Los equipamientos de gesti¨®n ciudadana de Barcelona alertan de falta de financiaci¨®n
Una decena de entidades de Nou Barris, entre ellas el Ateneu, se plantean no concursar al nuevo convenio si no se actualizan sus presupuestos conforme a la inflaci¨®n
La ciudad de Barcelona es, desde hace d¨¦cadas, una de las pioneras y referente internacional en la f¨®rmula de la gesti¨®n ciudadana de equipamientos p¨²blicos. Ateneos, casals o centros c¨ªvicos y culturales que son gestionados por asociaciones vecinales. El caso m¨¢s conocido, por su ¨¦pica hist¨®rica, es el Ateneu Popular de Nou Barris, que gestiona El bid¨® de Nou Barris; pero tambi¨¦n son de gesti¨®n comunitaria el Casal de Joves de la Prospe (Nou Barris), Cotxeres de Sants (Sants Montju?c), Casa Orlandai (Sarri¨¤-Sant Gervasi), la Farinera del Clot (Sant Mart¨ª) o el Casal Font d¡¯en Fargas (Horta-Guinard¨®) por citar ubicaciones dispares. En total son unos 60, de los que, hasta finales de a?o hay 28 que deben renovar el convenio de financiaci¨®n que tienen con el Ayuntamiento. Las asignaciones cubren la actividad y costes de personal de los equipamientos, que tambi¨¦n generan ingresos con cursos, talleres o ciclos. Preguntado el consistorio por el coste global de estos equipamientos, responde que ¡°no dispone¡± de este dato.
La Plataforma de Gesti¨®n Comunitaria alerta de que en los ¨²ltimos cuatro a?os la cantidad anual que aporta el Ayuntamiento se ha mantenido fija, mientras la inflaci¨®n ha aumentado un 20%. Por ello exigen al gobierno de Jaume Collboni que actualice los presupuestos o su situaci¨®n econ¨®mica ser¨¢ ¡°insostenible¡±. Entre otras cuestiones porque al personal de estos centros p¨²blicos s¨ª es obligatorio por convenio aumentarle anualmente los salarios de acuerdo al coste de la vida, lo que se come fondos que deber¨ªan dedicarse a la actividad para los barrios. El malestar es tan grande, que una decena de entidades de Nou Barris se plantean no concursar de nuevo.
En un comunicado conjunto, la Plataforma de Gesti¨®n Comunitaria, el consejo de asociaciones de Barcelona, la federaci¨®n de asociaciones vecinales, la Red de Econom¨ªa Solidaria y la Federaci¨®n de Casals de J¨®venes de Catalu?a informaron de la situaci¨®n antes de las vacaciones de verano, en julio. La consideran inaceptable y alertan de que su trabajo de ¡°cohesi¨®n social, cultural y comunitaria de los barrios¡± est¨¢ en riesgo. ¡°Es necesario que no se recorten las aportaciones a trav¨¦s de subvenciones a los proyectos comunitarios¡±, exigen y recuerdan que por cada euro que gestionan de recursos p¨²blicos aportan otro en gratis, con activismo o voluntariado. Tambi¨¦n se?alan que las asociaciones que gestionan no tienen otra actividad que la de cada equipamiento, por lo que no disponen de otros fondos, y que no tienen beneficios. Ponen en valor, por ¨²ltimo, que si su trabajo y actividades los hicieran una concesi¨®n privada, su actividad se ver¨ªa reducida dr¨¢sticamente (porque ahora en parte se basa en voluntariado).
Tras una primera reuni¨®n en julio, hace unos d¨ªas se citaron con el concejal de Plan de Barrios y Educaci¨®n, Llu¨ªs Rabell, que asegura que el Ayuntamiento mantiene su ¡°compromiso con la gesti¨®n c¨ªvica¡± y asegura que ¡°recibir¨¢ un nuevo impulso¡±. El regidor se?ala que el presupuesto depende de cada proyecto y que las aportaciones ¡°crecen y se fortalecen con los a?os, y en algunos casos han crecido mucho; mientras en otras no, porque las dotaciones van asociadas al proyecto¡±. En cualquier caso, afirma, ¡°ninguna de las asignaciones ha menguado¡±, aunque admite que la inflaci¨®n ha impactado en la gesti¨®n de estos centros. Los convenios, se gestionan desde distritos, no los servicios t¨¦cnicos centrales del Ayuntamiento, de manera que la interlocuci¨®n es distinta de una zona a otra de la ciudad. El consistorio a?ade que se ha reforzado el equipo de Patrimonio Ciudadano, el paraguas de la gesti¨®n municipal de los equipamientos p¨²blicos, y para el que quiere crear una ¡°Mesa de Gobernanza¡±.
