La ¡®rave¡¯ literaria de Babelia y Quadern
El Ayuntamiento de Barcelona acogi¨® la concesi¨®n de los Premios Ortega y Gasset y EL PA?S aprovech¨® este instante de orgullo period¨ªstico para invitar a escritores y editores de la ciudad
No es nada f¨¢cil conectar de manera fluida la actividad institucional con la mejor sociedad cultural. Hay algo de incompatibilidad entre las dos esferas. Porque no hay cultura sin discurso cr¨ªtico. Pero hay jornadas singulares en la que el cruce es posible y natural. Sant Jordi, por ejemplo.
El Ayuntamiento de Barcelona acogi¨® la concesi¨®n de los Premios Ortega y Gasset y Babelia y Quadern aprovecharon este instante de orgullo period¨ªstico para invitar a escritores y editores de la ciudad o que estaban de paso en el Cap i Casal para rematar juntos el D¨ªa del Libro con una copa y m¨²sica ochentera. No es tan f¨¢cil que coincidan en una misma sala, en un edificio oficial, cl¨¢sicos y modernos. All¨ª estaban Fernando Aramburu o Vicen? Altai¨®, all¨ª estaban tambi¨¦n Luna Miguel o Clara Queralt¨®. All¨ª estaban ellos y muchos otros.
Hubo una cuesti¨®n que se plante¨® durante los parlamentos de la entrega de los premios Ortega: ?la cultura es refugio o es palanca? La respuesta estaba en las conversaciones en la planta baja del Ajuntament. Fortuna de Hern¨¢n D¨ªaz, a quien acompa?aban los editores de Anagrama y Periscopi, es el ejemplo de c¨®mo el refugio de la ficci¨®n experimental puede ser tambi¨¦n la mejor palanca para la cr¨ªtica en profundidad de los fundamentos ¨¦ticos que constituyen el sistema capitalista. No era el ¨²nico autor de la lista de Los Mejores Libros del 2023 que estaba all¨ª. Los versos de Corazonada de Berta Garc¨ªa Faet, con la sonrisa del hogar, indagan en el espacio de confluencia y de vivencia del amor y el lenguaje, un espacio en el que la intimidad se refugia y, al mismo tiempo, permite explorar los lugares de nuestra humanidad a los que aprendemos con su poes¨ªa a conocer.
Para eso sirven los libros. Para eso trabajan los mejores editores. Es verdad que Miguel Aguilar de Debate no estaba en la lista, y que elev¨® su queja a todas las instancias posibles, pero cruz¨® el tel¨®n y estuvo un par de horas charlando con compa?eros de profesi¨®n: Carmen Esteban o Juan Cerezo, Pilar Beltran o Luis Solano, Aniol Rafael o Silvia Ses¨¦. A¨²n era fiesta, quedaban energ¨ªas y la resaca se ve¨ªa lejos. Fue un momento para valorar la rave literaria con la que Barcelona celebra el D¨ªa del Libro, pero tambi¨¦n para hablar de proyectos y enriquecerlos con una conversaci¨®n de felicidad gremial. Funcion¨®. No mitifiquemos las primeras veces, porque la experiencia es un grado, pero funcion¨® mejor de lo esperado. Fue en el espacio de las caballerizas de la Casa Gran y al final los periodistas de la delegaci¨®n barcelonesa de EL PA?S casi salimos a caballo y dispuestos a trotar otra vez por la Rambla.
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