Todo sobre mi Barcelona
Se cumplen 25 a?os del estreno de la pel¨ªcula con la que Pedro Almod¨®var retrat¨® a la ciudad como una m¨¢s de sus chicas. ?C¨®mo ser¨ªan ellas hoy?
La fantas¨ªa era recurrente. Media ma?ana, Pedro Almod¨®var camina por la calle, seguramente en Lavapi¨¦s o en La Latina, en Madrid. Arreglado pero informal, gran gafa negra para pasar de inc¨®gnito, aunque los pelos a lo loco le delaten. Le reconozco y me da taquicardia. En un delicado ejercicio de equilibrismo, conteniendo el groupie y potenciando el diplom¨¢tico, me acerco intentando no asustarle. Le llamo por su nombre y, milagrosamente, se detiene. Le digo que soy fans, as¨ª en plural, porque no se p...
La fantas¨ªa era recurrente. Media ma?ana, Pedro Almod¨®var camina por la calle, seguramente en Lavapi¨¦s o en La Latina, en Madrid. Arreglado pero informal, gran gafa negra para pasar de inc¨®gnito, aunque los pelos a lo loco le delaten. Le reconozco y me da taquicardia. En un delicado ejercicio de equilibrismo, conteniendo el groupie y potenciando el diplom¨¢tico, me acerco intentando no asustarle. Le llamo por su nombre y, milagrosamente, se detiene. Le digo que soy fans, as¨ª en plural, porque no se puede ser un admirador en singular de una leyenda viva del cine como ¨¦l.
No hay papel ni boli para aut¨®grafos y es ofensivo intentar un selfie con la c¨¢mara de tres megap¨ªxeles del m¨®vil que en ese momento -finales de los 2000- llevar¨ªa encima. Solo hay ojos y palabra. Le caigo en gracia y entonces deja espacio para algo de conversaci¨®n: le agradezco por haberme echo re¨ªr y llorar tanto, le explico que sus di¨¢logos son palabra de Dios en mis grupos de amigos a lado y lado del Atl¨¢ntico, le suplico que lleve Fuego en las entra?as a la pantalla grande y le confieso que, por Todo Sobre Mi Madre, yo me enamor¨¦ de Barcelona. ¡°Qu¨¦ interesante¡±, me dice. ¡°Mucho¡±, le respondo, emulando el di¨¢logo entre Huma Rojo (Marisa Paredes) y Agrado (Antonia San Juan), cuando la ¨²ltima le dice que sabe conducir porque, antes de ponerse las tetas y prostituirse, hab¨ªa sido camionero.
Cuando me mud¨¦ de Madrid a Barcelona, la distancia sepult¨® la fantas¨ªa. Aunque a veces revive. La ¨²ltima, el pasado lunes, cuando supe que se cumplieron los 25 a?os del estreno de una cinta que, entre muchos otros premios, se llev¨® el Oscar a mejor pel¨ªcula extranjera. Fue el primer largometraje en que el director manchego sali¨® de la comodidad del Madrid que se conoce al dedillo y se atrevi¨® a rodar fuera. Almod¨®var se esmer¨® en que la capital catalana fuera tambi¨¦n protagonista. Y el resultado es que Barcelona es una mujer m¨¢s en el melodrama en may¨²sculas que une tambi¨¦n a Rosa (Pen¨¦lope Cruz), su madre (Rosa Maria Sard¨¤) y a una Manuela encarnada por Cecilia Roth que, ante la muerte prematura de su hijo, decide ir a buscar a su padre, Lola (Toni Cant¨®), una trans con m¨¢s tetas que ella.
La Barcelona de Almod¨®var, en medio de la resaca ol¨ªmpica y la a?oranza de los tinglados de la Barceloneta, es ic¨®nica, colorida y monumental. Burguesa y canalla. Vemos a Roth en el Col¨®n de las Ramblas, pasando por delante de la fachada de la Natividad de la Sagrada Familia, caminando con la Agrado por el Born o con Rosa en el Hospital del Mar. La ciudad se abre, luminosa, al espectador tras un sobrevuelo del Tur¨® de la Rovira. Un plano in¨¦dito, que jam¨¢s te podr¨ªa dar un vuelo de avi¨®n, pues ni con la pista original de la T2 se har¨ªa una aproximaci¨®n as¨ª a El Prat. En la fantas¨ªa renacida, el groupie un poco m¨¢s maduro le pregunta por c¨®mo se le ocurri¨®.