¡°La situaci¨®n es de crisis porque los concursos est¨¢n infradotados, precarizan la gesti¨®n comunitaria y sentimos que no se apuesta por la relaci¨®n p¨²blico-comunitaria y en cambio s¨ª hay dinero para impulsar un modelo de ciudad privatizada¡±, entiende Mariona Soler, que habla en nombre de la Plataforma y forma parte adem¨¢s del Ateneu de Nou Barris, que gestiona la asociaci¨®n El Bid¨® de Nou Barris. ¡°Hemos tocado hueso¡±, advierte y explica que los equipamientos de Nou Barris se plantean no presentarse si la futura aportaci¨®n los hace inviables¡±. En este caso, habr¨ªa la posibilidad de que otra entidad o fundaci¨®n asumiera la gesti¨®n, aunque es dif¨ªcil porque los principales requisitos son la trayectoria y arraigo al barrio.
El concejal Rabell admite la idiosincrasia del distrito: barrios desfavorecidos, por un lado, pero con ¡°una historia de organizaci¨®n colectiva que otras de la ciudad no tienen¡±. ¡°El distrito est¨¢ atendiendo y trabajando los requerimientos de las entidades, confiemos en que se presentar¨¢n a los concursos¡±, conviene. ¡°No pedimos incrementos, pedimos poner al d¨ªa las aportaciones a la inflaci¨®n, invertir en la gesti¨®n comunitaria es invertir en cohesi¨®n en un momento de crisis como el actual, pero parece que no es el modelo por el que apuesta¡± el actual equipo de Gobierno, lamenta Soler desde las entidades.
Desde la Lleialtat Santsenca (Sants-Montju?c), que gestiona una coordinadora de 61 entidades, Agus Giralt, destaca el hecho de que la interlocuci¨®n de los equipamientos sea con el distrito, y admite que en su distrito ¡°se abre a negociar, no ha habido una cerraz¨®n como en otros¡±. En cambio lamenta que protocolos que se dise?aron en los mandatos de los comunes ¡°se han quedado a medias¡±. En Sarri¨¤, la Asociaci¨®n Cultural Casa Orlandai ha renovado el convenio del centro que lleva el mismo nombre, explica Enric Capdevila, pero alerta de que, en el nuevo, el distrito ha impuesto una partida de 20.000 euros anuales para los suministros (agua, luz y gas). ¡°Es ins¨®lito. ?C¨®mo podemos saber que ser¨¢ suficiente durante cuatro a?os, con las variaciones de precio que hay?¡±, se pregunta y opina que su distrito ¡°es hiperregulador y burocratizador, hemos pasado tres auditor¨ªas en un a?o, con un coste para el personal enorme¡±. ¡°Hay sensibilidad t¨¦cnica, pero no pol¨ªtica¡±, zanja. Las entidades tambi¨¦n lamentan que es habitual que no reciban las dotaciones que les corresponden en los convenios hasta verano. La falta de fondos les lleva a endeudarse para poder pagar a los trabajadores.
El caso del Casal de Joves Girapells: reversi¨®n de la gesti¨®n comunitaria
En la ciudad hay un caso de reversión de la gestión comunitaria por parte del Ayuntamiento. Se trata del Casal de Joves Girapells, en el barrio del Guinardó, donde una serie de incidencias internas y en el espacio público que han provocado quejas vecinales, explica el concejal Lluís Rabell: "Quien responde ante la ciudadanía del funcionamiento es la administración, no la entidad que lo gestiona. Más allá de la gestión debe garantizarse la prestación de un servicio público y es lo que se ha puesto en cuestión". La idea ahora es "probar un modelo híbrido, que no supone la expulsión de nadie". Con un espacio de participación donde los antiguos gestores podrán participar y un equipo de profesionales se encargará de las cuestiones más técnicas, con la puerta abierta a volver a la gestión cívica en el futuro. El concejal asegura que "si no se producen distorsiones no se revertirán otros convenios de gestión comunitaria".
Desde la asamblea de jóvenes que lo ha gestionado, Martí Barriuso reconoce que ha habido problemas de gestión y e incluso un incendio, pero critica la comunicación con el distrito, que asegura "que no ha sido óptima y ha excluido al Casal de muchos órganos de participación". En cualquier caso, reivindica que la asamblea trabajó el relevo generacional del equipamiento y señala que la asamblea duda de que la gestión privada "resuelva las problemáticas existentes y responda a las necesidades de los jóvenes del barrio".
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