La electricidad y la tensi¨®n de Pearl Jam
La banda de Seattle se impone en un espect¨¢culo que conceptualmente reforz¨® el poder del rock en directo
El escenario y la iluminaci¨®n lo dec¨ªan todo: somos una banda de rock sin trampa ni cart¨®n. De no excesiva altura, di¨¢fano, sin elementos decorativos m¨¢s all¨¢ de la pantalla que por detr¨¢s lo cerraba y con una iluminaci¨®n que lo llenaba de penumbras y de zonas ciegas, rotas por los haces de luz blanca que apuntaban individualizando a cada miembro del grupo, dec¨ªa a la multitud que aquello era casi un local de ensayo donde evolucionaba la banda, que no hab¨ªa paloma en chistera, que en tiempos de tecnolog¨ªa nada mejor que usarla para evocar la sencillez del rock en directo y de unos amigos tocando juntos. Una verdad eterna que no necesita mucha luz, pero s¨ª bien empleada. Con esta concepci¨®n de escena, que extend¨ªa la iluminaci¨®n al p¨²blico para implicarlo a¨²n m¨¢s, Pearl Jam, superados los problemas que les llevaron a cancelar previos conciertos en Europa, despacharon con ¨¦xito en un Sant Jordi lleno el primero de sus dos conciertos en Barcelona, el lunes el segundo. El tercero en la pen¨ªnsula ser¨¢ en el Mad Cool madrile?o. Y est¨¢n muy en forma.
Como banda que huye del aburrimiento y mantiene ese tono vital que promueve el cambio, el repertorio vari¨® como en cada cita. El grupo de Seattle no se repite m¨¢s all¨¢ de unas cuantas canciones troncales que aunque tambi¨¦n pueden desaparecer, lo sostienen. El resto o son cambiadas de orden o simplemente sustituidas. Aviso para navegantes, no suele ser posible escuchar todos sus hits en un solo concierto, y en el primer concierto falt¨® Daughter. S¨ª estuvieron Even Flow, Jeremy, Alive o Do The Evolution, as¨ª como una buena representaci¨®n de su nuevo disco, Dark Matter, seis temas con patadas como React:Respond y cesiones para o¨ªdos confortables tal que Wreckage. Eso lleva a pensar en una banda que lucha contra el ¨®xido, que mantiene el dinamismo de un directo en mutaci¨®n ¨Cestrenaron en gira Habit- y que a¨²n encuentra en los conciertos un sentido m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente cremat¨ªstico, sin olvidar que un d¨ªa fueron rebeldes ¨Cde su primer disco, Ten, tocaron cuatro piezas- y sabiendo que ya son adultos. Por eso triunfaron en su actuaci¨®n, por eso el Sant Jordii bram¨® con temas perfil Corduroy, Better Man o Setting Sun o directamente vir¨® hacia la locura con la convincente versi¨®n del Babba O¡¯Riley de los Who que cerr¨® la noche. Un subid¨®n para acabar, llegar a casa y comprobar que a¨²n no es posible dormir.
La gasolina del motor Pearl Jam volvi¨® a estar en la inflamada garganta de Eddie Vedder, que desde el comienzo se quiso hacer entender y se dirigi¨® en castellano al p¨²blico, leyendo con dificultades de escolar un texto al que recurri¨® en diversas fases del concierto. Pero era al cantar cuando el octanaje de Pearl Jam sub¨ªa, empujado por esa voz de bar¨ªtono que trasmite desaz¨®n y urgencia, angustia y desespero, el descuadre de una generaci¨®n que se quej¨® con el grunge, el sucio desali?o (el t¨¦rmino lo indica) de una juventud que seg¨²n sus mayores lo ten¨ªa todo. Hoy Eddie, pese a su sempiterna gorra al rev¨¦s y sus camisetas juveniles, ya no es joven, pero el esp¨ªritu de incomodidad y de disconformidad tiene en nuestros d¨ªas sobrados motivos para encontrar sentido. Y el rock sigue siendo un lenguaje disponible, una lengua franca capaz de llenar grandes recintos.
La fidelidad al lenguaje del rock, con generosos solos de guitarra en Scared Of Fear, Even Flow con Mike McReady poni¨¦ndose pirot¨¦cnicamente la guitarra tras la cabeza o Porch, un sonido de corte cl¨¢sico, con guitarrazos que no con hachazos, que adem¨¢s sirvi¨® al concierto con nitidez ya desde los primeros compases y un volumen alto aunque no excesivo pero siempre compacto, fueron otros elementos que hicieron del concierto un nexo de uni¨®n con los conciertos de otra ¨¦poca, donde la electricidad estaba en las guitarras y la tensi¨®n en la voz. Y eso es lo que fueron Pearl Jam, electricidad y tensi¨®n en un escenario que mostr¨® a una banda tocando. Sin m¨¢s. Sin nada menos.
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