Cuando trabajar en Barcelona ya no te garantiza llegar a fin de mes: ¡°Si mi padre no me ayudara me quedar¨ªa a cero nada m¨¢s cobrar¡±
Los expertos cifran en 1.638 euros el salario para vivir dignamente en la capital catalana, pero son muchos los trabajadores que no alcanzan esta cifra
Ha estado un a?o lavando a mano porque ¡°se rompi¨® la lavadora¡±. Tiene nevera porque se la dieron ¡°unos amigos¡±. ¡°Siempre voy al l¨ªmite¡±, admite Txell. Esta vecina de 41 a?os del barrio de Fort Pienc de Barcelona, en el distrito del Eixample -epicentro hist¨®rico de las clases medias barcelonesas- trabaja como dise?adora gr¨¢fica seis horas al d¨ªa. Por ello cobra 1.150 euros al mes y se siente afortunada al haber podido alquilar lo que denomina como ¡°zulo barato¡± por 730 euros al mes. El resto del sueldo da para muy pocas alegr¨ªas y va tirando como puede. ¡°Llevo tantos a?os angustiada que ya me he acostumbrado¡±, admite. Su padre le presta 200 euros al mes. Cuando esto no ocurre, ¡°nada m¨¢s cobrar, cuando llegan las facturas, me quedo a cero¡±. El caso de Txell dista de ser una excepci¨®n. Es la creciente normalidad de muchos barceloneses, que cada vez tienen m¨¢s complicado vivir dignamente en la ciudad pese a tener un trabajo.
La semana pasada el ?rea Metropolitana de Barcelona (AMB) hizo p¨²blico su estudio anual, que marca el Salario de Referencia Metropolitano (SRM) o, lo que es lo mismo, ¡°la remuneraci¨®n suficiente para que una persona que trabaja, y su familia, puedan vivir dignamente¡±. En 2023 una persona deb¨ªa cobrar un m¨ªnimo de 1.516,73 euros para vivir con dignidad en el ¨¢rea metropolitana (en 2022 el SRM fue de 1.447,49). Vivir en la ciudad de Barcelona es todav¨ªa m¨¢s complicado ya que, seg¨²n el estudio, cada persona necesita un salario de 1.638,56 euros, muy lejos de los 1.150 que cobra Txell cada mes.
Desde 2016 ha aumentado un 44,6% el dinero necesario para vivir en ¨¢rea metropolitana debido al aumento de los precios de la alimentaci¨®n y los costes del hogar. La vivienda supone un gasto del 34% de los ingresos. Si al alquiler o hipoteca se suma el gasto de los suministros supone ya un 45% de los ingresos de los ciudadanos del ¨¢rea metropolitana. Por otro lado, la cesta de la compra se ha encarecido en 56,38 euros al mes de media y representa el 23% del salario de referencia. El informe concluye que el 45% de los hogares de Barcelona (el 43% en toda el ¨¢rea metropolitana) ¡°se encuentran por debajo del presupuesto¡± necesario para cubrir las necesidades b¨¢sicas.
El indicador del SRM se calcula, a?o tras a?o, confeccionando un presupuesto en el que se cuantifican las necesidades b¨¢sicas necesarias para alcanzar una vida digna. Ese presupuesto se divide entre los integrantes de los hogares en los que trabaja alg¨²n miembro de la familia. La media concluye que el m¨ªnimo que necesita una persona para la supervivencia es de 1.516, 73 euros pero dependiendo de la tipolog¨ªa de familia puede ser mucho m¨¢s elevado. Por ejemplo, una familia monoparental (padre o madre con hijos) necesita, al menos, 2.628,07 euros para mantener los est¨¢ndares marcados por el estudio. Por ese motivo, el documento concluye que el 69% de las familias monoparentales del ¨¢rea metropolitana sobreviven con presupuestos que no cubren las necesidades b¨¢sicas de todos los miembros de la familia. En la capital catalana la cifra es incluso peor y son el 73% de las familias monoparentales las que no alcanzan el presupuesto acordado por la AMB.
