La deconstrucci¨®n imposible en las zonas inundables de Catalu?a

¡°Revisar¨¢n las zonas inundables pero, ?se plantean deconstruir en la fachada del litoral?¡±. Esta fue una de las preguntas al president de la Generalitat, Salvador Illa, en la rueda de prensa posterior a la reuni¨®n del comit¨¦ de seguimiento de la dana del pasado lunes, justo cuando las tormentas castigaban Catalu?a. La respuesta fue contundente: ¡°Queremos un pa¨ªs en que cualquier actividad -residencial, econ¨®mica¡­-se pueda desarrollar sabiendo que si hay un episodio meteorol¨®gico se podr¨¢ actuar con garant¨ªas. Haremos lo que convenga, donde convenga, con sentido com¨²n y con respeto al estado del bienestar¡±. Posteriormente, el mi¨¦rcoles en el Parlament, Illa insisti¨® en que se deben actualizar las cartograf¨ªas de zonas inundables de Catalu?a. El president no habl¨® en el pleno ni de deconstruir, ni de expropiar, ni de derribar zonas afectadas por la inundabilidad. Aun as¨ª, la dana mortal que ha sufrido el pa¨ªs ha puesto sobre la mesa la posibilidad de tomar dr¨¢sticas decisiones en zonas peligrosas. Una opci¨®n que los estudiosos descartan al tratarse de procesos complicados. La catedr¨¢tica de f¨ªsica de la atmosfera de la Universidad de Barcelona, Carmen Llasat, opta por una camino m¨¢s f¨¢cil que supone no rehacer aquello que se lleve por delante los temporales e impedir nuevas construcciones en zonas inundables.

La deconstrucci¨®n la conocen bien en el Club de Vela Platja Llarga de Tarragona. La dana se llev¨® el lunes parte del almac¨¦n que el club ten¨ªa hasta entonces a pie de playa. No es la primera vez que pasa. En 2022, otro temporal arras¨® con parte de la edificaci¨®n. Manuel P¨¦rez, el presidente de la entidad deportiva, lamenta la situaci¨®n. ¡°Este julio acabamos de arreglar los destrozos del temporal de 2022. Costas nos oblig¨® a demoler los 50 metros de edificio que se fueron al suelo. Ahora, han ca¨ªdo otros 50 metros y seguro que tambi¨¦n nos lo hacen retirar porque la din¨¢mica del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica es eliminar los edificios de primera l¨ªnea de mar. Nosotros no somos ni un bar ni un camping tenemos que estar tocando el mar¡±, advierte P¨¦rez.

Los temidos temporales no solo afectan al sur de Catalu?a, en Montgat -a 14 kil¨®metros de Barcelona- el cambio clim¨¢tico lleva a?os castigando al municipio. ¡°Ten¨ªamos cinco chiringuitos y despu¨¦s de la pandemia, los diferentes temporales han arrasado con la playa. Hoy no queda ning¨²n chiringuito y eso implica que el Ayuntamiento no cobra el canon de estos negocios, hay menos puestos de trabajo, la gente no viene a nuestra playa y no gasta en zona azul¡±, lamenta el alcalde Andreu Absil. ¡°No solo es la playa. En Montgat tenemos la riera d¡¯en Font y la de Sant Jordi. Hemos instalado bombas de achique y cerramos los accesos cuando llueve pero hay que hacer mantenimiento no solo en nuestro municipio sino en los de arriba¡±, alerta. El edil asegura que se han perdido m¨¢s de 60 metros de playa en Montgat y hay una docena de antiguas casas de pescadores que tienen el agua del mar a las puertas de sus viviendas. ¡°Sin la escollera yo creo que este invierno les entrar¨ªa el agua. El gran problema es que para hacer algo en nuestras playas tengo que tocar a la puerta de Costas, la Generalitat, el ?rea Metropolitana de Barcelona y Adif que tiene la l¨ªnea de tren a tocar del mar. Es un verdadero baile de administraciones¡±, denuncia.

Silvia Capo es la propietaria del restaurante Banys Verge del Carme de Montgat situado, precisamente, entre el grupo de casas a las que el agua del mar amenaza constantemente. El negocio funciona desde 1928 y Capo no recuerda una p¨¦rdida de playa como la actual. ¡°Yo s¨¦ que a la larga, o a la corta, esta zona y mi negocio acabar¨¢n siendo sentenciados. Me duele en el coraz¨®n pero tengo clar¨ªsimo que se acabar¨¢¡±, admite.

En muchos municipios del litoral catal¨¢n se replica el problema. El concejal de gobernaci¨®n de Sitges, David Mart¨ªnez, admite que el barrio de Terramar se encuentra en una de las zonas inundables. El pasado domingo Terramar soport¨® precipitaciones de m¨¢s de 94 litros por metro cuadrado, se inundaron varias calles y cayeron una decena de ¨¢rboles. ¡°Aqu¨ª hay casas que era de los indianos (siglos XVIII y XIX) en una zona donde adem¨¢s perdemos arena de la playa. No creemos que puedan peligrar las casas, el ayuntamiento ha hecho los deberes y tenemos redactado el Documento ¨²nico de Protecci¨®n Civil Municipal (Duprocim) que nos exige la Generalitat¡±, ha alegado.

El alcalde de Matar¨®, David Bote, tambi¨¦n reconoce la presencia de zonas inundables alrededor de las dos rieras que atraviesan el municipio. ¡°Las se?alizamos y hemos colocados barreras y sistema de alertas¡±, explica Bote. El barrio del Rengle esta construido sobre zonas inundables de la riera de Argentona. Adem¨¢s, hay edificios que no tienen ni una d¨¦cada de antig¨¹edad. ¡°Hablar de deconstruir en esta zona ser¨ªa extra?o y deber¨ªamos sufrir una cat¨¢strofe meteorol¨®gica sin precedentes. El Rengle aguant¨® la borrasca Gloria y no hubo ning¨²n problema¡±, defiende el alcalde.

?Qu¨¦ habr¨ªa que deconstruir? La soluci¨®n la aporta la catedr¨¢tica de f¨ªsica, Carmen Llasat. ¡°Partimos de la base de que gran parte de los municipios del litoral de Catalu?a pueden verse afectados por las inundaciones. Adem¨¢s, muchas de estas localidades tienen much¨ªsima presi¨®n urban¨ªstica, pero tambi¨¦n de carreteras e infraestructuras¡±, introduce Llasat. Los profesionales trabajan con la cartograf¨ªa de zonas inundables y con la cronolog¨ªa hist¨®rica que permite ir reconociendo cuantas veces ha sido una zona inundada. ¡°Hay viviendas que est¨¢n construidas en zonas inundables y es importante saber con qu¨¦ frecuencia se han anegado. Con esa informaci¨®n se deben dise?ar nuevos planes de ordenaci¨®n urban¨ªstica¡±, mantiene la catedr¨¢tica. ¡°Creo que es complicado plantear la deconstrucci¨®n de edificios, pero s¨ª que deber¨ªa ser obligatorio no volver a construir en los lugares que ya ha derribado las inundaciones. Lo principal es ser restrictivo con los planes de ordenaci¨®n urban¨ªstica y no permitir nuevas construcciones en estos espacios¡±, concluye.