En este cuarto de siglo, sin embargo, la ciudad ha cambiado bastante y me pregunto c¨®mo encajar¨ªa la historia de todas esas mujeres en la Barcelona de hoy. Me cuesta creer que Agrado ahora pudiera pagarse el piso en que viv¨ªa a finales de los 90: calle del Palau de la M¨²sica, 4, con vistas al monumento modernista y donde Manuela la cura de la paliza de un cliente. La prostituta con el coraz¨®n de oro m¨¢s grande del mundo -¡°Me llaman la Agrado, porque toda mi vida s¨®lo he pretendido hacerle la vida agradable a los dem¨¢s¡±- es a toda regla carne del mobbing inmobiliario que arras¨® en un cuarto de siglo con miles de vecinos del Casco Antiguo y m¨¢s all¨¢.
Rosa tambi¨¦n se despide de su padre y de su pastor alem¨¢n, Sapic, en la plaza de Medinaceli. Encontrarse un vecino all¨ª tambi¨¦n es una loter¨ªa. Aunque seguramente su familia burguesa s¨ª se habr¨ªa salvado de la crisis habitacional, con su piso de planta noble en Lesseps. Una plaza que no aparece porque entonces estaba a la espera de dejar de ser un solar vac¨ªo... ?pendiente del encaje de la la l¨ªnea 9 del metro! Almod¨®var ha tenido tiempo de hacer nueve pel¨ªculas y dos cortos pero la capital catalana a¨²n sigue sin poder conectar entre s¨ª por subterr¨¢neo los barrios m¨¢s alejados del mar. Tiene tiempo hasta de ganarse otro Oscar de aqu¨ª a los cuatro a?os que, seg¨²n la Generalitat, estar¨¢ inaugurada la obra.
Con los precios de la vivienda por los cielos, mi ¨²nica aspiraci¨®n inmobiliaria ahora es un nicho con vistas al mar en el cementerio de Montju?c. El capricho tambi¨¦n me lleg¨® por la pel¨ªcula. All¨ª es donde, por cierto, por primera vez aparece Cant¨® travestido, de riguroso luto, en el entierro de Rosa. ¡°No eres un ser humano, Lola, eres una epidemia¡±, le espeta Roth, con esas l¨¢grimas perfectas que en una entrevista con Jordi Bast¨¦, en 2021, el director describi¨® con fruici¨®n: ¡°Lo que mejor queda es cuando la l¨¢grima se queda suspendida en el p¨¢rpado, entonces la ves pero no llega a caer, o cae mucho m¨¢s tarde. Eso es lo que mejor fotograf¨ªa para cine¡±. El valenciano es un rey del travestismo pol¨ªtico: diputado de UPyD, Ciudadanos, el PP...
El avance de los retrovirales y la extensi¨®n de la profilaxis preexposici¨®n tambi¨¦n deja tocado un punto central de la pel¨ªcula. Entonces, Manuela pon¨ªa como un gran logro que el beb¨¦ de Rosa y Lola pudiera vivir sin VIH. No es el ¨²nico tab¨² que ya se desmorona. La normalidad de tener madres (una de ellas neum¨¢tica y bien dotada, porque ¡°las operadas no tienen trabajo¡±) se abre paso con la apertura de las concepciones sobre la sexualidad y el g¨¦nero. En Todo Sobre Mi Madre todas esas mujeres tan diferentes no tienen miedo a hablar de sus deseos y apetencias. Y ante todo, queda un mandato ¨¦tico que este groupie diplom¨¢tico intenta seguir a rajatabla desde que lo escuch¨® una noche de hace 24 a?os: uno es m¨¢s ¨¦tico mientras m¨¢s se parezca a lo que ha so?ado de s¨ª mismo.
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