Un cuento de Navidad
A diferencia de los grandes defraudadores, quienes est¨¢n en situaci¨®n de pobreza material severa no necesitan amnist¨ªa alguna. Les basta con una administraci¨®n proactiva y coordinada que, en general, brilla por su ausencia
Mas de 710.000 personas est¨¢n en situaci¨®n de privaci¨®n material severa en Catalu?a, seg¨²n datos de la primavera de la Generalitat. S¨®lo 70.000 reciben el Ingreso M¨ªnimo Vital (IMV) y 150.000 cobran la Renta Garantizada de Ciudadan¨ªa (RGC). Esa es la prueba palmaria de que el infierno est¨¢ empedrado de buenos prop¨®sitos. A las administraciones les falta ser proactivas a la hora de hacer llegar estas ayudas ¡ªm¨¢s all¨¢ de la publicidad¡ª a quienes realmente las necesitan. Y, de momento, solo cubren al 21,6% de esa poblaci¨®n que lucha no ya contra el riesgo de pobreza o exclusi¨®n social, sino contra situaciones de privaci¨®n material severa. Esos son infiernos y no los fiscales a los que se refer¨ªa recientemente el presidente de Foment, Josep S¨¢nchez Llibre, lamentando las ¡°cargas¡± impositivas que a su juicio sufre la patronal. Por cierto, el averno de S¨¢nchez Llibre cuenta con un confortable purgatorio. Gracias a ¨¦l resonantes apellidos de la burgues¨ªa catalana consiguieron hacerse merecedores de la gloria. Y no fue gracias a los primeros viernes de mes, sino a la amnist¨ªa fiscal de Crist¨®bal Montoro, que en 2012 permiti¨® a los evasores legalizar 40.000 millones de euros pagando unos intereses del 3%. El total recaudado por esa eufem¨ªsticamente llamada ¡°declaraci¨®n tributaria especial¡± fue de 1.193 millones. Algunos parecen estar haciendo votos para que les visiten en esta fechas ¡ªcomo al dickensiano Ebenezer Scrooge¡ª los fantasmas del Cuento de Navidad.
En el terreno de la cruda y sobre todo pobre realidad y como el esperpento no parece tener l¨ªmites en este pa¨ªs, hace unos meses el Departamento de Derechos Sociales reclam¨® a unas 10.000 personas la devoluci¨®n de unos 7.500 euros de media, correspondientes a pagos indebidos de ejercicios anteriores en los que por mera chapuza administrativa se solap¨® la Renta Garantizada de Ciudan¨ªa con otras prestaciones, como el Ingreso M¨ªnimo Vital y los subsidios de desocupaci¨®n.
Esa ineficaz gesti¨®n de la Administraci¨®n va, sin embargo, camino de la reparaci¨®n. El Gobierno de Salvador Illa, en un acto que le honra, decidi¨® el d¨ªa 17 condonar la deuda a quienes deb¨ªan restituir ese dinero. El Ejecutivo catal¨¢n no ha esperado a la ley de acompa?amiento de los amenzados futuros presupuestos, sino que ha aprobado un decreto para hacerlo efectivo. Ha sustra¨ªdo de las pugnas entre los g¨¹elfos de Esquerra y los gibelinos de Junts una emergencia social. Queda solo algo por hacer: perdonar la devoluci¨®n a ese 1% que con mucho esfuerzo ya hab¨ªa retornado la suma indebidamente percibida. As¨ª lo ha solicitado la S¨ªndica de Greuges para todos y especialmente para quienes haciendo un sacrificio ya han devuelto el dinero, y que ¡°han sido v¨ªctimas de la actuaci¨®n poco diligente y burocr¨¢tica de la Administraci¨®n¡±.
El Govern de Illa, aburrido y plano, parece estar haciendo con aprovechamiento los deberes de un Ejecutivo de izquierdas. Aunque sea por presi¨®n de sus socios parlamentarios, lo importante son los resultados. Y de momento, Illa ha aprobado subir los impuestos ¡ªdel 10 al 55%¡ª a los macrocasinos (Hard-rock de Salou); ha anunciado que en breve Catalu?a dispondr¨¢ de un r¨¦gimen sancionador para los propietarios que incumplan la ley de vivienda; ha explicado que los Mossos tendr¨¢n competencias en puertos y aeropuertos desde 2025: y, finalmente, ha aprobado un decreto, sin esperar a los Presupuestos, condonando la deuda por las prestaciones de subsistencia indebidamente percibidas por los m¨¢s d¨¦biles de la sociedad. En el mismo viaje ha subido un 3% la RGC para 2025.
A diferencia de los grandes defraudadores, quienes est¨¢n en situaci¨®n de pobreza material severa no necesitan amnist¨ªa alguna. Les basta con una administraci¨®n proactiva y coordinada que, en general, brilla por su ausencia. Mientras, para seguir subsistiendo, se conforman con la condonaci¨®n de una deuda que no llega ni al 0,2% de lo que aflor¨® la amnist¨ªa de Montoro. Esa es su simple y peculiar versi¨®n del Cuento de Navidad.
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