Bienal de Pensamiento: Zadie Smith pide a los adolescentes que lleven a Elon Musk ¡°a la bancarrota¡±
La escritora conversa sobre los perfiles falsos de las redes sociales y la inspiraci¨®n de su ¨²ltima novela, ¡®La impostura¡¯, en una charla para institutos titulada ¡®La seducci¨®n de la mentira¡¯
¡°?Os ha pasado alguna vez que os hab¨¦is sentido impostores? ?La gente os pone una etiqueta y no pod¨¦is salir?¡±. Las preguntas encuentran su respuesta en las manos alzadas de un p¨²blico de estudiantes de secundaria, al principio son pocas y t¨ªmidas, y despu¨¦s se van animando entre s¨ª mientras son acompa?adas de risas y murmullos. Las propone el soci¨®logo Miquel Miss¨¦, moderador de las conversaciones del Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona, para romper el hielo antes de presentar a la escritora Zadie Smith, protagonista de la charla para estudiantes La seducci¨®n de la mentira en la cuarta edici¨®n del Bienal del Pensamiento.
Bajo la expresa prohibici¨®n de los profesores de intervenir, los estudiantes llevan el tim¨®n de la charla. Una estudiante quiere saber si las mentiras pueden construir una persona. La escritora londinense traslada r¨¢pidamente la pregunta al terreno de los j¨®venes, las redes sociales. ¡°Sed sinceros, cuando est¨¢is online ment¨ªs el 99% del tiempo. Mentir es tan natural que es una forma de presentarse¡± les interpela, y razona c¨®mo al crearse un personaje digital inventan otra versi¨®n de s¨ª mismos. Esa sensaci¨®n tambi¨¦n persigue a Smith en el momento de dar una charla, cuando est¨¢ en el escenario y debe ser otra persona de la que ser¨ªa con su familia o sus perros. Lo llama ¡°una brecha entre quien crees que eres y quien crees que debe ser¡±, pero el problema, se?ala la escritora, radica en que antes solo lo sufr¨ªan las personas famosas y ahora los usuarios de las redes sociales tambi¨¦n lo deben afrontar. ¡°Todo el mundo es famoso y es agotador¡± resume.
D¨®nde queda la persona en las redes
Smith advierte de las personas ¡°cr¨®nicamente online¡±, aquellas que se les olvida qui¨¦n son m¨¢s all¨¢ de su personaje falso de las redes y hablar con ellos es recibir una y otra vez su perfil de las redes sociales. ¡°?D¨®nde queda la persona?¡±, se pregunta ante estos casos extremos. Mientras habla, la mayor¨ªa de ojos est¨¢n puestos en su interlocutora, pero tambi¨¦n se ven cabezas reclinadas hacia delante con caras iluminadas por las pantallas.
Hija de una jamaicana y un ingl¨¦s, los estudiantes se interesan por sus or¨ªgenes. ¡°Cu¨¢ndo me preguntan de d¨®nde vengo, pienso en mi barrio, o incluso en mi c¨®digo postal, pero no me identifico con ning¨²n nacionalismo¡± responde Smith. La escritora relata c¨®mo creci¨® preocupada que desde fuera no parecieran una familia por tener parientes blancos y negros. Ahora sabe exactamente qui¨¦n es y qui¨¦n es su familia, pero ante su p¨²blico joven intenta rememorar como era tener 14 a?os y perderse en lo que el resto pensaba de ella. ¡°No puedes ir por el mundo pensando que eres amable sin preguntarte lo que la gente opina de ti¡±, afirma la inglesa, y le aconseja a su audiencia que intenten balancear su propia opini¨®n de s¨ª mismos con lo que el resto diga.
La conversaci¨®n gira entonces hacia la inspiraci¨®n de su ¨²ltimo lanzamiento La impostura. Smith buscaba respuestas tras identificar un paralelismo entre el cambio clim¨¢tico y la esclavitud de la ¨¦poca victoriana. ¡°La esclavitud es un negocio que va desde mediados del siglo XVII hasta 1830 y hace una cantidad de dinero inimaginable usando el producto de la gente sin pagarlo¡±, define brevemente. La autora se?ala como lo que hacen Jeff Bezos y Elon Musk en Palo Alto sigue el mismo patr¨®n, y otra vez est¨¢ generando m¨¢s dinero que nadie. Smith quer¨ªa encontrar una explicaci¨®n de c¨®mo se terminaba un sistema as¨ª, y tras 10 a?os de b¨²squeda, su conclusi¨®n es firme: todos los individuos fueron necesarios, desde las revoluciones de los esclavos, los pol¨ªticos, los activistas y las peticiones en los parlamentos hasta la complicidad de las mujeres blancas que dejaron de ponerle az¨²car en su t¨¦.
Ante una sala de Generaci¨®n Z, la oradora pone de ejemplo a sus predecesores relatando c¨®mo se la jugaron a los millennials. Cre¨ªan que estaban ganando cuando usaron aplicaciones para dejar de pagar por m¨²sica, libros y peri¨®dicos, hasta que fueron a las universidades para ser m¨²sicos, escritores y periodistas y descubrieron que no pod¨ªan serlo porque nadie pagaba por ello. La autora lanza un mensaje firme a su audiencia: ¡°Todo lo que deb¨¦is hacer para llevarlos a la bancarrota es dejar de usarlo y todas estas empresas cierran de un d¨ªa para otro¡±.
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