Rosal¨ªa regala ¡®Omega¡¯ a Barcelona en una noche para mirar al cielo
El piromusical cerr¨® la Mer?¨¨ con la cantante catalana y Peret como triunfadores sonoros
Una hora antes ya estaban los prudentes, las precavidas, aquellos que desean evitar alguien muy alto justo delante, por mucho que se haya de mirar hacia arriba, y quienes salen pronto de casa porque hasta disfrutan en el trayecto pensando en lo que les aguarda. Los grupos m¨¢s organizados hac¨ªan c¨ªrculos en el suelo sentados sobre esterillas mientras la megafon¨ªa ambientaba la espera con m¨²sica de los artistas que hab¨ªan actuado en las fiestas que estaban a punto de pasar a la historia. S¨®lo faltaba el Piromusical, lo que todos esperaban mientras por la cola del Paseo Mar¨ªa Cristina segu¨ªa fluyendo p¨²blico. El Piromusical, ese elemento com¨²n a muchas fiestas patronales que en otros lugares recibe nombres menos pomposos porque no hay m¨¢s m¨²sica que la de los estruendosos cohetes. Mientras tanto, el kiosco Antonio, uno de los escasos supervivientes de otras ¨¦pocas, con sus pipas y caramelos, hac¨ªa su agosto en el Paralelo, justo al lado de la multitud, vendiendo refrescos a los turistas. M¨¢s que nunca compon¨ªa una estampa de fiesta popular. La Merc¨¦ 2024 tocaba a su fin y Rosal¨ªa pondr¨ªa m¨²sica a la coheter¨ªa.
Diez minutos antes de las 22:00 son¨® el primer cohete y la multitud hormigue¨®. Quienes estaban sentados se pusieron en pie, desaparecieron los c¨ªrculos y las esterillas y los m¨¢s inquietos ya comenzaron a mirar arriba. S¨®lo hab¨ªa un dron pero hab¨ªa que ejercitar el cuello. Por delante media hora de no bajar ni mirada ni cabeza. Dos cohetes m¨¢s, por si alguien se hab¨ªa dormido y lleg¨® el momento del apagado del alumbrado p¨²blico dejando el inmenso espacio en penumbra. Son¨® la voz de ella, ani?ada y feliz y dijo que Barcelona era la ciudad del mundo que m¨¢s le gustaba. Pod¨ªa haberse salido del guion y decir que es Villafeliz de Babia, pero no ocurri¨®. Instantes despu¨¦s sonaba su Despech¨¢ y el cielo se llenaba de rojo con enormes flores que recordaban a las peon¨ªas abri¨¦ndose en la oscuridad. Eran los primeros instantes pero ya efectos estrobosc¨®picos con brillos intermitentes se descolgaban de las alturas entre los primeros pasmos de la multitud, atrapada por ese placer de ver lo tantas veces visto. Al poco el estreno de Omega, una balada h¨ªbrida con chispas urbanas, comp¨¢s flamenco y tensi¨®n contenida, era parcialmente ensordecido por los estampidos mientras el p¨²blico m¨¢s interesado hac¨ªa esfuerzos por escucharla. Estrenar un nuevo tema en el acto m¨¢s concurrido de las fiestas estuvo bien como detalle, muestra de inteligencia promocional y ejemplo de mercadotecnia pero ni apenas la letra pod¨ªa seguirse, descontado el acento de la estrella.
Rosal¨ªa, encargada de la banda sonora de la colecci¨®n de fuegos artificiales, hizo la lista que le dictaron su voluntad, recuerdos y predilecciones. Por lo tanto nada que decir, los gustos, ya se sabe, son m¨¢s propios que la cartera y todo el mundo tiene derecho a tener la suya. La selecci¨®n musical tuvo quince t¨ªtulos, de los cuales cuatro fueron de Rosal¨ªa, que en parte vino a hablar de su libro. De entre los dem¨¢s s¨®lo una presencia local, por cierto la m¨¢s aplaudida del repertorio, un Gitana hechicera de Peret rematada por m¨¢s peon¨ªas, fuentes y cascadas mientras que del suelo brotaban columnas de fuego en plan Rammstein que marcaron el cl¨ªmax del final de la primera parte. La segunda fue muy breve, apenas dos canciones -I Wanna Be Yours de Arctic Monkeys y Last Nite de Strokes- que no causaron all¨ª el impacto que especialmente la segunda tiene en concierto. Reflejos blancos tachonaban el cielo junto a doradas palmeras mientras sin apenas sensaci¨®n del paso del tiempo casi se hab¨ªa llegado a la mitad del espect¨¢culo.
