°compromiso¡± de marcharse.

A cinco grados en casa

El abogado de la inquilina, Pere Crist¨°fol, asegura que nunca existi¨® compromiso en tal sentido y que las disposiciones del derecho romano ¡ªvigentes en Andorra en esta materia hasta la aprobaci¨®n de la primera ley sobre arrendamiento de 1993¡ª establecen que el alquiler de una finca urbana en un acuerdo verbal lo es por tiempo indefinido. La mujer logr¨® que una jueza dictara medidas cautelares contra la empresa para evitar que el piso siguiera siendo ¡°inhabitable¡±, pero la compa?¨ªa no las ejecut¨® por los costes que iba a suponer y porque su intenci¨®n era que se marchara.

TheGrefg trat¨® de dibujar un retrato de una mujer rica que lleva a cabo una ¡°ocupaci¨®n abusiva¡± de un apartamento con todas las comodidades. Asegur¨® que se trata de dos viviendas de 130 metros cuadrados, con aparcamiento y trastero, y que las pretensiones de la inquilina est¨¢n ¡°fuera de lugar¡±. El abogado replica que se trata de un solo inmueble y que la mujer es pensionista. El youtuber se?al¨® tambi¨¦n que ya no vive en el piso, sino que lo hace con uno de sus hijos. Crist¨°fol admite que es as¨ª, pero solo en invierno y por un motivo de peso: ¡°En las temporadas de m¨¢s fr¨ªo, ni ella ni su familia quieren poner en riesgo su vida, porque tendr¨ªa que soportar temperaturas de cuatro o cinco grados en su propia casa¡±.

La demanda de desahucio de Grefito sostiene que el contrato de alquiler ha acabado, pero no argumenta por qu¨¦ motivo. La jueza, en cualquier caso, acab¨® d¨¢ndole la raz¨®n al se?alar que, en base a las declaraciones del antiguo propietario, el contrato verbal se renovaba a?o tras a?o, lo que hace que est¨¦ sometido a lo establecido en la ley de arrendamientos de Andorra.

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