Virtuosos y mordaces: Zadie Smith publica su primer libro de relatos

Aqu¨ª siguen, 20 a?os m¨¢s tarde y sin haber perdido un ¨¢pice de frescura, la s¨¢tira extravagante, un punto de vista siempre ins¨®lito y estrat¨¦gico, el dominio t¨¦cnico y el humor mordaz que hicieron de su novela Dientes blancos (2000) un libro ic¨®nico que convertir¨ªa a Zadie Smith en estrella precoz pero indiscutible de la narrativa contempor¨¢nea, heredera de la concisi¨®n de Carver y de su t¨¢cito enjuiciamiento cr¨ªtico de la sociedad ¡ªpero no de su sordidez, que la autora brit¨¢nica transforma en seductora iron¨ªa subida de tono¡ª y asimismo de la visi¨®n cr¨ªtica, la erudici¨®n heterodoxa y la disensi¨®n de Lorrie Moore, que la autora brit¨¢nica sumerge aqu¨ª en un sarcasmo que abraza la reprobaci¨®n pero huye felizmente de la pedagog¨ªa, de los insufribles sermones m¨¢s o menos ocultos bajo la m¨¢scara de la ficci¨®n.

Identidades, transgresiones morales, tecnolog¨ªas alienantes, consumismos y convenciones, frustraciones emocionales hacinadas hasta formar un amasijo de denuncias apenas disimuladas por una sonrisa artificial y un deslumbrante virtuosismo narrativo que sin duda salvaguardan a Smith del riesgo de ser tildada de mera delatora de los aprietos del mundo. Apostillas y aportaciones a la comedia humana, divertidas advertencias de que este tinglado nuestro que llamamos sistema no acaba de ir bien¡­, un aviso a navegantes.

La promiscuidad formal que se advierte a primera vista en esta compilaci¨®n, as¨ª como su transgenericidad y su sagaz y acerada mirada a nuestra sociedad voluble, gr¨¢vida de complicidad con el lector, remiten a David Foster Wallace, a la heterogeneidad de Hablemos de langostas y al modo en que se trenzan la cr¨ªtica, el ludismo y la experimentaci¨®n en La broma infinita. Lector, parece decirnos la autora, lee entre l¨ªneas, no finjas que no va contigo, r¨ªe sin olvidar que todo esto es muy serio, disfruta de las ant¨ªtesis y de las ambig¨¹edades del texto, sapere aude, d¨¦jate llevar, no frunzas el ce?o cuando leas una cita de Francis Ponge en un pasaje que crees inadecuado, anda, venga, reconoce que ning¨²n texto de T. S. Eliot debe rendirle pleites¨ªa a un contexto pertinente (si un texto es excepcional, no tiene contexto ideal), piensa mal y acertar¨¢s, atiende a ¡°la intenci¨®n de la conciencia que se esconde detr¨¢s del texto¡±, como advert¨ªa Wallace a prop¨®sito del mensaje y el estilo ¡ªSmith lo cita en ¡®Entrevistas breves con hombres repulsivos. Los obsequios dif¨ªciles de David Foster Wallace¡¯, en Cambiar de idea¡ª, d¨¦jate caer en la tentaci¨®n, pero trata a un tiempo de librarte del mal, jam¨¢s te conformes con una lectura literal (la literatura que te lo consiente no vale tu tiempo), etc¨¦tera.

¡®El R¨ªo Vago¡¯ vale por una mofa de los edenes (inmobiliarios) artificiales con los que el Sur engatusa al Norte, por una descripci¨®n de la mugre que habita el para¨ªso y de la trivialidad que habita nuestras vidas; por su aparente cercan¨ªa a los ejercicios formales de Queneau, ¡®Epifan¨ªa matutina para padres¡¯ est¨¢ en la l¨ªnea de su brillante texto ¡®Esa sensaci¨®n de oficio¡¯ (de Cambiar de idea), todo un juego con los materiales que deber¨ªan servirle al narrador para esclarecer el mundo; ¡®Huida de Nueva York¡¯ se sirve de la s¨¢tira social ¡ªMichael Jackson, Liz Taylor y Marlon Brando escapando juntos el 11-S¡ª para denunciar la vulnerabilidad del ser humano m¨¢s all¨¢ de su condici¨®n, y que cualquier apocalipsis sirve a la causa de ridiculizar a los ricos y vanidosos hasta convertirlos en miserables; ¡®Bloqueado¡¯ es una suerte de po¨¦tica que ensalza el fragmento, la probatura, y parece dar raz¨®n del poli¨¦drico y antojadizo universo que sus textos componen en Grand Union, su primera y desigual colecci¨®n de relatos, en la que la distop¨ªa coexiste con la cr¨®nica social, la par¨¢bola pol¨ªtica o la autoficci¨®n, y que alguien ha dicho con raz¨®n que funciona como una improvisaci¨®n instrumental. ¡®?Conoce al presidente!¡¯ es una parodia de una parodia de una pel¨ªcula de acci¨®n en forma de videojuego, adem¨¢s de comportarse como un ejercicio de mashup en el que varios g¨¦neros, con sus correspondientes lugares comunes, se enredan en una madeja textual; en ¡®Educaci¨®n sentimental¡¯, otro relato magn¨ªfico, feminismo y racismo se asoman al recuerdo que una madre de familia tiene de su juventud; ¡®Por el rey¡¯ retrata la humanidad contenida en la intimidad de un di¨¢logo tanto como en una frase que se dir¨ªa sin sentido; ¡®Kelso deconstruido¡¯ convierte en ficci¨®n la cr¨®nica de una tragedia racista, y ¡®Grand Union¡¯, que cierra el volumen, es una lac¨®nica y exquisita oda a un libre albedr¨ªo supeditado necesariamente al origen y el linaje.

Estos relatos son brillantes ejercicios de estilo a la vez que impl¨ªcitos ejercicios de discrepancia y, por descontado, l¨²dicas enmiendas a la totalidad de nuestro mundo acuciado, veleidoso y fr¨ªvolo. Grand Union escarba en los motivos de un desenga?o del capitalismo feroz que asume y que desperdiga por los 19 relatos que se re¨²nen en el volumen de la mano de un humor ¨¢cido y de una visi¨®n exc¨¦ntrica que en ocasiones traen a la memoria algunos textos de El mundo y otros lugares, de Jeanette Winterson. Smith qu¨ªmicamente pura, tan lib¨¦rrima como siempre, observadora implacable de nuestro condenado mundo, que enjuicia el todo desde su conocimiento de las partes, provocadora y entra?able sabionda, valiente voz estridente que denuncia sin complejos las debilidades que nuestra sociedad muestra, conduci¨¦ndonos con la luz de su escritura a la oscura inquietud que padecemos (o que deber¨ªamos padecer).

Grand Union?

Autora: Zadie Smith.

Traducci¨®n: Eugenia V¨¢zquez Nacarino.

Editorial: Salamandra, 2022.

Formato: tapa blanda (283 p¨¢ginas, 19 euros) y e-book (9,99 euros).

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