Es triste pedir... el s¨ª a los presupuestos

Puede que la memoria me falle, pero me cuesta recordar una insistencia tan expl¨ªcita y persistente en reclamar (?suplicar?) el apoyo de la oposici¨®n como la de Pere Aragon¨¨s, esta semana, para los presupuestos de la Generalitat. El Govern lleg¨® a un acuerdo con el PSC pero le siguen faltando dos votos para la mayor¨ªa, y a pesar de todo los presupuestos ya est¨¢n presentados oficialmente y se votar¨¢n la pr¨®xima semana: si no logra m¨¢s s¨ªes que noes, quedar¨¢n rechazados y habr¨¢ que empezar de nuevo. El tiempo corre, y no precisamente a favor del president de la Generalitat. De ah¨ª que, este mi¨¦rcoles con mayor ah¨ªnco que en los anteriores, toda su ret¨®rica se haya centrado en tratar de convencer a los posibles socios de lo imponderable de votar a favor de esas cuentas p¨²blicas.

Aragon¨¨s ha utilizado todas las estrategias posibles del discurso para obtener una respuesta positiva o, cuando menos, incomodar a los reacios. Cuando habla a Jessica Albiach (En Com¨² Podem), que exige enterrar el macroproyecto de Hard Rock a cambio de aprobar los presupuestos, apela a un sutil chantaje moral: ¡°en el presupuesto, de ese proyecto que usted dice no hay ninguna medida, ning¨²n acuerdo. Lo importante ahora es ser conscientes de la responsabilidad que tenemos todos para que este pa¨ªs deje atr¨¢s los recortes¡±. Aragon¨¦s sabe que esa palabra, ¡°recortes¡±, desencadena un cortocircuito en los cerebros de los comunes. El president tambi¨¦n esgrime con Albiach las partidas m¨¢s sociales y progresistas del presupuesto, igual que frente a la CUP, a la que reprocha por otra parte un cierto maximalismo izquierdista est¨¦ril: ¡°entiendo el posicionamiento, las diferencias ideol¨®gicas o de programa pol¨ªtico, pero al final tenemos que ir a las cosas concretas.¡±

El discurso frente a Junts per Catalunya, en cambio, es el contrario: v¨®teme, porque el presupuesto -y su ley de acompa?amiento- prev¨¦ una rebaja fiscal a los sueldos de hasta 35.000 euros anuales. Casi a la desesperada, el president llega incluso a echar mano de la psicolog¨ªa inversa, cuando, tras la cr¨ªtica de Ignacio Garriga, l¨ªder de Vox -con su andanada de rigor contra la inmigraci¨®n-, exclama: ¡°los grupos que puedan tener la duda de qu¨¦ hacer con el presupuesto, deber¨ªan pasarse esta intervenci¨®n [de Garriga] en bucle (¡­). Si un presupuesto es nefasto para la extrema derecha, es porque es un presupuesto muy bueno.¡±

La preocupaci¨®n de Pere Aragon¨¨s por el posible pinchazo de la semana pr¨®xima no la mitiga ni el discurso favorable de Salvador Illa ¨Cfavorable, a la vez que autocomplaciente: ¡°a nosotros no nos sacar¨¢n de la pol¨ªtica ¨²til, o sea que toda la disponibilidad para llegar a acuerdos¡±-, ni le permite encajar con buen ¨¢nimo la sorna de Alejandro Fern¨¢ndez, portavoz del PP, cuando se mete con la ¡°cultura del no¡± de la CUP: ¡°del perroflautismo contemplativo s¨®lo pueden vivir los hijos de pap¨¢¡±. Queda una semana para la votaci¨®n, que coincidir¨¢, por cierto, con el debate sobre la amnist¨ªa en el Congreso de los Diputados: por doquier, la vida al l¨ªmite.

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