Olga Gonz¨¢lez es la responsable de acci¨®n social de la Fundaci¨® Habitatge Social de C¨¤ritas. ¡°No me cuadran los datos de la AMB¡±, dice. ¡°El precio del alquiler medio en Barcelona es de 1.080 euros. Si el salario m¨ªnimo es de 1.516 euros y la vivienda representa un gasto del 34%, el alquiler deber¨ªa ser de 515 euros y, por ese dinero, solo puedes alquilar una habitaci¨®n¡±, recalca Gonz¨¢lez. ¡°A d¨ªa de hoy, que una persona pueda acceder al mercado libre de la vivienda es inviable a no ser que duplique el salario que marca la AMB. Adem¨¢s, las condiciones son cada vez peores. Para alquilar un piso piden fianzas de cinco, seis o hasta siete meses, contratos indefinidos¡ A las personas solas con trabajo solo les queda compartir piso¡±, lamenta.
En un piso de la Fundaci¨® Habitatge vive Basilio, de 55 a?os, junto con su hijo de 21. El joven sigue estudiando y Basilio trabaja en la construcci¨®n. ¡°Cobro 2.000 euros y me tengo que marchar pronto de este piso. El problema es que no consigo alquilar. Estoy esperando a que mi hijo acabe de estudiar y entre los dos podamos hacer algo¡±, cuenta.
Monica es italiana, tiene 34 a?os y una hija de 12. Vive en Ciutat Vella, en un piso de alquiler min¨²sculo, de 30 metros cuadrados, por el que paga 600 euros cada mes. Desde hace dos a?os trabaja como auxiliar administrativa y cobra 1.300 euros. El padre de su hija le paga cada mes 400 euros. En total acumula 1.700 euros, un poco m¨¢s que el SMR. ¡°Lo de vivir dignamente no s¨¦ hasta qu¨¦ punto. El ocio hace a?os que se acab¨® para m¨ª y cada mes hay alg¨²n contratiempo. Muchas veces no s¨¦ ni de d¨®nde sacar el dinero¡±, lamenta. En peor situaci¨®n se encuentra Gabriela, una ecuatoriana de 40 a?os, madre soltera de un hijo de 10. Gabriela cobra 900 euros limpiando casas y paga 570 por un piso en la Via J¨²lia: ¡°El contrato de alquiler se me acaba pronto y no s¨¦ qu¨¦ tengo que hacer porque no existe nada a 30 kil¨®metros a la redonda de Barcelona¡±.
Albert C¨®nsola es t¨¦cnico de pol¨ªticas sociales de la AMB y uno de los impulsores del estudio de SRM. ¡°A?o tras a?o hay un incremento en el precio de la vivienda y esa es la piedra angular de la mayor¨ªa de las desigualdades¡±, denuncia. Tras la pandemia hubo un aumento de precios y ¡°medidas como la reducci¨®n del IVA o la bonificaci¨®n del transporte p¨²blico no est¨¢n sirviendo para contrarrestar¡± la desigualdad. ¡°Comprobamos que el aumento del coste de la vida provoca que haya un perfil de rentas m¨¢s bajas que sufran un efecto de expulsi¨®n y busquen viviendas en segundas, terceras y cuartas coronas metropolitanas. Eso hace aumentar los precios de los pisos en Badalona, en L¡¯Hospitalet¡ y se perpet¨²a as¨ª un efecto domin¨®¡±, concluye.
Llu¨ªs Bosch tiene 78 a?os y vive en el centro de Barcelona junto a su esposa. Reciben dos pensiones altas y sobrepasan el SRM. Pese a ello, Bosch mantiene que su poder adquisitivo ha menguado: ¡°La vivienda es un saco sin fondo e ir a comprar se est¨¢ convirtiendo en un lujo¡±, explica.
Txell admite que nunca podr¨¢ pagar una hipoteca. ¡°Cuando ten¨ªa 20 a?os compart¨ªa piso con desconocidos¡±, recuerda. ¡°Y acababa encerrada en mi habitaci¨®n, igual que los compa?eros en la suya. Siempre he trabajado como teleoperadora, en un almac¨¦n, de captadora de ONG, de dise?adora gr¨¢fica¡ Jam¨¢s habr¨ªa pensado que, trabajando, pod¨ªa llegar a la situaci¨®n en la que estoy. Antes, el que trabajaba ten¨ªa techo y comida y nadie contemplaba la pobreza de alguien con empleo; ya no¡±, zanja.
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