Y a¨²n no hab¨ªa bocas abiertas. O nos hemos vuelto cosmopolitas o eso de pasmarse como antes ya ha pasado a la historia. Por no verse ni casi hab¨ªa criaturas a horcajadas, que seguramente tiene que ver con lo tard¨ªo de la procreaci¨®n y la consecuente p¨¦rdida de resistencia con los pesos. El siguiente momento hermoso lleg¨® con I Believe de Caroline Polachek, un excelente medio tiempo que en el cielo fue escenificado con centenares de puntos rojos cayendo con parsimonia como un man¨¢ visual que explotaba a doscientos metros para all¨ª iniciar su camino de descenso. Era el tercer cl¨ªmax de la noche, que antes hab¨ªa tenido otro momento de agitaci¨®n con Milion¨¤ria, el tema de Rosal¨ªa que parte del p¨²blico bail¨®, este s¨ª, como si aquello fuese una discoteca. Fue tambi¨¦n la ¨²nica pieza en la que son¨® catal¨¢n, debidamente pasado por el argot urbano de Rosal¨ªa para no evocar innecesariamente a Jacint Verdaguer.
Crepitaciones, cohetes silbadores, pececillos (figuras que giran y se mueven cambiando r¨¢pidamente de direcci¨®n), lo que en Guatemala llaman Bill¨®n de Turistas, t¨¦rmino aqu¨ª recuperado por nuestro conocimiento del asunto al definir un mont¨®n de efectos emitiendo luz blanca que giran alocadamente por el cielo como ?turistas en Barcelona?, y palmeras y flores en apertura del tama?o del Camp Nou pautaron a Elvis Presley en el tramo final de un repertorio que tuvo acento jamaicano en su primera parte, bailable en la central y arabizante en la ¨²ltima. Y las canciones sonaron no entrecortadas y solapadas, sino en fragmentos generosos que no transmit¨ªan sensaci¨®n de v¨¦rtigo ni de apremio, como contraponiendo el ritmo con que la p¨®lvora, los nitratos, los cloruros y los carbonatos, que nombres tan poco evocadores, trazaban ef¨ªmeros senderos en el cielo.
Y al final lleg¨® el gran momento, el gran oooooooohhhhh que nos permite exhalar lo que de criaturas nos queda, esa fascinaci¨®n que genera lo maravilloso. Fue casi en la despedida, mientras sonaba CUUUUuuuuuute y estampidos coloreados en blanco y decenas y decenas de cohetes multicolores iniciaban su hermosa agon¨ªa, breve e intensa, llamativa y fugaz. Al poco, otros estampidos marcaban el final, la multitud iniciaba la dispersi¨®n y unos camiones de limpieza asomaban en patrulla por la parte de Rius i Taulet que desciende del Poble Espanyol como inequ¨ªvoca se?al de fiesta desvanecida. La megafon¨ªa indicaba que ya se pod¨ªa ir a la Guardia Urbana a recoger los ni?os extraviados. El mi¨¦rcoles laborable se asomaba. Pero ¨¢nimo, ya casi es fin de semana.
OMEGAAAAAA ??????????????????????????????????????25/9
— R O S A L ? A (@rosalia) September 23, 2024
Con Ralphieeeee Choooooooooooooo ??????????????????????????????????????? pic.twitter.com/t2RCVYTtWP
El Ayuntamiento de Barcelona ha cifrado en un mill¨®n de personas el p¨²blico que ha asistido durante las ¨²ltimas tres noches a los espect¨¢culos programados con motivo de las fiestas de la Merc¨¨, que han finalizado la noche de este martes con el tradicional piromusical. El concejal de Cultura e Industrias Creativas de Barcelona, Xavier Marc¨¦, en una comparecencia para valorar la fiesta, ha destacado el ¡°comportamiento ejemplar desde el punto de vista c¨ªvico¡± de los ciudadanos y el hecho de que no ha habido ¡°nada relevante en t¨¦rminos de conflictos de seguridad¡±.
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