El efecto Puigdemont

El 12 de febrero de 2021, dos d¨ªas antes de las elecciones catalanas, la candidata a la presidencia de la Generalitat por Junts, Laura Borr¨¤s, sostuvo que el 14-F iba a ser un ¡°plebiscito¡± entre su partido y Esquerra Republicana. El resultado de tal plebiscito es conocido: Esquerra bati¨® a Junts por 35.000 votos, aunque ese hito hist¨®rico no le sirvi¨® para ganar las elecciones, que en un apretado sprint se llev¨® el PSC con 50.000 votos m¨¢s que Esquerra. Fruto acaso de su enconada lucha fratricida, Junts y Esquerra se dejaron m¨¢s de 300.000 votos cada uno respecto a las elecciones anteriores.

Hasta ahora, solo la candidata de la CUP, Laura Estrada, se ha referido a las elecciones del 12 de mayo como un plebiscito, que seg¨²n ella se dirimir¨¢ entre ¡°la pol¨ªtica dependiente del Estado¡± (que practican todos los dem¨¢s partidos) y un ¡°cambio de rumbo¡± (que se supone que encarna su formaci¨®n exclusivamente). Pero el tono de la precampa?a ya permite vislumbrar, sin necesidad de que nadie lo diga, que el 12-M va a ser otro plebiscito entre Junts y Esquerra Republicana. El objetivo impl¨ªcito de Carles Puigdemont es ganar ese plebiscito, de la misma manera que el objetivo no confesado de la s¨²bita convocatoria electoral de Pere Aragon¨¨s es impedir que tal cosa suceda. Una nueva victoria electoral de Salvador Illa no inquieta especialmente ni a los unos ni a los otros, conscientes como son de su capacidad aritm¨¦tica para bloquear cualquier intento de pasar p¨¢gina al proc¨¦s.

La pregunta, entonces, no es si ganar¨¢ otra vez el PSC, sino m¨¢s bien si esta vez Junts lograr¨¢ rebasar a Esquerra Republicana. En otras palabras, si habr¨¢ un efecto Puigdemont despu¨¦s de que en febrero de 2021 no hubiera ¡ªmuy a pesar de la asertiva candidata¡ª un efecto Borr¨¤s.

La verdad es que, con los sondeos de opini¨®n en la mano, Puigdemont no parece un pol¨ªtico especialmente atractivo. Si algo tienen en com¨²n los bar¨®metros del Centre d¡¯Estudis d¡¯Opini¨® es que Puigdemont saca un suspenso cuando se pide a los encuestados que valoren su actuaci¨®n pol¨ªtica. El expresidente toc¨® fondo en octubre de 2022 con un 3,8 y en el ¨²ltimo bar¨®metro (marzo de 2024) no fue m¨¢s all¨¢ de un 4,12. Es verdad que en este tipo de encuestas los pol¨ªticos no suelen sacar notables ni sobresalientes, pero no es menos cierto que, excluyendo a los representantes de Ciudadanos, PP y Vox, cualquier pol¨ªtico catal¨¢n suele sacar mejores notas que Puigdemont. En el citado bar¨®metro de marzo, superaron a Puigdemont tanto los dem¨¢s presidenciables (Albiach, Aragon¨¨s, Estrada e Illa) como otros pol¨ªticos que no aspiran precisamente a la presidencia (Jaume Asens, Jordi Hereu y Xavier Pellicer).

Es posible que Puigdemont galvanice a los deca¨ªdos votantes tradicionales de Junts, pero tambi¨¦n que concite el rechazo de los dem¨¢s electores. La noche del 12-M sabremos si el pol¨ªtico peor valorado de Catalu?a tiene opciones de recuperar el trono de la Generalitat.

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